Mi mejor amiga, la única madre que conocí a pesar de ser tan solo unos años mayor que yo. Muerta es que no lo podía creer, cuando tenía tanto por vivir por disfrutar todo por un miserable narcisista. Y Alex lo único que me queda de ella y juro por Dios que lo voy a proteger tenga que hacer lo que tenga que hacer.
No obstante, ¿Seré lo suficiente para hacerlo yo sola? ¿Seré lo suficientemente fuerte para hacer que la oscuridad no llegue a él?
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10
Mañana?
- Si, así que tenemos que preparar todo para su llegada
- Clara toma a Alex y Diana ven conmigo
- Si Sara
Fui con ella a la habitación del señor, era la primera vez que entraba y me quedé sorprendida la habitación era enorme, las casas completas de los trabajadores de afuera cabían ahí dentro y aún así sobraba espacio, entrando había una especie de sala, había sillones una mesita, algunos libreros en el medio había una puerta y eso daba la habitación esa tenía una cama grande, unos sillones más pequeños, una mesita, lámparas, un escritorio, un espejo de cuerpo completo y un centro de entretenimiento flotante, a la izquierda había una puerta que daba al baño que era más grande que el cuarto donde dormíamos yo y Alex, había un balcón y no pude contenerme y salí a ver por el, la vista era maravillosa no había más que decir. Yo en todo el tiempo que llevaba viendo en Gracia no había logrado ver una sola foto del hijo fallecido del señor y como soy algo curiosa pregunté
- Cuando Carlos murió, el mundo del señor murió con él no toleraba ver las fotos de su hijo y ordenó que las guardáramos todas
- Entiendo
- Vamos niña aquí hay que cambiar sábanas toallas y quitar el polvo
- Pero no hay polvo
- El señor siempre encuentra polvo
Ambas nos pusimos a reír y terminamos con el trabajo, después de terminar fuimos a cenar, mañana era mi día libre, pero yo mis días libres los pasaba en la casa Alex y yo nos íbamos a jugar a la parte más alejada del jardín, pero Alex necesitaba ropa nueva así que tendríamos que salir. Cuando llegó a la mañana aprovechando que Tomás iba al pueblo nos fuimos con él, él iba a hacer unos encargos del señor Mario así que dijo que cuando terminara con sus tareas y si yo ya había terminado él podría pasar por mí para volver juntos a la casa. Le dije que sí y él se marchó, mi corazón latía demasiado rápido, estaba paranoica con cada persona que se me cruzaba sentía que me iban a quitar a Alex, Tomás me dejó en una tienda para bebés y entré rápido vi la ropita y me centré en eso, en ver y comprar lo que hacía falta para mi niño compre su ropa, zapatitos, sábanas, cobijitas ya que se acercaba el frío, también juguetitos para que Alex se entretuviera. Era un niño muy listo tenía 5 meses y ya sostenía su cabeza, empezaba a querer sentarse, me podía imaginar que sería un niño muy activo. Terminando de comprar lo que Alex necesitaba aproveché para comprar unos zapatos nuevos, y ya después de eso Tomás pasó por nosotros y volvimos a casa
- Porque no aprovechas tu día libre y llevas a Alex al parque
- Crees que los jardines de Gracia tengan algo que envidiarle al parque?
- Tienes razón
Ambos reímos y para cuando llegamos Alex se había dormido, lo llevé a la habitación y nos quedamos ahí el resto de la tarde, cuando llegó la hora de la cena fuimos a la cocina y ya estaban sentados la mayoría
- Cómo les fue en sus compras
- Bien Clara gracias
-Qué bueno
- El señor no llegó?
- No, tal vez llegue mañana
Así terminamos de cenar, las cenas eran muy divertidas bromas entre Tomás y Marcelo, peleas entre Clara y Lizeth, los gestos de aburrimiento del señor Mario, los sermones de Clara. La calidez que había en ese lugar era maravillosa. Cuando llegó a la madrugada como era de costumbre Alex estalló en llanto pero esta vez erá demasiado abrumador, no conseguía que parara de llorar, Lizeth salió furiosa de su habitación gritando que me saliera con el niño para que ella lograra dormir, me disculpé con ella y salí al jardín
- Mi ángel por favor para de llorar estás asustando a mamá
Estaba intentando que Alex dejara de llorar cuando alguien habló a mi espalda
- Tú quién eres y qué haces con ese niño en mi casa?
- El alma se me cayó a los pies, me iba a despedir
-Te hice una pregunta?
Su voz era autoritaria, me congelé, pero el llanto de Alexis me hizo reaccionar y voltear. Lo que vi al voltear me dejó muda, había visto hombres guapos, hermosos y luego estaba él, alto musculoso, con unos labios carnosos, cejas pobladas una nariz larga y unos ojos grises que parecían hielo, eso me hizo estremecer, y eso que me miraba molesto
-Me disculpo señor soy Diana, la nueva empleada llevo aquí un mes y medio y ese niño es mi hijo, es muy buen niño solo que esta noche no deja de llorar y no sé a qué se deba, pero le juro que no siempre es así
Tenía terror de que me despidiera
- No sabía que la nueva empleada tuviera hijos, se puede saber quién la contrató?
- El señor Mario
-Mario?
- Si
- Tendré que hablar con él mañana
Me iba a despedir ahora lo sabía
- Haga que ese niño deje de llorar
Después de decir eso dio media vuelta y se fue, ahora qué voy a hacer? Después de varios intentos Alex por fin dejó de llorar volvimos adentro y aunque Alex se durmió yo no pude hacerlo, no sabiendo que sería mi último día en Gracia. Me había encariñado con la casa, con las personas que habitaban en ella, incluso con Lizeth que no era tan amigable como los demás, sin lugar a dudas los echaría de menos, pasé la noche entera pensando en qué haría a partir de ahora.