Divorcio

Iason había estado trabajando en su oficina durante algún tiempo cuando su asistente llegó con una expresión preocupada. Era como si no supiera como empezar a hablar.

Al final optó por apretar los dientes y morder la bala.

— Jefe, esto… el acuerdo de divorcio…

Sin embargo, aunque había decidido ser valiente, su lengua no fue de ninguna ayuda.

— ¿Qué pasó? — cuestionó Iason mientras lo miraba haciendo que se sienta nervioso, sin embargo, luego de ver su expresión tranquila, trató de calmarse.

El pequeño asistente suspiró antes de hablar.

— Bueno, jefe, parece que su esposa está planeando divorciarse de usted porque hoy llegaron estos papeles.

Tras decir aquello, aquel joven asistente rápidamente colocó los papeles sobre la mesa antes de irse lo más rápido posible.

Después de salir de la oficina no pudo evitar reprenderse debido a que su manera de hablar fue demasiado informal.

Mientras tanto, Iason no sabía cómo sentirse al ver aquellos documentos.

Después de todo, cuando Emily envío aquel mensaje en el que mencionaba el divorcio, él no se lo tomó en serio, después de todo, había visto durante estos tres años lo estúpida que era la castaña al no entender una negativa de su parte, por lo que se lo tomó como otra más de sus estrategias para llamar su atención, así que obviamente la ignoró. Sin embargo, ahora que veía los papeles del divorcio sobre su escritorio, no podía evitar sentirse confundido.

Al final, Iason creyó que esto era otro de los juegos de Emily para captar su atención, así que tomó su teléfono celular y la llamó queriendo saber hasta dónde estaba dispuesta a llegar con esto.

La llamada sonó más de diez veces, sin embargo, a pesar de eso no fue conectada cuando en el pasado después del primer timbre había sido recogido el celular.

Iason le dio un punto por ello, por supuesto, él aún seguía creyendo que todo esto del divorcio era otro método de Emily.

Cuando no contestó el teléfono no fue recogido luego de que marcó más de diez veces, Iason pensó que aquella castaña había ido demasiado lejos con su juego.

Por lo que salió de la oficina por primera vez en varios días con la intención de darle una lección.

Sin embargo, cuando llegó a casa no pudo evitar sentirse perdido al no ser recibido por su esposa como había sido en el pasado.

Iason miró alrededor de la pequeña villa en la que vivía, sin embargo, no vio rastro alguno de Emily, la buscó por algún tiempo, pero no la encontró.

Al final optó por subir hacia aquella habitación que en el pasado había evitado como si dentro hubiera alguna especie de demonio dispuesto a arrastrarlo al infierno.

— Emily, ¿qué…?

Iason tuvo que tragar por completo sus palabras al notar el desastre dentro de la habitación, casi pensó que había entrado en alguna especie de realidad distinta.

Después de todo, la habitación delante de sus ojos era muy diferente de la que recordaba en el pasado.

Iason empezó a caminar alrededor por algunos segundos, sin embargo, tuvo que detener sus pasos cuando sus pies se tropezaron con un anillo en el suelo.

Era el anillo de bodas que le había dado a Emily.

Iason frunció el ceño antes de recogerlo, sus pensamientos en este momento eran un completo misterio.

Luego, cuando estaba a punto de salir de la habitación de Emily, recibió una llamada. Era de ella.

— Asumo que ya recibiste los papeles del divorcio — comentó aquella mujer cuando abrió la llamada.

Iason sonrió de manera fría ante sus palabras.

— Estás en lo correcto — anunció con aquella voz melódica que lo caracterizaba.

Iason caminó por algún tiempo antes de sentarse sobre la cama de Emily mientras esperaba que esta continuará hablando.

— Si no tienes ninguna objeción, firma que en menos de un mes estaremos divorciados — comentó con una voz muy diferente del pasado.

Era como si la persona que estuviera detrás del teléfono no fuera aquella chica complaciente que le rogaba que regresara a casa.

— ¡Oh! — exclamó Iason como si estuviera sorprendido, sin embargo, él no lo estaba — Primero, reunámonos — comentó antes de colgar.

Luego le envío una dirección a Emily, curiosamente era la dirección del mismo restaurante en donde habían hablado de su matrimonio, era solo que esta vez el tema que iban a tratar era su divorcio.

Iason jugueteo por un momento con su celular antes de marcar a cierto alguien que había tenido en el olvido durante mucho tiempo.

— Dime, ¿qué ha estado haciendo esa mujer durante todo este tiempo? — cuestionó sin ni siquiera saludar.

Iason no sabía por qué se sentía molesto, la molestia que sentía era como una espina que se incrustaba en el talón del pie y que solo te molestaba cuando caminabas.

La persona detrás del teléfono dudó por un segundo antes de hablar, después de todo, él conocía demasiado bien lo impaciente que podía llegar a ser su jefe, así que rápidamente empezó a darle un resumen de lo que había hecho la señora de la casa.

— Omite las cosas no importantes y dime, ¿en dónde está?, ¿acaso busco un amante?

El hombre que estaba detrás de la llamada no sabía cómo abordar las preguntas que le había hecho el jefe, siendo sincero, tampoco sabía cómo responder. ¿Cómo podía decirle al jefe que su frente fue adornada por su propio hermano?.

Sin embargo, al final no obtuvo más remedio que hablar, después de todo, le pagaban para informar este tipo de cosa.

— Jefe, en los últimos días desde que salió de la casa, la señora ha estado viviendo con el joven Luka… ellos incluso estuvieron en un hotel juntos.

Iason ante las palabras que había dicho aquel sujeto guardó silencio, era del tipo de silencio que te ponía los pelos de punta. Como si fuera la calma antes de la tormenta.

— Repite lo que dijiste.

El joven que se encontraba detrás del celular tragó saliva en seco.

Aunque todo el mundo creía que Iason Hayes era un chico de corazón blando e incluso lo tacharon de buena persona, solo él conocía lo malo que podía llegar a ser cuando se lo proponía.