Debido a un accidente, el esposo Omega del presidente Alfa, dió a luz y quedó en estado vegetativo.
El Alfa destinado del Omega que estaba en coma hace 12 años, de repente despertó.
_ Nada es más honorable que ser un Alfa Fuerte, inteligente y guapo. Soy un Alfa que ha estado en estado vegetativo durante doce años, he despertado con un gran secreto
_ ¿Cuál será? ┐( ˘_˘)┌
_ ¿Quieres saberlo?¯\_(ツ)_/¯
>•<•>•< Ven a leer >•<•>•
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Capitulo 13
Mientras los días pasaban, Hudson observaba a Daniel más de cerca y estaba casi convencido que era su Omega Abel. Empezó a tratarlo diferente, era más amable, atento y ayudaba en todo lo que pudiera.
Abel se sentía incómodo, ahora era un Alfa y se sentía más fuerte, no necesitaba ayuda con los niños, la casa o su trabajo. Tener a Hudson pisándole los talones era casi insoportable.
De noche, cuando llegaban a casa. Hudson estaba presente cuando Abel les leía un cuento para dormir, también estaba cuando ayudaba con las tareas de la escuela, esto era bueno, pero siempre terminaban con Hudson dando la respuesta como si fuera el estudiante.
Abel tenía que tener cuidado cuando iba a dormir, cerraba con seguro, ya que Hudson por dos noches se encontraba abrazando a Abel. Este Alfa era testarudo, había sacado copias a las llaves de cada puerta.
Los fines de semana... la pasaban viendo televisión con los niños, jugando en casa o en el parque, horneando galletas o pasteles.
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Un mes después...
La sala de conferencias estaba llena de un zumbido nervioso. Era un lunes por la mañana y el equipo de ventas se había reunido para discutir las metas del próximo trimestre. La luz fluorescente iluminaba el espacio, mientras que una pizarra blanca estaba llena de gráficos y cifras que parecían bailar ante los ojos de los presentes. Entre ellos, Abel se sentía cada vez más inquieto. Había algo en el aire que lo hacía sentir incómodo.
_ ¿Alguien tiene preguntas sobre el informe? _ preguntó Laura, la jefa del equipo, mirando a su alrededor. Pero Abel no escuchaba. Su mente estaba en otro lugar. De repente, la hormona del celo comenzaba a apoderarse de él, como una ola imparable que lo arrastraba hacia pensamientos prohibidos.
_ Daniel, ¿estás bien? _ le preguntó Hudson, notando su mirada perdida.
_ Sí… solo un poco cansado _ mintió Abel, intentando controlar su respiración. Pero la verdad era que el deseo lo consumía. Su instinto lobuno estaba en plena ebullición y había un Alfa en la sala que lo hacía sentir aún más... vulnerable. 'Hudson'
Hudson se inclinó hacia él y susurró.
_ ¿Es eso lo que creo que es? Te noto inquieto.
Abel sintió cómo sus mejillas se sonrojaban.
_ No puedo evitarlo, Hudson. Es el celo… y no puedo concentrarme _ Se pasó una mano por el cabello, tratando de despejar su mente.
_ ¿Y quién es el Alfa que te tiene así? _ Hudson bromeó con una sonrisa, pero Abel no podía reírse.
Hudson frunció el ceño.
_ No te preocupes _ dijo Hudson rápidamente _ Te ayudaré a calmarte antes de que esto se convierta en un desastre.
_ ¿Cómo? _ preguntó Abel con desesperación.
Hudson pensó un momento antes de responder.
_ Vamos a salir un momento al baño. Podemos intentar hacer algunos ejercicios de respiración o algo así.
_ ¿Ejercicios de respiración? No estoy seguro… _ dijo Abel, sintiendo cómo el calor aumentaba en su rostro.
_ ¡Vamos! Solo confía en mí _ insistió Hudson mientras se ponía de pie y tiraba suavemente del brazo de Abel para sacarlo de la sala.
Caminaron hacia el baño mientras los murmullos del resto del equipo se desvanecían detrás de ellos. Una vez dentro, Hudson cerró la puerta y miró a Abel con seriedad.
_ Escucha, solo respira hondo y concéntrate en algo diferente. Piensa en cualquier cosa.
Abel asintió lentamente y cerró los ojos mientras inhalaba profundamente por la nariz y exhalaba por la boca.
_ Esto no está funcionando _ murmuró Abel frustrado.
_ Intenta pensar en algo tranquilo. Un lugar donde te sientas seguro _ sugirió Hudson.
_ Me gustaría estar en casa… con los niños _ dijo Abel entre suspiros.
_ Eso es mejor _ dijo Hudson animadamente _ Imagina a nuestra pequeña Noelia y esos dos pequeños Alfas inquietos, jugando a tu alrededor.
Pero justo cuando Abel comenzaba a relajarse un poco, escucharon una risa proveniente del pasillo junto al baño. La risa era inconfundible: eran algunos compañeros hablando sobre algún tema divertido.
_ Oh no… creo que esto está empeorando _ dijo mientras abría los ojos.
Hudson lo miró preocupado pero decidido.
_ Solo tienes que centrarte. No puedes dejar que esto te controle.
_ No puedo evitarlo… _ murmuró Abel mientras su cuerpo comenzaba a reaccionar ante los impulsos incontrolables del celo.
En ese momento, decidieron salir del baño para tomar aire fresco antes de regresar a la reunión. Al abrir la puerta se encontraron frente a frente con Valeria.
_ Oh perdón _ dijo Valeria sonriendo
Mientras Hudson se ajustaba la camisa con un gesto despreocupado, pero elegante. Su mirada se posó brevemente sobre Abel y este sintió cómo sus rodillas temblaban ligeramente. Valeria entendió los gestos de Hudson.
_ No hay problema _ respondió Hudson rápidamente mientras empujaba suavemente a Abel hacia atrás para darle espacio a Valeria.
Valeria notó la tensión entre ellos y levantó una ceja curiosa.
_ ¿Todo bien? Parecen un poco… nerviosos.
Abel tragó saliva antes de responder.
_ Sí… solo… tuvimos un pequeño problema técnico.
_ Oh ya veo _ dijo Valeria dijo con una sonrisa traviesa antes de mirar directamente a Abel nuevamente _ Espero verte más tarde en la reunión.
El estómago de Abel dio un vuelco.
_ ¿Hiciste esos gestos a propósito?.
_ Si, así sabrá que eres mío.
Abel sintió cómo sus mejillas ardían aún más al escuchar esas palabras llenas de insinuaciones sutiles. Mientras Valeria desaparecía por el pasillo, Abel dejó escapar un suspiro entrecortado.
_ Esto es una locura _ exclamó Abel cuando finalmente quedó solo con Hudson nuevamente.
_ Lo sé _ respondió Hudson riendo suavemente para aliviar la tensión palpable entre ellos _ Pero tienes que encontrar una manera de manejarlo antes de regresar.
Abel sabía que tenía razón; no podía dejar que su deseo interfiriera en su trabajo ni mucho menos hacer una escena frente a todo el equipo. Así que tomó una decisión.
_ Puedes ayudarme a +turbarme... tal vez eso me ayude a calmar las cosas.
Hudson sonrió ampliamente.
_ Eso es lo que quería escuchar.
Hudson rápidamente, volvió al cubículo del baño junto a Abel y lo ayudo. Después de terminar, respiraron hondo juntos antes de regresar a la sala de conferencias donde el caos aún reinaba entre las discusiones acaloradas sobre las metas del trimestre.
Mientras tomaban asiento nuevamente, miradas furtivas cruzaron entre él y Hudson.