Renací Para Salvar Al Villano

Elenor.

Me había dormido por no se cuantos minutos. Al despertar, veo una sombra a mi lado. No era Alessandro, pues está figura era delgada, cabellos castaño claro... Y... Vestida de sirvienta. ¡Ahora me acordaba!... ¡Es ella, la mujer que trajo ese hombre!

— ¿Que... Que haces aquí?— pregunté, con mucha falta de energía.

Trataba de moverme, de levantarme de la cama. Sin embargo, mis músculos aún seguían acalambrados por el terrible frío que pasé, aún le faltaba a mi cuerpo volver a su temperatura normal.

Con un gesto en su labios, me imploró.

— por favor. No...— su voz temblorosa me daba a entender del miedo que se le presentaba al estar aquí—... No quiero hacerle daño. No deseó tomar su lugar aunque eso es imposible ahora de que el emperador está enamorado de usted...

— se que te llamas Vanessa... ¿Te obligaron a venir?

— así es... Mi maestro, Derek, fue quien me eligió. No quería, me daba miedo su majestad. Había oído historia que sus doncellas no resistían ante él y la cambiaba rápidamente... Pero tenía que obedecer, de lo contrario, mi maestro me castigaría.

— ya veo. Ese hombre, Derek... ¿Como es?

— su personalidad es muy distinta a la del emperador. Mi maestro es un hombre siniestro con la apariencia de un angel, con una sonrisa ve a la muerte y con ella juega. Aunque sí es muy listo, aveces su juicio lo traiciona.

La miré sumamente extrañada. No sabía nada de él en la historia. O quizás sí, pero su nombre nunca relució al tener poco protagonismo en la novela. Sabía que era un ser extraño, su presencia en sí me demostraba eso. Sin embargo, debo de  conocerlo personalmente para tener mi propia opinión.

De repente, mi cuerpo suelta un escalofrío, no por lo que me había dicho Vanessa. Sino porque mi cuerpo se esta volviendo a enfriar.

— Alessandro... Lo necesito...— le susurré.

— por favor, se cómo ayudarla.

Rápidamente, Vanessa se mete más allá de esta recámara, escuché el agua caer a la bañera. El vapor caliente sale desde el baño. Ella regresa y me ofrece su mano.

— el agua caliente la ayudará mucho en reponer su temperatura corporal.

Dándole lógica, era cierto, el agua a una buena temperatura me ayudará contra este frío insoportable. Le tomé la mano, sentía que está chica no era de quién desconfiar. Su expresiones delatan que es una joven que no podría herir aunque quisiera.

Al entrar en el agua, mi cuerpo siente que vuelve a tomar calor.

— tu nombre... Es Elenor ¿Verdad?

— sí... Y no tengas miedo. Alessandro puede mostrarse cruel, pero no lo es... Simplemente no le gusta las personas con carácter débil.

— ¡¿Ha enfrentando a su majestad?!

— uf... Hasta con los codos. Realmente es un hombre amargado cuando se molesta. Pero... Es muy atento cuando su humor es pasible... Puede llegar a ser un hombre... Dulce.

— entiendo...— me dijo muy curiosa.

Ahora que la veía más de cerca, tenía pecas y ojos verdes aceituna. Era muy bonita. Luego pienso en algo que pudo haber ocurrido si Alessandro no estuviera cambiando.

«¿A él le gustaría ella?... Si Alessandro fuera el mismo. De seguro me cambiaría... Pero... Ya no tengo que seguir pensando en ello. Me demostró su preocupación y eso es más que suficiente para seguir a su lado»

— ¿Que hace ella aquí?— esa voz... Alessandro.

Su tono era de una molestia sutilmente amenazadora.

— yo-... Su majestad.

Alessandro a punto de tomarla para sacarla a la fuerza. Yo lo detuve de inmediato.

— ¡Alessandro, no, por favor!— su mano se detuvo en el rostro de Vanessa. Él me vio y pregunto.

— ¿Que quieres que haga con ella?— no se si era una pregunta retórica. Luego me responde— es una lastima que no pueda encargarme de Derek como quiero. Pero con esta sí...

— no... Ella me ayudó, aún mi cuerpo se sentía frío y me trajo hasta aquí. No es mi enemiga. Por favor...

Chasqueando la lengua. Alessandro le ordena de reojo mientras se acerca a mí.

— largo.

Asintiendo rápidamente. Vanessa sale de aquí, y a los segundos después escucho la puerta cerrada de la habitación. Alessandro suspira pesadamente.

— ¿Como sucedió ésto?... ¿Como ahora te hago caso más a tí que a mí propio juicio?

— no puedes evitarlo... Ahora soy tu nueva conciencia.

— una conciencia muy molesta. Pero que no puedo dejar de pensar... Elenor, yo-...

Lo calló con un beso, saliendo de la bañera y afincandome a él. Sin dudarlo me abrazó sin importarle que se mojara.

— Alessandro... Aún siento frío. Quiero-...

— no.

— ¡Déjame terminar!

— se que me pedirás, no podemos hacerlo, aunque lo deseara con todo mi cuerpo.

— te iba a pedir dormir juntos... Solo dormí.

