El Piloto

Mientras comía, Cristina recibió de repente un mensaje. Cuando vio el contenido, se dio cuenta de que se había tomado un mes de vacaciones, que ya había pasado.

ya había pasado un mes largo desde que se había dedicado de lleno a cuidar a Edwin. ahora era momento de dialogar con él y llegar a un acuerdo para que ella pueda regresar a trabajar no quería perder su trabajo el que con tanto esfuerzo le había tomado para graduarse Y obtener un puesto fijo.

Discutió detenidamente con su esposo sobre la posibilidad de volver al hospital.

No entendía las emociones de su expresión y sintió nerviosa, Ser una buena Dermatóloga era el sueño de su vida. Por fin había entrado en el mejor hospital de Fort y no quería parar. Temía que Edwin no estuviera de acuerdo.

el hospital era su mejor opción para aprender más de los mejores, pero el pensado y su sueño más grande es montar su propio consultorio.

En lo que Edwin terminó de comer, se limpió la boca con elegancia, Cristina se moría de los nervios su cabeza se creaba millones de escenarios donde él le diría que deje de pensar en trabajar.

—Como he dicho antes, hay suficientes sirvientes en la familia, así que no hace falta que me cuides todo el tiempo. No me gusta que otros me toquen las piernas. Mientras puedas venir por la noche y masajearme las piernas, ¡puedes hacer lo que quieras el resto del tiempo!

— Gracias.

Cristina se sorprendió.

—¡Vale, vendré por la noche!

A la mañana siguiente, Cristina se ocupó de él y se apresuró a ir al hospital después del desayuno.

Por ser uno de los mejores hospitales en la ciudad, se presentaban muchas actrices, y famosos de la farándula por aquello debía de tener también cuidado para no obtener ninguna demanda en contra de ellos.

Había sido un día muy agitado pues al haber faltado un largo tiempo página se encontraba muy llena, a lo que Su secretaria se acercó para decirle que aún le queda un paciente, pero quería tener mucho cuidado porque el hombre se miraba que eran muy pretencioso Al momento de hablar.

- Gracias, hazlo pasar.

el hombre al ingresar la miro de pie a cabeza como si fuera un bicho raro.

- No eres muy joven para ser Dermatóloga, si sabes lo que haces porque mi cara vale millones.

Cristina aparte de detestar a las personas que se creían más que otros detestaba qué sobrevaloradas su trabajo, creyendo que por ser joven no sabía nada, no tenía que ser una anciana para tener experiencia o conocimiento acerca de lo que ha estudiado.

- un gusto Mi nombre es Cristina y el día de hoy soy la dermatóloga que te va a realizar, lo primero que voy a hacer es de tu cara y hacerte ciertas preguntas para conocer el cuidado que le das y así poder recetarte algo para este tipo alergia.

- Tú eres una inepta...

- le agradecería por favor que no me faltes al respeto, pero solo estoy haciendo mi trabajo Te voy a revisar y te voy a recetar algunas cosas, pero si tú quieres cambiar de dermatólogo estás en toda tu libertad, tan solo Dame a conocer si quieres que te pase con otro y yo directamente el sistema les mando la información para que te reagenden una cita con un nuevo dermatólogo.

- creo que te he visto.

- No creo.

- Si, me dijiste que eres Cristina.

- ¿Si?

- deberías tratarme mejor soy Paulo primo de Edwin, así que por favor ten mucho cuidado cómo me estás hablando, o me estarías orillando a que hable con él para que te dé unas cuantas palizas.

Paulo sabía que su primo era despiadado y no perdonaba ni siquiera las mujeres, sabía que se encontraba casado y más que había sido obligado estando en coma, de esa manera sabía de qué su primo no se encuentra enamorada de esa joven que se encuentra al frente a él.

pero detallando viene la chica se dio cuenta que era muy guapa y qué tal vez él tenía posibilidad soy su primo estaba en silla de ruedas y tal vez jamás se recupere.

Le dijo a Cristina que si va a continuar con ella, pero que la agenda la cita para otro día porque la había salido un problema que tenía que solucionar lo más rápido, Pero antes de irse no perdió la oportunidad de acercarse a ella.

- Cuándo quieras a un hombre de verdad, solo llámame.

Cristina sabía las intenciones que él tenía Así que rápidamente retrocedió, Paulo al verlo arisca que ella era la intriga más tenerlo en su cama le gustaban las mujeres difíciles aquellas que tenía que obligar a estar con él.

Antes de irse saco de su bolsillo una tarjeta y dejó ahí su número celular, sabía que muchas mujeres eran reacias al primer encuentro, pero siempre que dejaba su tarjeta volvían a llamar.

- Ese hombre es un patán.

Cómo está la tarjeta y la arrugó para lanzar la en el bote de basura, no tenía intenciones de relacionarse con otro hombre y menos que fuera familiar de su esposo en el notaba de lejos y la calaña de hombre que era no quería tener problemas con nadie.