La Madre Del Heredero

En unas de sus limusinas y de regreso en su país, Alonso y todo su equipo de seguridad se dirigen a la gran mansión, una vez estos llegaron se dispuso a bajar para ir a su habitación, poder ducharse, almorzar algo y salir nuevamente a la empresa a firmar algunos documentos y regresar a descansar el resto de la tarde.

Jefe y señor Alonso, al grano Alfredo, le recuerdo para el día de mañana se llevará a cabo su boda a las 2 de la tarde en esta Mansión como usted dispuso, el señor Joaquín y la señorita Helena ya saben que a las 10 de la mañana sin falta deben estar aquí.

Muy bien excelente, y la habitación de esa mujer ya está preparada si señor respondió Alfredo todo está en orden, magnífico esperemos que sorpresas nos depara el día de mañana.

Así que con todo lo anterior en mente así lo hizo y salio a su gran emporio empresarial, su secretaria lo saluda de forma muy cordial y le da la bienvenida, a lo que a él le responde de forma sarcástica solamente a ti te da gusto de verme.

Ella lo mira y se marcha , ella lo conoce desde niño y sabe cómo es el, pues era la vecina que ayudaba a su madre, la amable y querida señora Mónica una mujer un poco mayor casi con sesenta años de edad, sencilla y un poco gordita, pero con un carisma y personalidad única, ella sabía y comprendía por cuántas penas y desdicha había pasado Alonso y su madre y por eso ella lo miraba con ternura y amor y lo defendía hasta con los dientes de cualquier malintencionado comentarios que hicieran en contra de el.

Aunque Alonso era frío, malvado, calculador y agresivo, en el fondo de su corazón le tenía aprecio por todo lo que ella había hecho por ellos.

En cuestión de una hora lo puso al día con todo, y vaya que esa señora era muy eficiente, así que se dispuso a firmar los documentos que le entrego, y una vez firmados se dispuso a partir de la empresa, pero está vez no fue a su gran Mansión, si no a la villa de la playa, su casa de verano dónde se podían observar las más hermosas puestas de sol y los más bellos y únicos paisajes, grandes montañas con hermosa vegetación que contrastan con un inmenso mar azul de diferentes tonos y una arena blanca la verdad eran un gran deleite a los ojos de cualquiera.

Llego a la casa su personal lo recibió con la mejor aptitud el de inmediato se acercó a unos de sus kioskos cerca de la playa y comenzó a tomar unos tragos, pero en su corazón algo le decía que su vida no volvería a ser la misma a partir de mañana, estuvo allí hasta altas horas de la noche, cuando se sintió cansado y un poco mareado su hombre de confianza lo llevo a su habitación a descansar.