Soy huérfana desde los 6 años, y ahora que estoy apunto de cumplir los 18 años, las cuidadoras me vendieron en matrimonio. Mi nombre es Rouse y fui obligada a casarme con el único hijo de Mrs Hassan... Pero hay algo que no saben... Tengo cáncer en etapa terminal.
NovelToon tiene autorización de leudimar seijas para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Corazón intranquilo
Rouse
Creo que nunca me había sentido tan descansada, relajada y tranquila como la primera mañana en la que amanecí con él. Podría jurar que mi pecho se sintió tranquilo, después de tantos años sintiendo la opresión en mi cabeza todos los días, ésta primera noche pasada con él fue la primera noche en la que pude desconectar totalmente.
Dormir abrazada a él fue como si me sintiera totalmente en casa, fue como si siempre hubiese pertenecido a esos brazos, quizás estoy loca, porque me acostumbré a dormir sola hace muchísimo tiempo pero, nunca había sentido mi corazón tan tranquilo como esa noche. Nunca.
Me desperté más temprano que él y lo miré dormir unos minutos, me dí cuenta que hoy amanecí muchísimo mejor y estoy a buena hora para ir al laboratorio y trabajar, así que me despego lentamente de él y gracias al cielo que no se despierta, me pongo un pantalón y la camisa del uniforme, me peino con los dedos y me hago una coleta de caballo.
Abro el armario un momento para mirarme y sí, estoy perfecta y radiante. Miro el reloj: 6:45 de la mañana. Fabuloso, salgo de la habitación muy silenciosamente y me escabullo por las escaleras, hasta que logro salir, verifico haber traído mi monedero para el pasaje en bus, si, todo correcto. Al llegar a la recepción del laboratorio, me saluda Linda:
-Hola, Rouse. Buen día ¿Qué tal estás? Ayer no te ví entrar...- me pregunta, entregándone mi cupcake y café con leche de siempre.
-Buen día, Linda. Ayer me sentí un poco indispuesta para venir, pero hoy me siento muy bien- y ya que tengo mi desayuno de siempre, me siento en confort.
-Bueno, me alegra que estés mejor hoy- y sonríe.
-Gracias- y ella asiente, yo paso directamente al espacio de la señora Ana. Quién sabe lo que podría decirme, quizás estuvo preocupada.
-¡Rouse, querida! Me tenías preocupada, tú nunca faltas así aquí, diría que es la primera vez en éstos dos años que tienes trabajando conmigo ¿Que ocurrió?- Ella quiso saber, pero yo estaba sin palabras porque ella prácticamente se levantó de golpe y me abrazo. -Uy, discúlpame, casi hago caer tu café- y me suelta.
-Sólo olvidé tomar mi medicina en la noche y pues ayer amanecí un poco enferma, pero hoy me siento muy bien-, le digo con la mejor cara tranquilizadora posible que puedo dar.
-¿Estás segura?- me mira incrédula.
-Sí, señora Ana, en serio hoy me siento muy bien- y pongo mi cupcake y café en mi mesita.
-Bueno, hoy no quiero que hagas el trabajo pesado, hoy solo clasificarás los registros, nada más- y frunce los labios como señal de que es la última palabra, y siempre que hace eso yo no puedo contener la risa.
-Sí, señora Ana.
Así que yo pasé todo el día de hoy comiendo pastel de mantequilla, cupcake de piña y me trajeron chocolate caliente, y todo eso porque saben que no me sentí mal ayer. Hice todo el trabajo que me pidió la señora Ana y terminé justo a las 5 de la tarde, pero recibo una llamada de recepción:
-¿Sucede algo, Linda?- pregunto curiosa, nunca me llaman de recepción.
-Sí, Rouse. Aquí hay un hombre diciendo que vino a buscarte- Y se le escucha muy incómoda.
-¿A mí? ¿Estás segura?- Ésto es demasiado extraño.
-Dijo específicamente "Rouse"- añade.
-Bueno, voy en seguida- le informo, y cuelgo.
Salgo en dirección a la recepción, recojo mis cosas para marcar mi salida porque ya mi tiempo terminó, pero la más grande sorpresa, por no decir infarto es cuando veo parado a Cristian Hassan en la recepción de mi trabajo. Me acerco lo más rápido que puedo.
-Cristian, ¿Qué estás haciendo aquí?- Le susurro.
-Podrías haberte despedido en la mañana al menos-, dice molesto e irritado, -¿Quién dijo que ibas a seguir trabajando? Ayer pasaste un día fatal y no puedo creer que hoy estés totalmente recuperada, ¿Te has vuelto loca?- y eso último que dice llamó la atención de los demás.
-Cristian, baja la voz y hablemos afuera ¡No hagas una escenita aquí, por Dios!- le vuelvo a susurrar y le sonrío a Linda para hacerle ver que todo está bien.
-Bien, pero tenemos una conversación muy intensa que conversar- Y yo lo sigo hacia la calle, y se le nota tenso, molesto e irritado ¿Y yo qué hice?.
-¿Se puede saber qué haces tú presentándote en mí trabajo y haciendo un escándalo?- le reprocho. -Tú no eres mi padre para decirme qué hacer y qué no, y si yo quiero estar aquí, ¡Pues entérate que voy a seguir viniendo!- le insulto.
-Ah, sí, pues claro, la niñita se cree adulta ahora, ¡Pues déjame darte una lección de persona adulta! ¡No puedes desafiar a los que están por encima de ti! ¿Quieres ver cómo hago que dejes ese trabajo sin la necesidad de hacer un escándalo?- me reta.
-¡A ver!- es todo lo que puedo decir.
-Puedo en éste mismo instante comprar ese laboratorio, cambiar todo el personal y solicitar tu carta de despido... Ah, ¡Y el de la recepcionista también!- Casi me grita en la cara...
-Ah, claro, se me olvidaba que yo estoy por debajo de ti, es decir que soy insignificante, claro ¡Realmente lo olvidaba!- y me volví a sentir humillada, y no puedo evitar derramar una lágrima. Y él me mira como si no entendiera el porqué estoy llorando.
-¿Por qué estás llorando?- me pregunta de forma rara.
-¡Olvídalo! ¡No quiero verte ni hablar contigo!- y de una entro en el carro y cierro de un portazo.
Él alza las manos al cielo como pidiendo paciencia, y pasa por el otro lado y entra en el auto. Y sólo se me queda mirando como un tonto mientras el guardia nos conduce a casa.
Llegamos y yo fui directo a mi habitación y me cubrí con la cobija, y empecé a llorar otra vez por lo que había pasado, acaba de humillarme ¡El mismo hombre que me generó más seguridad es el mismo hombre que me hace llorar!