Larisa ha reencarnado en Lune Blanche, la villana cuyo final fue lamentable por intentar matar a la santa, pero ahora ella cambiara eso, acepta el rompimiento de su compromiso y decide unirse a los cazadores del ducado para acabar con las bestias salvajes que crean caos en el país. Lune ahora demuestra su poder de bruja y en su camino se cruza el personaje extra, Alessandro un hombre lobo con gran poder.
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capítulo 10- ataque...
El licantropo sostiene a Lune del cuello y la levanta, mientras observa hacia donde esta Estela, ella permanece oculta, no puede dejar que Alessandro la vea.
Alessandro al ver al licantropo sostener a Lune, se transforma también, era un poco más grande que sus atacantes y de un color blanco como la nieve, su atacante se sorprende, no hay quien no conozca a Alessandro en su forma de licantropo, aún si nunca lo han visto, su blanco pelaje, era un distintivo de su familia.
El atacante retrocede, pero Alessandro lo alcanza e inicia una feroz pelea, su compañero que aun sostiene a Lune, da unos pasos hacía atrás al ver como Alessandro atraviesa el pecho de su compañero con su garra.
El atacante levanta a Lune y la aprieta del cuello como amenaza hacía Alessandro y finalmente la tira a un lado para salir corriendo, Alessandro intenta alcanzarlo, mientras que Estela observa que el albino se ha alejado, así que se acerca a Lune y saca una daga de una bolsa que lleva en la cintura.
— no debiste codiciar lo mío...maldita...—
Antes de poder clavar la daga, Lune gira, causando que la daga se clave en el piso.
— maldita rata...solo muere...— Estela se lanza contra ella.
Las garras de Estela se dejan ver, alcanzando a rasgar el hombro de Lune y la logra derrotar contra el suelo, Estela le aprieta el cuello clavando sus garras.
— muere maldita rata...—
Pese a estar apretando, Estela nota que Lune mantiene las manos quietas y la ve sonreír.
— ¿de que sonríes? No deberías de estar tan feliz, voy a matarte.—
Lune solo comienza a reír, causando que Estela sienta un escalofrío, no comprende como una mujer a punto de morir puede reír, Estela escucha un ruido y voltea para todod lados, Lune aprovecha para parar su risa y de un momento a otro, cuando Estela baja la vista y se asusta al ver que a quien horca es a su madre. La suelta y retrocede, sin saber que pasa, su madre se sienta, dejando ver que tiene el cuello desgarrado y la sangre no deja de salir.
—¿por qué hija? ¿Por qué me has matado? —
Estela da unos pasos hacía atrás al ver el aspecto de su madre, pero algo sujeta su tobillo y cuando baja la vista, era su padre con la mitad de su rostro desfigurado, Estela se espanta y grita. De inmediato sale corriendo por el bosque. Pero cae cuando le algo le atrapa los pies, al observar, era aquellos bandidos que contrato.
~nos has matado...~
~ tu ambición nos mato.~
La voz era de su padre y era él quien se arrastra por la nieve, tiñendo de rojo esta, por la sangre sus heridas, eran esos cuatro muertos que se acercaban a ella arrastrándose. Sin importar a donde corra, la seguían, y así se fue perdiendo en el bosque.
Mientras que en la realidad, Lune estaba sentada sobre la capa de uno de los atacantes y Alessandro regresaba, aunque aún seguía en forma de licantropo, pero se regresa a su forma humana, Lune observa el cuerpo desnudo del Archiduque, vaya gusto el que se estaba dando. Alessandro recoge su capa para cubrirse, mientras que Lune frunce los labios, se había acabado el show.
— lady Blanche ¿esta bien? El otro logro huir, preferí volver, hay que salir de aquí, el bosque esta lleno de arpías.—
— a diferencia suya, no creo que pueda caminar sin sentir frío.— incluso estando sobre la capa, sus pies ya se estaban helando.
— me transformare y subirá a mi lomo para volver a la mansión.—
— de acuerdo, por ahora acepto solo subir a su lomo, espero no sea el único lugar al que suba.— le guiña el ojo.
Alessandro levanta una ceja ante el descaro de la azabache. Se transforma nuevamente y Lune sube al lomo sosteniéndose bien cuando el albino comienza a correr.
Cuando Franck los ve llegar, enseguida busca una bata para su señor y apenas regresa a su forma humana lo cubre con ella, mientras que llama a las doncellas para que lleven a Lune arriba y la ayuden con un baño caliente.
— ¿que ha pasado alteza? ¿Acaso fueron los de Num?—
— no, simples bandidos, pero el objetivo era lady Blanche.— mira hacía arriba mientras Lune sube.
— podría ser lady Masson...ella...—
— si, fue ella, pude sentir su aroma...—
Aunque cuando regreso, Estela había desaparecido, tal vez huyó antes de ser descubierta. Pero mañana hablara con el Marqués Masson. Lune por su parte, estaba en la bañera, disfrutando de un baño caliente, pero sonríe al recordar lo que vio en el bosque, no solo era un hombre atractivo, tenía lo suyo entre las piernas. Se acomoda apoyando sus manos sobre la orilla de la bañera mientras deja que su cuerpo flote en el agua y se pierde en sus pensamientos.
《¿Estaría bien probarlo un poco? Soy una mujer libre, claro que puedo probarlo.》 Sonríe ladina.
Al acabar su baño, se viste y las doncellas le ayudan a peinar su caballo y secarlo.
— lady Blanche tiene un cabello muy lindo.—
— es suave y sedoso, yo no logro tenerlo así.— comenta la otra doncella.
Lune les muestra dos pequeñas botellas con un líquido amarillo.
