CONQUISTANDO A LA VILLANA.

Rubén sabía que no podía hacer cambiar de opinión a su amo, entonces lo dirigió al lugar de entrenamiento en donde estaban todos los aprendices de caballeros y el general charlie.

- Llegas tarde!__ Gritó el general mirando con furia a Rubén.

- Solo por unos cuantos minutos de demora, no va a hacer un escándalo verdad?

- Quién eres tú?

- Soy Keyler, el heredero de este archiducado.

- Jajaja si que eres gracioso.

El general se rió al igual que todos los aprendices, ellos sabían muy bien de que el primer hijo llamado Keyler no era nadie ahí y que Joaquín, el hijo preferido del archiduque heredaría el puesto de su padre.

- Dije algo gracioso?

- Rubén ve a formar en la fila, ya hemos perdido mucho tiempo por tu culpa.

- El no se moverá hasta que yo lo ordene, Rubén será mi escolta una vez que ingrese legalmente a este archiducado.

- Mocoso es mejor que regreses al hueco de donde saliste.

- Lo reto._ *serio*

- Quieres perder la vida? No me hagas perder más el tiempo.

- Esa espada la quiero._*señalando lo que tenía el general en la mano*

- Esa espada pasó de generación en generación por mi familia, nunca lo tendrás.

- Entonces acepte el reto, si yo gano, me quedo con la espada y Rubén no entrenara hoy día.

- Y qué pasa si gano yo?._ *confiado*

- Usted decidalo.

- Comerás comida para perro por un año, acepta joven amo?._ Habló el general de manera sarcástica.

- Trato hecho.

Todos los aprendices lamentaban la situación en la que se encontraba Keyler, su general era alguien despiadado y no se contendrá al atacar.

Keyler tomó la espada prestada que tenia Rubén y se colocó de manera correcta sin perder de vista a su oponente.

- Niño te doy una oportunidad para que te rindas.

- Acaso tiene miedo general?._ *provocando enfado en el oponente*

Charlie tenía la vista puesta en Keyler, al principio creyó de que ese joven solo estaba tratando de lucirse pero ahora parecía de que no, aunque igual seguía confiado de que ganaría esa batalla ya que sabía de que Keyler nunca en su vida práctico el manejo de espada y solo fue encerrado desde pequeño.

La batalla entre ambos empezó, el general tenía ventaja por el tamaño de su cuerpo pero Keyler logró que esa ventaja de parte de su enemigo sea la misma debilidad del oponente.

Su cuerpo flexible y no tan bien alimentado de Keyler llevaba el ritmo de charlie, al parecer si era fuerte pensó el joven pero el era más astuto y ya tenía experiencia al igual que ese general, no duraron ni diez minutos en la que la batalla se dio por terminada, teniendo como ganador al Joven quien tenía la espada en el cuello del general y había logrado de que este perdiera la suya.

- Yo gané general, creo que esto me pertenece__ recogiendo la espada de charlie__ y también me llevaré a su alumno que muy pronto será mi escolta.

Dicho eso, Keyler se fue de ahí con su nueva espada y dejando a todos con la boca abierta, ps su temible general había sido derrotado por un joven de dieciséis años.

- Lo hizo increíble, le soy sincero pensé que no iba a poder con el general.

- Rubén espero que me conozcas más de ahora en adelante, ahora me serviras a mi y me serás leal, si descubro que quieres traicionarme no saldrás vivo.

- Le juro serle leal amo.

A Keyler no le gustaba hablarle de esa manera a una persona pero era necesario ya que necesita conocer más de ahí, en su antigua vida nunca tuvo amigos, no confiaba en nadie.

- A dónde iremos?

- Conoces la mansión de la bonita con ojos rojos?

- Ojos rojos?

- Si, una de cabello negro, muy simpática, su nombre es Esther, la hija de los Marqueses Fersh.

- Se trata de la amiga del joven Joaquín y prometida del Duque Julián?

- Si ella misma.

- Si se la dirección, los cocheros se encargan de saber toda esa información, si pide un carruaje aquí, lo llevará con facilidad porque el joven Joaquín va a visitar muy seguido a la señorita Esther.

- Entonces vayamos allá.

- Es amigo de esa señorita?

- Si, somos muy buenos amigos.

- Desde cuando se conocen?

- Desde hoy, soy su mejor amigo pero ella no lo sabe.

- Qué?