Mi Vida Como Yasira Barreto

A lo lejos, una joven de cabellos negros y ojos azules miraba a la princesa caminar acompañada por los atractivos hombres, mordió su dedo pulgar tratando de controlar su molestia por este hecho .

La joven llevaba puesto un humilde vestido color rosa que había comprado con lo poco que le quedaba pues acababa de regresar al Reino del sol después de haber estado en el Reino supremo donde causó ciertos problemas.

Vania Lacress observo cómo Alexander ofrecía su brazo a la princesa para caminar entre la multitud y su poca tolerancia llegó a su final, no solo Alexander le pertenecía, sino que también la corona, o eso pensaba ella.

- Lo siento -Dijo en  tono agraviado después de correr hacia ellos y chocar con la espalda de Alexander , el joven al escuchar aquella voz baja y temblorosa giró su cabeza y ayudó a la pelinegra a ponerse de pie de inmediato.

- ¿ Estás bien ?. -Preguntó en tono plano, Vania bajó la mirada luciendo avergonzada, para después levantar la vista y encontrarse en los brazos de Alexander.

- ¡ Alexander ! -Gritó emocionada mientras pasaba sus brazos por la cintura del joven pelinegro, Yasira por su parte hizo un gesto de desagrado y tomó del brazo a Enrique para continuar con su paseo.

Alexander al notar el desinterés de Yasira y la manera en la que le había hecho a un lado por Enrique frunció el ceño y bajó su mirada para encontrarse con los ojos de Vania , quien le miraba con adoración.

Lentamente apartó los brazos de la joven y la separó de él, no era bien visto este tipo de demostraciones en público en el Reino, además de que ya se rumoraba sobre el compromiso establecido por el Rey entre su hija la princesa heredera y el joven Alexander Villa.

- Alexander, ¿ Que ocurre ? , ¿ Por qué me rechazas ? -Preguntó Vania con tono agraviado, pronto las lágrimas se acumularon en sus ojos y bajó la cabeza para mirar al suelo.

- Yo sé que no estoy a tu altura y que hacía mucho que no nos veíamos p...pero ....-

- Vania, no puedo corresponder a tus sentimientos, por favor discúlpame.-Dijo Alexander interrumpiendo a la joven, solo podría verla como su amiga de infancia y nada más.

Vania levantó su cabeza de golpe, miró al joven frente a ella y está licúa distante, cómo si quisiera alejarla de el lo más posible, Alexander tenía una mirada fría mientras observaba algo a la distancia,  por lo que Vania giró su cabeza apareciendo Yasira y Enrique en su campo de visión.

La princesa sin lugar a dudas era la más bella del festival, Vania mordió su labio inferior y contuvo su ira en ese momento apretando sus manos en puños con fuerza, pues no le convenía hacer una escena y que Alexander perdiera su oportunidad de llegar a ser rey en el futuro , pues de eso dependía que ella fuera la reina.

- Alexander yo...-

Vania quiso agregar algo más pero Alexander ya se había alejado de ella cuando giro nuevamente su cabeza, se había quedado allí parada completamente ignorada por Alexander.

Miró nuevamente en dirección a la princesa Yasira, observó a Enrique el joven era de más alto rango que Alexander, solo necesitaba saber si había una posibilidad de que Yasira se casara con el y no con Alexander.

- Sea como sea, me convertiré en la Emperatriz.-Sentenció la joven con seguridad,

Desde ese momento comenzó a seguir al grupo de tres por todo el festival, Yasira se detenía a cada momento a probar bocados de la comida y los dulces ofrecidos en el festival, Enrique la complacía al igual que Alexander comprando para ella lo que se le antojara.

- Estoy tan cansada -Dijo Yasira mientras se dejaba caer sobre una banca de madera cercana al río, desde donde se podían apreciar perfectamente las lámparas de papel.

La tarde estaba cayendo y la vista era hermosa, pues la magia de su padre mantenía las lámparas encendidas, además de que las mujeres del imperio habían comenzado a colocar flores sobre el agua del río, estás flores se mecían al ritmo del agua en un hermoso baile con las lámparas.

Quedó maravillada con la vista y recordó su vida pasada, ella solía tenerlo todo, menos la verdadera sinceridad de quienes le rodeaban, siempre había un motivo oculto detrás de las personas que se acercaban a ella, e incluso en los hombres con quién estaba.

Recordó que solo en una ocasión había recibido flores y se sintió tan tonta, se había sentido tan feliz por ello y al final el hombre le pidió invertir en su compañía después de acostarse con ella.

" Está vez, me daré mi lugar, no cualquiera podrá tenerme , no seré tan imbécil "

Pensó para si misma al recordar solo una parte de los hombres que habían pasado por su cama, su escritorio, su auto, etc.

Giró su cabeza a su lado izquierdo y miró a Enrique sentado a su lado, después giró su cabeza a la derecha y miró a Alexander, se sintió un poco divertida por la situación pero al final el sentimiento de vacío en su interior no se podía disipar o llenar.

Hasta ahora, estos hombres no eran diferentes a los que había conocido en su vida anterior, por lo que a pesar de haberse acostado con Enrique, no se confiaría ni de él, ni de nadie.

No había mucha diferencia entre una CEO poderosa y una princesa, así que debería tener más cuidado con las personas que se acercaban a ella.

Pronto la noche llegó, la vista del río era hermosa, todo estaba siendo iluminado con pequeñas luces hechas con magia, ante sus ojos esas pequeñas luces eran como estrellas sobre sus cabezas.

Miró fascinada aquella escena y cerró sus ojos por unos segundos, aún sentados en aquella banca , el grupo de tres disfruto del espectáculo visual que se desarrollaba ante ellos , en completo silencio.

Por otro lado, una joven hermosa de cabellos negros ardía de la ira, había pasado la última hora observando al grupo de tres y a la distancia a la que se encontraba podía ver claramente como ambos hombres miraban a la mujer en el medio y admiraban su belleza.

Los celos, la envidia y la ira se arremolinaban en su interior, un color negro inundó sus ojos y pequeñas marcas negras comenzaron a aparecer al rededor de sus ojos, cómo cientos de pequeñas venas, sus uñas también se tiñeron de un color negro, apretó sus dientes con fuerza y se alejó de aquel lugar a toda velocidad.

Corrió entre los árboles en la oscuridad de la noche y llegó a lo más profundo del bosque cercano al río.

La joven cayó de rodillas sobre la tierra y comenzó a gritar de dolor, no sabía lo que sucedía con ella pero en su interior sintió miedo, pánico, terror .

Sentía como sumo sus huesos se rompieran y su carne fuera mordida cientos de veces, su magia había despertado de la peor manera..