Jesica, es una chica de una familia media, cuando su madre enferma se ve obligada a comenzar con un trabajo como novia por contrato donde conocerá a Max quien la llevará a un mundo de mentiras y dolor
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segundo encuentro
Por otro lado, Jessica se encontraba en el hospital acompañando a su abuelo. Ambos estaban a punto de realizar el pago por los servicios médicos recibidos.
Su abuelo, con un semblante preocupado, miró a Jessica y le preguntó: “¡Jessica, de dónde has conseguido tanto dinero!”
Ella, sintiéndose un poco nerviosa, le respondió: “Estoy trabajando, me adelantaron mi sueldo”.
El abuelo, con una mezcla de admiración y aprecio, le dijo: “Mi niña, no sé qué haría sin ti. Eres una hija tan buena. Solo asegúrate de no descuidar tus estudios”.
Jessica experimentó una profunda tristeza al no poder compartir sus pensamientos con su abuelo. Sin embargo, comprendía con claridad que necesitaba el dinero.
Ambos ingresaron a la caja del hospital, donde Jessica se encargó de pagar una parte de los gastos médicos. En ese momento, se dio cuenta de que la suma total que iba a requerir era exorbitante. Un suspiro escapó de sus labios, y sintió cómo un nudo se le formaba en la garganta, reflejando la mezcla de tristeza y desesperación que la invadía.
No entiendo por qué cuesta tanto dinero, exclamó su abuelo con una expresión de preocupación en su rostro.
Tranquilo, abuelo, ya encontraremos una solución, respondió Jessica, sintiendo también un nudo en su pecho mientras lo miraba.
Jessica se dirigió a la habitación de su madre. Al entrar, se dio cuenta de que aún no había despertado y que varios aparatos más estaban conectados a su cuerpo, Jessica acarició el rostro de su madre, limpiando las lágrimas que se acumulaban en sus mejillas, sintiendo una mezcla de tristeza y esperanza en ese momento tan difícil.
El doctor entro a revisarla.
Doctor cuánto tiempo mi mamá estará en ese estado.!?_ pregunto Jessica.
Asta que tenga un pulmón nuevo asta ese momento podrá despertar y respirar por si sola.!_ dijo el doctor.
Y eso cuando pasará, mi mamá ya está en la lista de espera.!_ dijo Jessica.
Señorita Jessica, esto es un proceso muy largo lamentablemente su mamá está en los¡Los últimos lugares de la lista!, exclamó el doctor, mirando a Jessica con tristeza en sus ojos.
¿Pero cómo es posible que dejen morir a mi mamá solo porque no ha pagado?, preguntó Jessica, visiblemente molesta y con la indignación marcada en su rostro.
El doctor, sintiéndose apenado, respondió: Lamento profundamente esta situación, pero son políticas del hospital. Sin embargo, si me lo permite, haré todo lo posible para ayudar en lo que pueda. Mientras hablaba, su mirada se mantenía fija en ella, tratando de transmitirle su empatía y disposición para buscar una solución.
gracias.!_ dijo Jessica tomando la mano de su madre mientras sus lágrimas salían sin parar .
Esa tarde, Jessica se vio obligada a regresar a casa para terminar algunas tareas escolares. Mientras intentaba concentrarse en su trabajo, su teléfono no dejaba de vibrar, inundado de mensajes de Franco, quien le estaba pidiendo insistentemente que se vieran. Este constante bombardeo de mensajes comenzó a fastidiarla profundamente, así que decidió apagar el teléfono. Antes de hacerlo, no pudo evitar pedirle a Paola que ya no trabajaría más con ella, como si eso le pudiera aliviar un poco la carga que sentía.
Exhausta por el día, se dejó caer en su cama, donde rápidamente se sumió en un profundo descanso.
A la mañana siguiente, Jessica se despertó muy temprano, decidida a comenzar el día de la mejor manera posible. Se arregló con esmero para ir a la universidad, asegurándose de lucir presentable. Al llegar, se encontró con que había llegado mucho antes de lo habitual, por lo que decidió aprovechar ese tiempo extra para abordar las tareas pendientes que tenía.
Jessica, por qué no contestas mis mensajes.!_ dijo franco acercándose a ella.
De que estás hablando déjame tranquila.!_ dijo Jessica molesta guardando todas sus cosas en la mochila para alejarse de el.
Necesitamos hablar, Jessica, tu sabes muy bien que tú me obligaste a estar con Matilde, no querías estar conmigo no querías que te tocara.! Pero yo te amo a ti yo solo me estaba divirtiendo_ dijo franco tomando a Jessica del brazo con fuerza.
Te as vuelto loco, eres un descarado, lo nuestro se acabó ahora suéltame.!_ dijo Jessica forcejeando con franco.
En ese momento se escuchó una voz varonil que los interrumpió.
¡Suéltala! exclamó Max, mientras dirigía una mirada intensa y llena de determinación hacia Franco.
No te metas en esto, lárgate! respondió Franco con tono despectivo, eligiendo ignorar la preocupación evidente en la voz de Max.
Jessica, por su parte, se quedó paralizada, los ojos abiertos de par en par al observar a Max.
¡Te dijo que la sueltes! exclamó Max, visiblemente molesto, mientras agarraba a Franco del hombro con fuerza.
Franco, sintiéndose presionado, dejó ir a Jessica y apretó los dientes con frustración. Enojado, se apartó de ambos, alejándose con pasos firmes.
Paola observaba la escena desde la distancia, ya que apenas estaba llegando. Sin embargo, no se atrevió a acercarse al notar que Jessica estaba conversando con un hombre que parecía adinerado, dado su elegante vestimenta.
¿Qué haces aquí? dijo Jessica, observando a su alrededor con un evidente nerviosismo al darse cuenta de la presencia de Max. Ella no podía evitar notar que él era un hombre sumamente atractivo y seductor. Max llevaba puesta una camiseta polo blanca de manga corta que resaltaba la forma tonificada de sus brazos, y sus pantalones negros se ajustaban perfectamente a sus piernas, acentuando su figura. La combinación de su apariencia cautivadora y la confianza que emanaba solo aumentaba la inquietud de Jessica en ese momento.
Necesito hablar contigo, llame a tu teléfono Pero está apagado y ya no estás disponible en la página de internet.!_ dijo Max mirándola a los ojos.
Ya no trabajaré más en eso.!_ dijo Jessica.
Necesito hablar, Pero no aquí, podemos ir a tomar un café.!_ dijo Max caminando asta el auto para abrir la puerta de su auto.
Jessica, subió al auto pues todos la miraban.
Max la miró subír pues Jessica llevaba puesto una falda a tablas blanca que dejaba ver sus piernas.