Fénix es una Joven de 21 años que vive una vida difícil con su padre- El padre la obliga a casarse con el nieto mujeriego de Thomas Anderson, el joven CEO Joshua Anderson, para evitar la banca rota.
Esta es la historia de un Matrimonio Forzado. Fénix y Joshua compartirán algo mas que un acta de matrimonio.
-Amor, secretos, dolor y engaños te harán ser parte de una historia única.
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Renegociando
La mañana estaba más calurosa que días anteriores, Joshua detuvo el auto en el lugar asignado al presidente, su cabeza palpitaba de dolor por el alcohol que ingirió la noche anterior, camino arreglando su saco gris y levanto los anteojos de sol sobre su cabeza, saludo al personal de seguridad y se dirigió a la sala de reuniones, allí debía reunirse con su abuelo y los abogados.
Atravesó las grandes puertas, mostros el aura fría y segura con la que había protegido sus emociones desde que perdió a sus padres
La sala de juntas era el lugar más amplio de la empresa, una mesa oval capaz de contener a más de veinte inversionistas y en el extremo la silla presidencial blanca, los colores metal y blanco inundaban el lugar dando un aspecto frio y elegante a la vez
Joshua camino y se ubicó en la silla a la derecha, cediendo el lugar al patriarca mayor, que pocos minutos después entro acompañado de sus abogados.
-Buenos días- la voz arrogante satisfactoria de Lucius lo obligo a girar,
Un gesto de desaprobación fue el saludo más amistoso del nieto mayor
-Pensé que tenías más modales. Hablo Martin el padre de Lucius
-No veo por qué deba tío- el tono frio estremeció al mayor que se sentó molesto frente a él
-Ya basta- irrumpió Thomas- Estamos aquí para saber cuál será tu decisión Josh
-Padre según me dijo mi hijo el decidió ayer, porque perder el tiempo Lucius si esta dispuestos sacrificarse por la empresa si es necesario- elevo la voz molesto Martin
La risa irónica de Joshua, provoco el hombre lo mire con odio
-Lucius con lo único que se sacrifica, es gastando los fondos de la familia
-Sera mejor que cierre la boca Josh. Lucius golpeó la mesa haciendo que el sonido resonara en el frio lugar-
-Ethan- irrumpió el mayor llamando al abogado más joven de la firma, que se acercó con los documentos
-Aquí está el traspaso, ¿lo firmas? - pregunto a Joshua que trago saliva al ver que su abuelo no jugaba
-Quiero renegociar- dejo salir apresurado, y estirando la corbata como si lo ahogara
Martin bufo negando y se recostó molesto, pegando su espalda a la silla.
-Dime – Thomas lo observo interesado
-¡¡Papa!!- grito Martin
-Cállate Martin, esto es entre mi nieto y yo-
- Me casare\, pero si no soy feliz me divorciaré. Su voz salió firme y clara
-Thomas sonrió, - dos años, y luego lo podrás hacer sino eres feliz.
-Un año abuelo y seré el mejor esposo que te puedas imaginar, pero si ella no me hace feliz podre divorciarme.
-Año y medio- agrego el viejo con una sonrisa arrogante.
-Un año y duplicare las ganancias de la empresa- Aseguro Joshua, viendo fijamente a su abuelo.
Thomas lo observó e inclinó la cabeza analizando la situación. Estaba seguro que ocurrirá lo que en su mente maquino, cuando volvió a ver a Ronald Connor
-Padre no estarás analizando esta estupidez; mi hijo merece una oportunidad para mostrar que es mejor- Martin estaba desesperado, él ya había perdido la empresa frente a su hermano y ahora nuevamente se le escurría de las manos por el maldito de su hijo.
Lucius rodo los ojos molestos, no quería nada de su padre menos su apoyo, ya que era consciente de que solo lo hacía por beneficios propios.
-Acepto- Thomas extendió la mano y Joshua sonrió triunfante aferrándose a la mano de su abuelo
-No quiero quejas de tu esposa, si tan solo una llega a mí, te dejare en la calle Josh- el hombre elevo una de sus cejas y observo fijamente al joven frente a él.
