La Villana Falló (Segunda Parte)

Elian nunca había estado preocupado por nada, durante toda su vida. No era necesario, al contrario, todo para él fue sencillo. Los negocios y la política eran tan fáciles ahora. Nada fue difícil para él. La presencia de Alexandra fue genial para que él pudiera avanzar sin dudarlo.

Pero después de pedirle el divorcio, le hizo perder la razón.

Elian no podía concentrarse en lo que fuera o hiciera. En dónde un suspiro salió de lo más profundo de su corazón. La única que dominaba su mente era Alexandra. Pero no podía creer que ella quería romper con él desde el principio. Todo parecía desmoronarse. "¿por qué me dijo eso Alexandra?" hubo un repentino destello en los ojos de Elian, mientras se hundía profundamente en la oscuridad.

Sus ojos se volvieron locos "¿tal vez hay otro tipo por ahí?" solo pensar en la posibilidad de que Alexandra hubiera conocido a otro hombre hizo que se le revolviera el estómago. Quería torcer el cuello del oponente, que no sabía quién era. Pero los delirios de Elian no duraron mucho. "es ridículo" no podía serlo.

No había forma de que Alexandra le hubiera gustado más que él. Estaba seguro de eso. "Si hay alguien detrás de mí..." no, nunca podría suceder. Pero no podía creer que su confianza de esté desmoronando. Todo el asunto era confuso. "¿Cómo puedo cambiar la mente de Alexandra?" Elian después de un beso, le hizo una declaración de guerra. Sin embargo, no tenía un método claro de como conquistarla. Ya que había sido completamente domesticado por ella. Y quería que Alexandra fuera igual que él. "Si ella no me mira de esa manera, la obligare. Me verá como un hombre" pero antes de el, tenía que cambiar sobre el tema del divorcio. "¿cómo puedo mantenerla a mi lado? " antes de que le diera nuevamente los papeles de divorcio, Elian que le sale una forma de cambiar el corazón de Alexandra "Debería encerrarla?" Llevarla a su habitación para que no pudiera salir más

Los ojos de Elian brillaron con una obsesión momentánea. Fue una forma bastante satisfactlria para él, pero no podía hacer eso. Porque si hiciera tal cosa, ella le odiaria de por vida.

Incluso si ella no se fuera, si ya no la quisiera, tampoco podría soportarlo. Elian quería que ella le ame solo a él y que esté siempre a su lado.

Pero era tan difícil.... Era hora de que la frente de Elian se tensara profundamente.

Toc Toc

Con dos golpes, al menos cuatro personas se podían sentir fuera de la puerta.

En el momento en que los ojos de Elian se agudizaron, la puerta se abrió y entraron los empleados. Algunos de ellos, incluyendo al mayordomo, eran empleados cercanos a Alexandra. La ceja de Elian se elevó con sensibilidad.

- Escuchamos lo que pasó hoy con la señora.

-Queremos decirle algo.

¿cómo te atreven los empleados a hablar de que pasó entre ellos? Elian estaba a punto de estallar su enojo.

-Tampoco queremos que se vaya la señora.

-Si. La señora es necesaria para la familia del Duque. Ese es nuestro mayor deseo. Queremos que los dos estén juntos.

Las palabras que salieron de sus bocas no fueron desagradables. Así que Elian decidió escucharlos.

-Asi que tuvimos una pequeña discusión... Y llegamos a la conclusión de que la primera prioridad es cambiar su opinión acerca del divorcio...

Los labios de semana estaban ligera pero claramente agrandados. Se las arregló para contener un momento de emoción.

Elian: ¿y qué se les ocurrió?

Preguntó con calma, pero su voz parecía un poco temblorosa. Pero ese no era el punto ahora.

-Nosotros...

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El interior de la mansión estuvo a abarrotado durante días después de que Alexandra anunciara si divorcio. Los empleados también parecían tener mucho que decir cada vez que veían a Alexandra.

Ella tenía la intención de calmar las cosas, pero no quedaría bien, si dijera que había sido una broma, así que esperaba hacerles creer que Elian la había enamorado y había cambiado de parecer, estaba pensando en eso cuando, pronto escucho pasos urgentes y golpes duros, un empleado apareció sin aliento.

Empleado: ¡Señora, ocurrió un gran problema...!

Alexandra: ¿Qué pasó?

Una ansiedad instintiva crispó en los párpados de Alexandra. Sintió que algo grave había pasado.

Empleado: ¡El duque ha caído!