Un amor casi imposible, donde uno le huía por seguridad y el otro le seguía sin cesar hasta que se cansó.
El profesor de filosofía, serio y tranquilo, se dejó llevar por la pasión que despertó una torta afrodisíaca junto a su "Rusita" sin saber que hubo consecuencias. Al sentirse abandonado y buscarla, sin éxito; decidió disfrutar de extensos viajes para olvidarla.
Ella disfrutó la mejor noche de su vida, teniendo que huir en la mañana, llevándose consigo un pedacito de él. Pero por problemas familiares, demoró en volver a España.
Ahora deben bautizar a su ahijada e inevitablemente, volverán a verse... ¿Qué pasará? ¿Sus sentimientos seguirán intactos? ¿Qué dirá Isaías cuando sepa el secreto de Eliani?
NovelToon tiene autorización de Tamara Gallo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Espectadores
Regina estuvo muy feliz porque fui su chófer hasta la mansión de mis padres y luego ella se fue a su casa con tranquilidad.
Cruzando las puertas de entrada, puedo escuchar el llanto de un bebé...
—Buenas tardes— todos me voltean a ver, ya que no es tan "tarde" sino que estamos más cerca de la "noche".
—¿Estás bien?— pregunta mamá, viniendo a mí, toca mi cara y me observa de pies a cabeza.
—Sí, ¿Por qué?— pregunto confundido.
—Es que no sabíamos de ti—dijo Emilio—Tú celular está apagado.
Lo busco en el bolsillo de mi pantalón y lo saco, notando que ciertamente está sin batería. Junto con el celular, encuentro la tarjeta con la dirección que me brindó Mairu, por lo que me excuso para salir de aquí.
—Ya vengo— mi hermano me mira interrogativo y empiezo mi camino.
Sé que en otro tiempo no los hubiese dejado con la incógnita o la preocupación latente, pero esta vez prefiero distraerme. Quiero y necesito, ir a las carreras.
Siempre me gustó la adrenalina, por lo que no le temo a la velocidad.
Entro a la habitación, voy hasta mi mesa de luz y agarro el cargador para conectar el celular. Pocos segundos después, lo enciendo y me llegan todos los mensajes de mi familia, notando que realmente se preocuparon.
Voy a la ducha y me aseo mientras recuerdo lo que fue el día de hoy, la pequeña travesura de mi rusa y la interacción entre Konstantin y Mairu.
Al salir del baño con una toalla enredada en mi cadera, me encuentro a Emilio sentado en mi cama.
—¿Qué pasó?— indago mientras seco mi pelo con una toalla.
—¿Te vas?— responde con otra pregunta.
—Sí.
—¿Has conocido a alguien con quien olvidar a Eliani?
—Hice una amiga, pero no será ese "alguien" que me ayude a olvidar.—niego con mi cabeza.—No seré un idiota que busca mujeres para sacarse un amor del corazón.
—¿Entonces?—se levanta de la cama y camina hacia mí—¿Qué buscas con esa mujer?
—Ya te dije, será mi amiga.
—¿Estás seguro que ella quiere lo mismo?
—Puedo estar tranquilo de que sí—sonrío y voy a mi vestidor— Creo que a ella le gusta el primo de Eliani.—Sigo mi explicación, sabiendo que mi hermano me acompaña.
—¿El primo?
— Sí, Konstantin Naviz. Él se presentó ante mí. Me ha llamado y escrito un mensaje— selecciono la ropa que me pondré y sigo hablando— Me sigue como si fuera mi propia sombra.
—¡Qué loco!
—Pienso lo mismo, pero supongo que Eli lo manda.—alzo los hombros restándole importancia —Me molesta, no te lo voy a negar. Sin embargo, he recolectado información importante.
—¿Cómo cuál?— él se cruza de brazos y me mira atento.
— Eliani me ha visto a la distancia, se ha puesto celosa por mi interacción con otras mujeres y el lunes ya podré verla.—digo muy ilusionado, con una gran sonrisa en mi cara.
—¿El lunes?— alza una ceja—Nosotros tendremos una reunión el fin de semana que viene porque empieza un trabajo nuevo.
—¿Se queda en España por una temporada?— cuestiono curioso.
—Según sé, espera que todo salga bien en su vida y así quedarse para siempre.
—Eso significa que no volverá a Rusia— murmuro, pero mi hermano pudo oír.
—Sí algo sale mal se vuelve con su familia.
