Una Blanca Nieves Trasvistiéndose en la Guerra
En el sombrío y misterioso reino de Eldoria, una joven llamada Lucía lucha por sobrevivir en las calles sucias y oscuras. Con su cabello negro como la noche, piel pálida como la nieve y ojos grises como un lobo, Lucía ha aprendido a valerse por sí misma desde que sus padres la abandonaron antes de morir.
El día de su decimoquinto cumpleaños, el reino se ve sacudido por una guerra entre los siete príncipes sucesores del trono, cada uno con una personalidad única y distintiva. Los príncipes, conocidos como Grím, Jovial, Sabio, Tímido, Bromista, Soñador e Hipocondríaco, luchan por reclamar su derecho a gobernar Eldoria.
Ante la noticia de que todos los hombres deben alistarse para la guerra, Lucía ve una oportunidad para cambiar su destino. Decidida a escapar de la miseria, se corta el cabello y se disfraza de hombre, adoptando el nombre de Lucio. Con una blusa café y un pantalón viejo amarillo, se presenta en el campamento de reclutamiento
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capitulo 11
Capítulo 11: La Sombra de los Mercenarios
El príncipe derrotado, furioso por no haber podido derrocar a su hermano mayor, decidió tomar medidas más drásticas. En su desesperación, recurrió a una organización de mercenarios despiadada y corrupta conocida como “La Sombra”. Esta organización se especializaba en desapariciones y asesinatos, y su reputación era temida en todo el reino.
El príncipe se reunió en secreto con el líder de La Sombra, un hombre conocido solo como “El Cuervo”. En una oscura sala, iluminada apenas por unas pocas velas, el príncipe expuso su plan.
—Necesito que eliminen a mi hermano —dijo el príncipe, su voz cargada de odio—. Y no solo eso, quiero que siembren el caos en su reino. Contraten a los mejores asesinos y envíen un ejército para atacar cuando menos lo esperen.
El Cuervo, con una sonrisa siniestra, asintió.
—Considera que ya está hecho. Mis hombres son los mejores en lo que hacen. Tu hermano no sabrá lo que le golpeó.
Con el trato cerrado, La Sombra comenzó a movilizarse. Los mercenarios, expertos en el arte del sigilo y la muerte, se infiltraron en el reino del príncipe mayor. Su misión era clara: asesinar al príncipe y desestabilizar su gobierno.
Mientras tanto, en el campamento del príncipe mayor, Lucía y su equipo disfrutaban de un merecido descanso después de su reciente victoria. Sin embargo, la paz no duraría mucho. Una noche, mientras Lucía estaba de guardia, notó movimientos sospechosos en el bosque cercano.
—¡Alerta! —gritó, despertando a sus compañeros.
Mateo, Hugo, Helena y Lío se levantaron rápidamente, armándose y preparándose para lo que pudiera venir. De repente, una lluvia de flechas cayó sobre el campamento, seguida de la aparición de los mercenarios de La Sombra.
—¡Nos atacan! —gritó Mateo, mientras bloqueaba una flecha con su escudo.
Lucía, desde su posición elevada, comenzó a disparar flechas con precisión, derribando a varios enemigos. Hugo y Helena se movieron rápidamente, utilizando su agilidad para esquivar los ataques y contraatacar. Lío, siempre vigilante, protegía la retaguardia, asegurándose de que no fueran sorprendidos por detrás.
El enfrentamiento fue feroz, pero el equipo de Lucía logró mantener su posición. Sin embargo, sabían que esto era solo el comienzo. Los mercenarios no se detendrían hasta cumplir su misión.
Después de repeler el ataque inicial, Lucía y su equipo se reunieron con el Capitán Roderick para informar sobre la situación.
—Capitán, hemos sido atacados por mercenarios —dijo Lucía, aún con la adrenalina corriendo por sus venas—. Están aquí para asesinar al príncipe y desestabilizar el reino.
Roderick frunció el ceño, comprendiendo la gravedad de la situación.
—Esto es más serio de lo que pensábamos. Debemos prepararnos para un ataque a gran escala. Lucía, confío en ti y en tu equipo para liderar la defensa.
Lucía asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad.
—No los defraudaremos, Capitán.
Con el amanecer, el campamento se preparó para la batalla que se avecinaba. Sabían que los mercenarios volverían, y esta vez, con más fuerza. Pero también sabían que, unidos, podían enfrentar cualquier desafío.