Tal Vez...¿Será?

CAPITULO 9

EMMA

 Luego que Sebastián se va y terminamos de limpiar el desastre, me tomo un respiro, pero Marita, tenía otros planes, evidentemente no quiere verme en paz.

-Ahora entiendo porque te llamo la atención ese Sebastián…Esta más bueno que comer pollo con la mano!!!

-Vos queres seguir siendo mi amiga?

-Por supuesto.

-Entonces no hablemos más de Sebastián, por su culpa sucedió todo el desastre, todavía me duelen las nalgas y mi orgullo.

-Ese es tu problema, tu orgullo, la verdad es que no entiendo…

-Por favor Marita, tengamos un cierre del negocio en paz, no quiero hablar más ni de él, ni de lo que ocurrió.

Tanto Marita, como Homero, sabían cuando debían dejar las cosas donde estaban, sobre todo cuando estoy enojada, pero en mis pensamientos más profundos, sabía que no tenía razón de estar enojada, él no había hecho nada, vino a comprar, fui yo la que ante la sorpresa me caí y cayo el frasco, y que como personas de casi la misma generación, podríamos hablar sin tanto formalismo, de hecho yo hablo sin formalidades con todo el mundo, pero porque me niego a hacerlo con él?, es por miedo, pero no a Sebastián, es a mí, a bajar la guardia y que me rompan de nuevo, y esta vez esta Zoe, ahora no sería como las veces anteriores que yo era sola, ahora está también ella, que desea un padre y si nos fallan?, no, digan lo que digan, piense lo que yo piense, no puedo darme el lujo de volvernos vulnerables, ni Zoe, ni yo.

Ya estamos cerrando, salimos todos, nos saludamos y cada uno emprende el regreso a su hogar, Zoe y yo cruzamos la calle, deshabilito la alarma, Zoe sube en el asiento trasero y yo me dispongo a arrancar el auto, cuando escucho unos golpes en la ventanilla y me sobresalto… ES EL.

SEBASTIAN

Luego que salí del negocio, ya tenía planeada una estrategia, así que me subí a mi auto, que lo deje estacionado en la esquina, miraba el paquete de comida, el aroma era especial, se iba a enfriar, nada que el microondas no solucione, aunque el resultado no es el mismo, me quedo allí adentro esperando a que salgan y ellas suban al auto, por suerte, tenía una buena visión del vehículo, así que en cuanto vi que cruzaron, comencé a bajar del auto y como un felino, tras su presa, me acerco apenas ella subió y estaba distraída, colocando la llave de arranque, le golpeo la ventanilla, ella se sobresalta, y allí estaban esos ojos negros, brillantes, más abiertos que de costumbre. Ella baja la ventanilla lentamente.

-Por Dios!, queres matarme de un infarto?

-Mil disculpas, pero mi auto no arranca, hace una hora que estoy esperando una grúa y me avisaron que debo esperar 2 horas más, todavía no pude llegar a mi casa, estoy con la comida ya fría y con mucho apetito.

- y que queres que haga?, yo cadena no tengo para arrastrar a tu auto. Te hubieses tomado un taxi.

-Tenes razón Emma, pero creí que vendrían pronto.

-Qué puedo hacer por vos?

-vos vivís lejos de aquí?

- más o menos a 10 cuadras hacia el sur.

- ah, perfecto, yo voy hacia allá, me podrías alcanzar?, mañana vendré por el auto.

Noto como ella mira hacia el frente y se queda pensando mientras la niña, que tiene sus mismos ojos y con esos rulos bien formados, observa todo, sin decir nada, de pronto me mira y con un rostro de resignación me hace señales para que suba, habilitando la puerta del copiloto, yo sin perder tiempo, no sea cuestión de que se arrepienta, me subo al auto.

-gracias Emma, te juro que te voy a recompensar por este favor.

-no hay problema, a donde te llevo?

De pronto la niña nos interrumpe.

-Es tu amigo mami?

-No, mi amor, el señor es un cliente.

-Hola, me llamo Sebastián, vos cómo te llamas nena preciosa?

-me llamo Zoe, tengo 5 años y juego al futbol.

-en serio?, me encantaría alguna vez, verte jugar. Zoe, nombre corto como el de tu madre, se ve que es práctica al momento de elegir un nombre.

Zoe se ríe, con esa timidez y coraje simultáneos que tienen las criaturas, realmente, es muy bonita, se parece mucho a Emma.

-Bueno, por favor, se me hace tarde, a donde te alcanzo.

- sí, claro, vivo en Quiñones 2025.

Aquí viene lo que estaba esperando toda la noche, ella se me queda mirando sin hacer ni decir nada, yo me estoy divirtiendo por la situación, porque cuando la estaba planeando, veía anticipadamente esa reacción.

-Mami, nosotras vivimos en Quiñones 2022.

-Lo se hija.

No me quita la mirada de encima y yo a ella tampoco, ese cruce de nuestros ojos, si bien no son de amor, no de parte de ella, es algo que igual me resulta placentero, es como, que voy aprendiendo a leer lo que esos ojos dicen sin hablar.

-Esto es un juego Sebastián?

- para nada, hace un mes y una semana que me mude allí, porque?, tiene algo de malo?

- no escuchaste a Zoe?, nosotras vivimos en esa misma cuadra.

- mira lo que son las casualidades!, en verdad no lo sabía, que cosas nos depara la vida, verdad?

Emma no dice nada más, arranca el auto, vamos todo el camino en silencio, con ella, porque Zoe, es muy distinta, es más abierta, me conto de su colegio, de sus clases de danzas y que el domingo jugaría un torneo.

-Te gustaría venir a verme?.

-no Zoe, no comprometas a la gente, seguramente, Sebastián debe tener el domingo ocupado o debe querer descansar.

-no, para nada, me encantaría, normalmente, no tengo ocupados los domingos, de hecho, es un día feo, para gente sola. Cuál es el club?, te prometo que voy.

Zoe me da el nombre del club, que yo ya sabía desde el domingo pasado, pero la nena me dio la excusa perfecta. Emma esta callada, se la nota indignada, pero evidentemente, no dirá nada porque fue su hija quien invito.

 Cuando llegamos, ella estaciona donde siempre y me mira como invitándome a bajar, yo lo hago, entonces ella, apaga el motor y le indica a su hija para que baje.

-Bueno señoritas, muchas gracias por el favor, no sé qué hubiese hecho sin ustedes.

Ella me mira, toma con una mano a Zoe y con la otra, cierra la puerta de un golpe y pone la alarma.

-De nada, buenas noches Sebastián.

-Buenas noches bellas damas.

Emma se gira, mirando la calle como para poder cruzar, mientras lo hacen, Zoe se da vuelta y me envía un saludo con su mano, yo le correspondo el saludo con mi mano, Emma, no volvió a mirar atrás.

Yo suspiro, entro al edificio, no puedo dejar de pensar, de todo lo que estoy haciendo para ganarme su amor, hasta me volví un mentiroso, cuando este momento debería ser otro, los tres juntos, ansiosos por compartir hermosos momentos y luego, cuando la niña se durmiese, ambos nos acostaríamos y haríamos el amor hasta quedar exhaustos, abrazados el uno con el otro. Acaso es mucho pedir?, no puedo soñar una vida con ella y Zoe?

-Ay, Emma, no sé cuánto tiempo va a llevar, pero te aseguro que vos y yo, formaremos una familia, sencilla, humilde, con respeto y mucho amor.