Joshua abrió grande sus ojos, pero como pudo se recompuso no era el primer negocio que sería difícil, aunque de esto dependía su vida
-Tranquilo abuelo, mi esposa será la mujer más feliz del mundo- sonrió arrogante
Divorciándose de mi- pensó
-Lo se querido, aunque el premio lo llevaras tu- el hombre se levantó de la mesa y con un gesto los abogados se acercaron
-Esto es el colmo -grito Martin para salir molesto de la sala-
-Felicitaciones primo, te deseo una buena boda. Lucius extendió su mano sonriendo falsamente. Joshua con esfuerzo sobre humano la tomo y apretó con fuerza si aparatar sus ojos grises de aquellos verdes oscuros
-Bien Ethan ya oíste todo, habla con tu padre, que cada punto este en el contrato, mañana será el compromiso, te espero a las ocho de la noche querido nieto, conocerás a tu futura esposa- Thomas sonrió y abandono el lugar dejando a los jóvenes solos-
-¿Me pregunto como reaccionara la modelito- Lucius alejo su mano riendo y abandono el lugar-
-Taylor- dejo salir frustrado y cayo con su cuerpo sobre la silla, debía hablar con la rubia y no sería fácil.
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El taxi se detuvo frente a la hermosa casa de dos plantas, los portones de hierro forjado estaban cerrados y un hombre vestido de uniforme gris se encontraba en una pequeña casilla de seguridad.
Fénix miro el lugar, una triste sonrisa se dibujó en su rostro, recordando cuando niña corría por ese jardín, ya nada era igual, nada la motivaba entrar a ese infierno. Antes su cuerpo corría desesperado aun sabiendo de los insultos y maltratos que le esperaban solo para ver el pequeño rostro de Bastián, pero él ya no estaba allí y no sabía dónde buscarlo.
El dolor en su pecho era inmenso, el sabor agrio en su garganta le recordaba que no había ingerido alimento por más de veinticuatro horas y las náuseas se hacían presentes, que más podía pasar, su vida era un infierno y aun no sabía cuál fue su pecado.
-Señorita, ¿va a bajar? La voz del taxista la saco de sus pensamientos, ella solo asintió y saco un poco de dinero que encontró arrojado junto a su camilla en la mañana.
Bajo del taxi y suspiro tomando las fuerzas necesarias para dar cada paso, una tonta nota que aun tenía en sus manos estrujadas fue el sesgó de mínima preocupación de aquel que conoció como su padre.
-“toma un taxi y ve a la casa” Ronald.
-Señorita Fénix, oh por Dios se encuentra bien- el hombre de seguridad abrió la puerta con gran velocidad, asustado al ver el vendaje sobre la frente de la joven
-Hola Juan, tranquilo no es nada- sonrió, pero sus ojos celestes solo mostraban dolor
-Claro, desea que la ayude- el hombre vio el pequeño bolso que cargaba, sentía pena por la joven, esa casa hace veinte años atrás estaba llena de luz y alegría, pero todo se había vuelto una maraña de mentiras y especulaciones.
-Ella puede sola, vuelve a tu trabajo- Débora la veía desde la puerta con una amplia sonrisa de satisfacción, odiaba a esa joven, desde que nació, por poco pierde al hombre que amaba por esa mocosa, pero no, ella no se dejaría vencer, aun usando las peores mentiras consiguió lo que quería, menos alejar a esa inmundicia como la llamaba, de su vida.
Fénix paso junto a ella agachando la mirada, no tenía fuerzas para pelear
-Hueles a basura, báñate, hay vestidos que debes probarte para mañana.
La joven siguió sin hablar, y la mujer no tolero ser ignorada
-No me oíste perra- la sostuvo del brazo y la giro provocando que un mareo fuerte la afectara y su cuerpo se desplomara sin más.
-¡¡Débora, creí haberte dicho que no te acercaras a Fénix!!. Grito Ronald corriendo ayudarla.
-Ven - quiso tomarla por los brazos y ella lo alejo no quería nada de ese hombre, sus manos, su cercanía la hacían desear un padre que dejo se existir hace mucho.
-Vez, tú me gritas y ella te rechaza, es que no te das cuenta es una mala agradecida- grito la mujer
-¡¡Ya basta!!, Fénix ve a tu cuarto, Nancy te ayudar, será mejor que te arregles mañana será tu compromiso, no lo arruines si quieres volver a ver tu hijo- dejo salir enfadado y Débora sonrió de satisfacción.
Las lágrimas comenzaron a salir, lentamente se levantó y enderezó su espalda, buscando la fortaleza que solo el deseo de tener a su bebé en brazos del daba.
-Claro padre- y como una condenada camino a su habitación.