—¿Qué familia?— pregunto con el corazón latiendo a mil por hora—¿Ella se casó?— interpreto que esa puede ser "su familia", la que ella misma pudo formar.
—No, hermanito— se ríe Emi—Está muy soltera, pero puede que vuelva a Rusia con sus padres, tíos y primos, si aquí no tiene lo que quiere.
—Ah, entiendo.—digo mucho más tranquilo. Prácticamente, me volvió el alma al cuerpo.—¿Qué quiere?— pregunto confundido.
—Te quiere conquistar porque ella piensa que ya no la quieres.— dice riendo
—¿Por qué piensa eso?—mis ojos se agrandan por la sorpresa de esa noticia.
—No lo sé. No estoy enterado si Lady, Florencia o Milcaris, dijeron algo. Pero, sospecho que sí.—menciona levantando los hombros—A veces pueden ser crueles y más para que alguien reaccione.
—Es cierto— afirmo coincidiendo con él.—Como sea, vete—lo echo mientras río— Quiero vestirme.—le muestro la ropa que todavía tengo en mi mano.
—Te esperamos para cenar—dice riendo.
—Bueno.— acepto porque no me queda otra.
Sé que mi hermano va a molestar varias horas si no bajo a estar con ellos, e incluso, lo creo capaz de seguirme a donde vaya.
Estando listo, bajo al comedor y noto que ya me esperan sentados en sus lugares. Cenamos entre charlas y al terminar subo de nuevo para ir por mi celular, lo desbloqueo y entro al mapa, para colocar la dirección y llegar a las carreras.
Salgo de casa, voy al garage y subo a mi moto naranja. No está preparada para correr, pero confío en la palabra de Mairu, ella me prestará la suya.
Antes de ponerme el casco, suena el celular en una llamada. Veo la pantalla y es el primo de mi rusa.
📱—Dime.—contesto.
📲—Irré contigo— dice y corta.
No entiendo nada, ¿Cómo irá conmigo si no lo veo aquí?
Ignoro sus palabras, me coloco el casco y salgo de casa... Traspaso las grandes rejas y mi camino es obstaculizado por veinte motos ninja.
Konstantin se saca el casco, mostrando quién es, a la misma vez que encabeza ese pelotón.
—Te traes un ejército— bromeo.
— Soy mafioso, es obvio—dice con simpleza.— Te seguirremos.
No puedo creer que llegaremos tantas motos juntas y no lo digo porque no sepa lo que es tener seguridad, sino porque no me gusta.
El viaje fue entretenido, entre nosotros hicimos las típicas carreras cortas, donde nos pasamos entre todos y bajamos la velocidad para darle la oportunidad a otros de que nos pasen.
Llegando a la dirección que Mairu me dio, notamos a cientos de personas. La pista es utilizada por algunos autos que compiten y la música está muy alta en algunos puntos con canciones de diferentes estilos.
Busco la moto de mi nueva amiga y al verla, voy hasta allí, mientras soy seguido por Konstantin y su seguridad.
—Hola, rubio— saluda una chica de pelo negro, que al observarla mejor, me doy cuenta que es Mairu.—No te sorprendas, siempre cambio de color— me avisa señalando su pelo. Mira detrás de mí y sonríe coqueta— Hola, rusito.
Me animo a mirar a Konstantin y él se quitó el casco, pero solo la observa seriamente, aunque no devuelve el saludo.
—El niñero te sigue a donde sea— bromea ella conmigo
—Al menos me cuida y seguiré vivo para su prima— también bromeo y él rueda los ojos con fastidio.
—¿Vas a correr, rusito?— le pregunta ella.
Konstantin baja de su moto y sus hombres se van, colocándose en distintas posiciones dentro de la ubicación, por lo que puedo imaginar que este hombre siempre está pendiente de su alrededor, sin disfrutar.
—Lo harré, niña— le contesta y la actual pelinegra se muerde el labio.
—No podría apostar a tu favor, sé que perderás— lo molesta, esperando la reacción.
—¿Quién es el mejorr porr aquí?— le cuestiona a ella mientras mira a todos lados.
—Aquel— se acerca demasiado al ruso y le señala una moto blanca.
—Esa moto es una porrquerría— se burla él, mirando a la chica.
—Que la apariencia no te engañe— le guiña el ojo y él sonríe.
—Lo mismo digo— responde él.
Tanto yo, como los amigos de Mairu, estamos de espectadores viendo ese extraño intercambio y por lo menos en mi caso, ya no sé si hablan de las motos o de ellos mismos.