— creo... Que si puedo complacerte ese capricho.

Sabía que me iba a decir que no, pero tenía intentarlo. Aún así, dormir con él sería un placer más grande que el mismo placer carnal.

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Rato después. Alessandro me tenía a su lado. Abrazando mi cuerpo desnudo contra la suya que también estaba sin ropa. Si debía compartir su calor conmigo, tenía que ser así.

Me sentía tan cómoda en su brazo. Su respiración cerca de mí y pequeña caricias que me daba con su mano libre. Espero que... Haciendo esto, no le cause un dolor ahora.

« Lo único que pido es que aguante un poco más. Te ayudaré como sea... Para que en un futuro los dos aprendamos que es el amor y así construir la más bella relación... Es lo único que mi corazón desea»

Acomodaba mi cara en su pecho tan grande que parecía una almohada y dejé descansar mi mente.

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Mi mano buscaba al lado de la cama al hombre con quien dormí toda la noche. Podía moverme libremente.

— Alessandro... — no estaba— ¿Alessandro?— llamé nuevamente su nombre.

Me puse una bata que estaba en el armario. Salí y miré el pasillo. Caminé y caminé hasta llegar a una habitación abierta.

— doncella... Ven aquí.

Esa voz, con ese acento. No tenía duda. Era ese sujeto, ¡Derek!

No crucé el pasillo devolví mis paso sin dejar de ver la entrada. Choqué con alguien atrás. Me giró rápidamente y era él.

— ¡¿Como-...— llevándose un dedos a sus fino labios. Me expresa lo siguiente con una sonrisa.

— no te asustes. No te haré nada. No quiero que Alessandro me corte la cabeza o me saque el corazón por una mujer.

«... Este hombre... No quiero fiarme mucho de él, pero si Alessandro lo ha dejado permanecer aquí no deber ser un peligro... No por ahora»

— Elenor ¿No?...— seguía con esa sonrisa. Yo no bajaba la guardia por nada. — mi hermano no está. Salió del castillo hace media hora. Quiero aprovechar para hablar contigo el tiempo que él no esté.

— ¿Que cosas?

— aquí no, es muy incómodo. Sígueme, Vanessa nos está esperando en la habitación.

Aún seguía dudosa en ir, pero no veo las intenciones de hacerme algún daño.

Al entrar a la recámara, Vanessa se emociona un poco al verme. Sin embargo, se mantiene callada.

— Elenor. Sé que has oído hablar de mi nombre. Pero déjame presentarme. Derek Jokovic, hermano del emperador más amargado y ausente que conozco. Un placer.

— Elenor Shawn. Me gustaría decir lo mismo si no supiera lo que quiso hacer conmigo antes.

— oh, son pequeños detalles que se me escaparon de las manos. Le ofrezco mil disculpas.

Ofrecía su mano a un asiento que estaba al lado de la gran vista hacia el bosque. Suspiré y tome asiento. Vanessa amablemente sirve el té y Derek bebe un poco de ello. Luego habla con seriedad.

— Elenor. Quiero que entiendas que no somos tu enemigos. Sé que las primeras impresiones no sé olvidan pero, habías quebrado una ley importante. Decir el nombre de un soberano sin permiso, es una ofensa muy grande que merecen un castigo. ¿Lo entiendes?

— sí. Pero las circunstancias en la que me encontraba mi voz fue muy imprudente. ¿Usted... Sé preocupa por su majestad?

— aunque no lo creas. Siempre me he preocupado por él. Desde que se casó con Anabella hace unos años. Sé volvió un hombre diferente, sí, era amargado, pero no tanto para desear su propio destierro al norte del imperio. Que ahora es este castillo. Sé alejó de su única familia. Amenazándome para mantenerme alejado de él. No sabía que le había ocurrido, y empecé a investigar. No tuve los resultados esperados, mejor dicho, no estaba seguro de que era en realidad. Hubo un tiempo que me rendí. Su promiscuidad era tan fuerte que no le importaba nada, con tan solo saciar su placer. Me rendí y pensé que esa era su verdadera naturaleza. Hasta que recibí una carta muy diferente que hablaba de tí. Entendí que algo había ocurrido y ahora estamos aquí.

— entonces... ¿No sabe porque su majestad cambió tanto desde que se casó?

— no. Había buscado tanta respuesta que ninguna era la correcta. Me rendí y alejé de Alessandro para no molestarlo más.

«ahora lo entiendo. Derek... Creo que podrías ayudarme. Tus palabras me demuestran que no eres mala persona, un poco loco como tu hermano. Pero... Sí deseo salvar a Alessandro, con tu ayuda sería un gran avance»

— señor. Y... ¿Y si le dijera que tengo la respuesta a la que tanto ha buscado sobre el cambio del emperador?... ¿Que haría usted?— él rápidamente fija sus ojos azules hacia mí. Frunciendo un poco el ceño, me expone.

— que tendrías toda mi atención para decirme lo que sabes. Mujer— su acento realmente daba un poco de miedo, pero ya me he enfrentado a peores. Puedo con esto.

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También quiero dejar un saludo a una lectora Nina taisho. Felizmente que me leas igual que mis fieles lectoras, las quiero 💕