Fiera

En un hangar se encontraba Luis José, ya había planificado todo, su regreso al pueblo era necesario, pues hoy mismo se cumpliría su plan y debía estar lo más lejos posible, el hombre frente a él sonríe de manera maliciosa.

-No te preocupes amigo, todo está bajo control.

Luis José: regresaré en unos días, cuando las cosas se calmen.

-No estés ansioso, todo saldrá como lo planeamos, ahora ve con tu esposa que me está mirando con cara de asesina.

Luis José: jajajaja, siempre está de mal humor, el embarazo la tiene cansada.

-Aun así está bien buena.

Luis José: cuidado con lo que dices, es mi mujer de la que hablas.

-Es tu mujer, pero deseas a otra.

Luis José: esa condenada debía ser mía desde que cumplió los 15, pero me frustró los planes.

-Aún lo sigue haciendo.

Luis José: hasta ahora (sonríe cínicamente)

Se despiden dejando atrás un plan macabro y pronto una familia rota por la ambición de un hombre sin escrúpulos, durante el viaje Samantha no dejaba de preguntar que era lo que tenía en mente, Luis José solo respondía que estaba cansado que en casa hablaban y se disponía a cerrar sus ojos ignorándola.

Terminando de hacer negocios con un nuevo cliente, Pedro Emilio se dispuso a irse a casa, extrañaba a su mujer y la comida que ella le preparaba, durante el viaje no dejaba de rememorar desde su infancia, desde que conoció a Teresita y de como Luis José supo envolverla hasta enamorarla, pero se sentía afortunado de ser su mejor amigo y ser él a quién llamara esposo.

Sus ojos se iluminaron al verla en la puerta de su casa esperándolo, suspiro de amor al verla radiante y con una enorme sonrisa, algo bueno le ha pasado y no espera en contárselo, la conocia perfectamente, se baja del auto dejando atrás a sus guardaespaldas, quienes les dan espacio.

Teresita: mi amor, tengo una noticia que darte.

Pedro Emilio: pero primero dame un beso de bienvenida, esposa mía (sonríe dándole un gran beso y abrazo)

Una vez que se separan ella toma sus manos y las lleva sobre su vientre, esto desconcierta a Pedro Emilio, sus ojos pasan de su mirada sonriente a su vientre, ella asiente indicando que es lo que piensa.

Pedro Emilio: un... ¿Un bebé? (pregunta con lágrimas en sus ojos)

Teresita: si amor, nuestro bebé está creciendo aquí.

La alza entre sus brazos y reparte besos por todo su rostro, ambos ríen emocionados y sus guardaespaldas sonríen al ver a sus patrones felices, de repente un auto pasa a gran velocidad, los guardaespaldas corren a proteger a la pareja al ver armas salir por la ventana del auto, las detonaciones se escucharon mientras que Pedro Emilio protegía a su mujer con su cuerpo.

Una vez cesaron los disparos Pedro Emilio comenzó a revisar a su esposa, está estaba pasmada del miedo, los guardaespaldas cayeron al suelo herido y al darse cuenta de eso, pego un grito de horror.

Pedro Emilio: todo está bien amor (dice con voz cansada)

Teresita al oír como hablaba lo miro y se detuvo al ver su ropa manchada en sangre, no, no puede ser, estaba herido, su esposo estaba herido, sus manos temblaban al tocar su camisa y mirar como su rostro perdía color, cayó de rodillas y eso la alarmó.

Teresita: Amor... Amor mírame, voy a llamar a una ambulancia, pero por favor no cierres tus ojos.

Pedro Emilio la toma de la cintura apoyando su cabeza en su vientre, pedía perdón a su hijo no nato por no estar presente en su vida, pedía perdón silenciosamente por no poder proteger a su familia de ahora en adelante, pero sabía que Teresita es fuerte y podrá salir adelante por sí sola.

Mientras esto sucedía, algunas personas salían de sus casas a ver la escena, Teresita con sus manos temblorosas hablaba sin parar por su teléfono para que enviaran una ambulancia urgentemente, su esposo se estaba desangrando y ella no sabía que hacer, un vecino que es Doctor se acercó para ayudarla.

Doctor: Presiona con fuerza la herida (dice dejando su cuerpo en el suelo)

Teresita: por favor resiste amor, debes sobrevivir por nuestro bebé.

Lloraba sin parar, sus lágrimas cubría el rostro de su esposo mientras este solo podía mirarla con pena, pues se le estaba dificultando respirar, un silencioso "Te amo" fue lo último que le dijo cuando su cuerpo comenzó a convulsionar y por su boca salía sangre a borbotones.

Doctor: está muriendo (murmuró)

Teresita: no, no puede morir, resiste amor, la ambulancia ya viene.

Doctor: sus órganos fueron perforados por las balas, no puede resistir más.

Teresita: ¡no! ¡No diga eso! ¡Haga algo! ¡Ayúdelo, por favor!

Doctor: Lo siento, no hay nada más que hacer.

Teresita lloraba desgarradoramente, su esposo moría entre sus brazos y no había nada que pudiera salvarlo, la ambulancia llegó y solo lo cubrieron con una sábana blanca, la alejaron a la fuerza de su cuerpo, mientras ella gritaba que lo salvarán, no podía soportar el dolor de perder a la única persona que la amó sin condición, quien la protegió con su propia vida.

Su mente devolvía una y otra vez a lo que sucedió mientras los policías la interrogaban, veía como solo dos de sus 10 guardaespaldas sobrevivieron, ella lamentaba ese suceso y sabía que algo tenía que ver con el miedo y paranoia de su esposo.

Alguien estaba detrás de todo eso, su deber era hacer justicia por su amado esposo y los hombres que la protegían, de ahora en adelante debe ser fuerte, debe cobrar venganza y tenía en mente en dónde empezar a buscar respuesta, pero por el bien de su bebé debía esperar un tiempo.