Esta es la tercera parte dé. De Santa a No Tanto.
Sofía es la hija pequeña de Rodrigo, una reconocida modelo, diseñadora y publicista, ella se fue a los quince años a vivir fuera del país con sus abuelos porque se enteró de que estaba enamorada del mismo chico que su mejor amiga katy, Franco, hijo menor de Isabella, él fue su primer beso y para no traicionar su amistad huyó.
Siete años más tarde, ella regresa para hacerse cargo de sus empresas en Italia y por petición de sus padres, pero antes de venirse tiene una noche de pasión con un desconocido que le robó no solo su virtud, sino también la razón, Sofía quedó maravillada con el desconocido y más porque le hizo sacar a su primer amor de la cabeza.
Al llegar a la reunión de su familia se lo encuentra allí y se entera de que es el mismo hombre a quien su amiga ama y de quién huyó, Sofía deberá decidir entre su amistad y el amor, pero se verá rodeada de intrigas, mentiras y malos entendidos podrá esta pareja ser feliz...
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postre
—Amor… Tu hermana quiere hablar contigo. —Dice Franco llamando a Sofía.
—Dile a esa pequeña tramposa que ya voy. —Grita Sofía desde el otro lado de la cocina.
Luego se acerca con un postre de chocolate y carias galletas.
—Amor ten… Prueba y dime. — le entrega el postre a Franco.
—Hola pequeña, pinocho… Dice Sofía por el alta voz.
—No te quejes de que te oigo feliz, así que agradece.
—Bueno, eso sí Katrina, pero igual me la debes al llegar te robaré a Franklin todo un día solo para mí —Dice riendo y Franco la sienta en su regazo para hacerle cosquillas.
— Ni te atrevas amor… —Amenaza Franco
—Celoso… Cuñado quieres salir cuando lleguemos un día para cuñados. —Se suelta a reír.
—Franklin no te atrevas a aceptar o dormirás en las casitas del árbol. —Amenaza Katrina a su esposo.
—Cuñada me escribes más tarde. —Dice Franklin y luego se queja.
—Auch mi Ángel, eso dolió. — dice por el pellizco recibido.
—Franklin te voy a matar también. —Ese fue Franco.
—Bueno, hablando de otra cosa que harán al regresar, ya Franco nos puso al tanto y aún no lo creo. —Dice Katrina.
—Al llegar anunciaremos nuestro noviazgo y por lo otro ya quedamos o no Franklin… —dice Franco.
—Si hermano voy a hablar eso y luego te llamo… Y tú Sofía eres como otra hermanita para mí, así que cualquier cosa solo llámame. —Exclama Franklin.
—Gracias cuñado, no hablé antes porque no sabía y me sentía como una traidora.
—Tú eres tan dulce y leal como mi ángel, solo que te dejaste engañar, pero no estás sola un beso cuñada. —Le responde Franklin y Franco la toma por las mejillas y la besa profundamente.
—Listo hermano, ya se lo di gracias si le mandas más yo feliz de entregárselos. —Las chicas se ríen por el celoso.
—Pequeño tarado.
—También te amo Franklin.
Luego de despedirse, la pareja sigue disfrutando del postre en la cara de ellos.
—Estas preciosas así llena de chocolate mi amor.
—Franco, si mi entrenador me viera se muere… — El alza una ceja y entrecierra los ojos.
—Tu entrenador… Un hombre de más de cuarenta años imagino. —Ella niega riendo.
—Se llama Joshua y tiene veintisiete años.
—Joshua qué…
—No te voy a decir, para qué quieres saberlo.
—Le diré que está despedido, ahora entrenaras conmigo.
—El gran Franco Ferraro segundo, celoso. —Se mofa ella.
—Sí, por mi diosa soy un idiota celoso… Ven acá come más chocolate en la noche, quemamos esas calorías y un poco más. Le da un poco en la boca.
—Pervertido. —Exclama ella.
—Como te verás llena de postres allí y… Allí. —Dice señalando sus pechos entre sus piernas.
—Amor… Contrólate.
—Por qué, eres mía y tengo curiosidad —Ambos se ríen y terminan quitándose esa duda.
Franco la tumba en el sofá y quita el short color rosa que tiene puesto, luego le saca por arriba la blusa de tirantes y desata los tirantes del sujetador y las bragas lanzándolas lejos.
—Abre para mi Pequeño volcán…… —Dice al escucharlo hablar así, siempre es tan dulce, esta vez no lo es, pero tampoco le molesta.
El hombre toma el cuenco con chocolate y se lo coloca en la punta de sus pechos y luego un poco en su ombligo y un poco más en su monte de Venus.
—Un volcán muy dulce… —se saca la camisa y su cuerpo marcado salta a la vista.
Se agacha y se deshace del su short y luego su apretado bóxer queda a la visita.
Se acerca a sus labios y la besa, luego baja poco a poco y devora el postre de uno de sus pechos.
—Mmm exquisito… — toma el otro y repite la misma acción.
—Malditamente exquisita…—Ah… —Jadea Sofía. Franco baja hasta su ombligo y se queda un momento demorando el chocolate y mientras sigue bajando da pequeños mordiscos.
—Delicioso amor… —Gime ella.
—Tú eres la delicia aquí mi volcán…
El hombre termina el recorrido hasta la última porción de postre en monte y lo arrastra hasta su botón, ella jadea y abre más dándole acceso suficiente a él.
Su lengua recorre por sus pliegues y luego se enloquece en su botón, chupa y aprieta un poco haciendo enloquecer a su hermosa novia.
Sofía arquea su espalda y entierran sus manos en su cabello, empujándolo más a ella hasta que grita al correrse en la boca de él.
—Deliciosa… —La besa como un loco desesperado saboreando el chocolate y sus fluidos es excitante y nuevo para ella.
Ella lo empuja para que se tumbe y esta vez ella sea la que lidere.
—Ahh… —Grita cuando ella misma introduce el poste revestido de piel que tanto le encanta…
Y comienza a mover su cadera entrando y saliendo, haciendo que Franco alucine de placer.
—Carajo Sofi… Te vas… A lastimar —Habla entrecortado por el placer haciendo estragos en él.
Ella sigue moviéndose cada vez con más fuerte le encanta sentirlo completo y le encanta darle un poco de todo lo que él le da a ella.
Franco la sujeta del cuello y la embiste varias veces y de manera muy rápida, tratando de hacerse notar también en la batalla.
—Mi pequeño volcán travieso.
—Tengo veinticuatro motivos para estarlo amor…
—Son Veintisiete... Mi volcán —La embiste y ella sucumbe ante el clímax, sus piernas tiemblan y su corazón se quiere salir, al igual que él también desborda toda su esencia en ella…
Sofía trata de salir y él la detiene.
—Aún no, bebé… Quédate un momento más… —Ella lo abraza y se quedan tumbados en el sofá.
—Me gusta esta fase tuya Franco… —Él se ríe y la besa rápidamente.
—Esta fase tuya también me enloquece mi pequeño volcán… — Ella se ríe.
—En este momento me quiero golpear por haberme negado este placer… —Franco sonrío.
—Te amo Sofi…
—Sabes que también lo hago mi amor…