— pongan una gota dentro de su shampoo y les ayudara a mantener su cabello suave y fuerte.—
— pero lady Blanche...yo no podría aceptar algo así.—
— debe ser muy valioso.—
Ambas chicas se veían tímidas.
— es una formula que me enseño mi madre y es fácil de preparar, no cuesta mucho. Adelante tomen, haré más mañana para todas.—
Las chicas se miran entre si y aceptan el regalo, agradeciendo por ello.
— muchas gracias, es muy amable.—
— si, muchas gracias lady Blanche.—
Las chicas al terminar se retiraron muy felices por el regalo.
Al día siguiente, el Marqués había acudido a la mansión, donde Alessandro le informó lo que su hija había hecho y este personalmente se disculpa con Lune.
— no se preocupe Marqués, usted no es culpable, su hija es una adulta y ha tomado decisiones equivocadas.— menciona Lune.
— no sé donde se ha metido, pero cuando regrese, la traeré y la haré pedir perdón de rodillas.—
— no hace falta y alteza, por favor, no tome represalias con quien no debe.—
— lo tendré en cuenta lady Blanche.— responde Alessandro.
Lune se retira de la oficina y decide ir a la cocina, donde pide ciertos ingredientes para preparar la fórmula para el cabello tal como le dijo a las otras doncellas.
Por otro lado, Madison ha llegado a la mansión del Archiduque, había acudido ella sola pese a la negativa del príncipe, pero tiene que hablar con el Archiduque y hacerle comprender que lo que solo quieren proteger a su gente.
— por favor, dígale al Archiduque que me deje hablar con él...en verdad es importante.— suplica a Frank.
— creo que la última vez quedo claro que su alteza no ayudará a su causa. No dejará que su gente sea dañada por el templo.—
— a quien buscamos no es su gente, es un ser maligno que se hace pasar por una persona. Mire, el cristal esta oscuro, la bruja esta aquí.—
Madison muestra el cristal con un tono gris oscuro, Frank solo suspira tratando de calmarse, las palabras de esa chica en verdad son absurdas.
— creo que mis palabras no quedaron claras. Dígale a su templo que si cree que dejaré que maten a alguien de mi territorio, se equivoca, si quieren una disputa la tendrán, no me importaría extender mi territorio.— por supuesto que tiene la seguridad de ganar.
— no queremos un conflicto alteza, solo queremos proteger a todos se ese terrible ser.—
—¿terrible? Si fuese tan terrible ¿no cree que ya habría hecho algún mal aquí?—
— quizás esta esperando algo, pero mire, el cristal indica que esta aquí...es por el bien de todos alteza.—
Madison observa al duque con suplica, sus ojos mostraban preocupación, pero eso a Alessandro no le agrada.
— ¿me pregunto que dirá el príncipe si supiera que ha venido a seducir al Archiduque?— menciona Lune.
Escucho la conmoción y no dudo en salir.
— lady Blanche...esto es serio, usted no comprende la gravedad del problema.— Madison trata de mantener la frente en alto.
— lo que yo entiendo es que el templo solo viene a fastidiar y que coincidencia que es donde yo estoy ¿acaso tienen algo en mi contra?— se muestra preocupada.
— no es así...yo...yo solo quiero ayudar...— agacha la mirada con tristeza.
— lady Madison...— el príncipe llega en un carruaje y corre a ella.
Gael dirige su mirada molesta hacía Lune.
— quien molesta aquí es su supuesta santa, no permitiré calumnias contra lady Blanche.— reclama Alessandro.
— usted no la conoce, ella es una mujer llena de envidia, ha dañado antes a la santa.—
— mientras yo no vea algo así, no puedo creerle, además ¿por qué lady Blanche querría dañar a alguien tan insignificante?—
El príncipe aprieta los puños antes el insulto había Madison, quien solo agacha la cabeza casi al punto se llorar.
— no me importa cuan poderosa sea su familia, no le permito ofender a mi prometida.— reclama Gael.
— en realidad su alteza solo dijo la verdad ¿yo porque querría dañar a tu santa?— pregunta Lune.
—¿que no es obvió? Envidias y no soportas el hecho de que la amo a ella y no a ti.—
— ¡oh! Eso, en realidad no me interesa, la verdad, me alegra que haya llegado, así pude deshacerme de mi compromiso con usted y me la dejo tan fácil.—
—¿que dices? Soy yo quien ha roto el compromiso, no tu.— reclama Gael.
— lo se, así mi padre se ahorro el dinero de la compensación. Solo moví algo por ahí y algo por aquí, pequeñas maldades contra su santa y el compromiso roto.— Lune muestra una gran sonrisa.
— eso es mentira...me amas y por eso no soportas el hecho de que lady Madison sea el amor de mi vida.— Gael se veía molesto.
— pero yo le dije antes que ya me gustaba otro...digamos que ahora, vine por ese otro. — Lune mira a Alessandro.
Al entender lo que Lune trata de decir, este le sonríe y sujeta la mano de la azabache, Madison y Gael se sorprenden por eso.
— gracias santa, gracias príncipe, por ustedes, ahora si me caso con quien amo.—
Gael veía a ambos tomados de la mano y eso le molestaba, no era posible que Lune ya no lo amara y que ahora estuviese con otro tan pronto rompió su compromiso.
— si me disculpan, tenemos cosas más importantes que hacer. Que nadie les permita el paso.— ordena Alessandro.
Alessandro sin soltar la mano de Lune, ambos caminan para entrar a la mansión y cerrar las puertas, incluso ordena que no permitan que crucen las rejas tanto el príncipe como alguien del templo.
Como actúan los gemelos van a parecer siempre los más peques