¿Crees en las segundas oportunidades? Pues yo no, al menos eso pensaba antes de vivir o de morir, depende del punto de vista del que lo veas.
Lo que si puedo asegurar es que es una experiencia que te hace pensar que has perdido la razón, es doloroso recordar como tu vida se va a apagado, pero lo que más duele es que a nadie le importas, ya que todos piensan que eres la mala del cuento.
Espero que con esta nueva oportunidad de vida pueda limpiar mi nombre y desenmascarar a los verdaderos villanos...
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Capítulo IX Guárdate tus comentarios
Nos quedamos hablando durante casi toda la noche, el tiempo pareció detenerse estando a su lado haciéndome olvidar todo lo que había vivido. Era muy tarde cuando me devolvió a mi casa, "sana y salva de vuelta en tu casa". Comento con un tono sexi.
"Gracias por la invitación. La pase muy bien". Dije sinceramente.
"Tengo algo más para ti. Espero te guste". Saco del bolsillo una caja rectangular negra. Lo tomé por la curiosidad que sentía de saber que era, al abrir la caja pude observar un hermoso brazalete de oro blanco, con un diseño minimalista que resaltaba su elegancia. Su superficie pulida que brillaba al reflejarse la luz en él, mostrando en su centro una piedra preciosa de esmeralda. Era una joya demasiado hermosa al igual que costosa.
"No puedo recibir este obsequio, es demasiado costoso". Dije cerrando la caja y devolviéndola a Sergio.
"No es tan costosa, además ese obsequio es para ti y si lo devuelves me estarías despreciando". Su voz sonaba más ronca que de costumbre, algo me indicaba que se había molestado.
"Sabes que no te estoy despreciando, es solo que eres mi jefe y esto se vería mal. Ya has hecho bastante por mi y aceptar algo así seria abusar de tu generosidad". Trate de explicar esperando que en me entendiera.
Con una mirada indescifrable tomo la caja y se despidió de mí, baje del auto y camine hasta la entrada, voltee a ver si ya se había ido, pero para mi sorpresa seguía estacionado frente a mi casa, fue después de que entrara a mi hogar que él puso en marcha el auto y se marchó.
Suspire profundamente y subí a mi habitación, sintiéndome en las nubes, aunque rápidamente aterrice, *solo fue una cortesía invitarme a salir, no debo hacerme ilusiones*. Me fui a cambiar para irme a la cama, cuando salí revise mi teléfono encontrándome con un mensaje de Sergio. "Descansa".
Respondí con un "igual tú" y me fui a dormir con una sonrisa en el rostro. *¿Qué significado tenía tanta amabilidad de Sergio por mí?*, me pregunté algo ilusionada.
Al día siguiente desperté después de medio día, era domingo y no tenía nada que hacer, al abrir los ojos me quedé mirando fijamente al techo pensando en lo que se avecinaba, respire profundo y me levante de la cama, limpie mi cuerpo y me puse ropa cómoda de casa. No tenía la intención de salir a ningún lado ese día.
Baje las escaleras, pero unas voces trajeron mi atención desde la sala. Fui a ver de quien se trataba encontrándome con la desagradable sorpresa de ver a Lissandro y a sus padres sentados en el sofá de mi sala.
"Hija, al fin despiertas. Mira la familia Mendoza vino a visitarnos". Mi mamá se veía animada con la visita de esa desagradable gente.
"¿Qué hacen en mi casa y quien les dio mi dirección?", pregunté visiblemente molesta y en mi tono se podía escuchar.
"Alexa yo los invité. Ellos han sido mis amigos toda la vida y no quería dejar pasar la oportunidad de que conocieran nuestro nuevo hogar". Explicó mi mamá rápidamente.
Iba a contestar con una grosería, pero el timbre de la puerta atrajo mi atención, así que fui a ver de quien se trataba. Esta era mi casa y no quería gente indeseable en ella.
Al abrir la puerta me encontré con la mirada profunda de Sergio sobre mí. "Siento incomodarte en tu casa, pero te he estado llamando y enviando mensajes y como no me contestabas decidí venir a ver si todo estaba bien", dijo apresuradamente.
"Mo siento, no he revisado mi móvil", dije apenada. "Pero por favor pasa no te quedes ahí parado". continúe abriendo paso para que el pasara.
Lo llevé a la sala olvidando que esa gente está ahí. "Sergio, hijo que gusto volver a verte". Saludo mi mamá sonriendo.
"Lo mismo digo señora Luisa. Siento la interrupción no sabía que tenían visitas". Dijo mirando a Lissandro. "Mejor regreso otro día".
"No, no tienes que irte, ellos son visitas de mi madre, tú y yo podemos hablar en el jardín". Intervine rápidamente evitando que Sergio se alejara por culpa de esos indeseables.
"¿Estás segura? No quiero molestar".
"Tú no molestas, no como otras personas". Tome a Sergio de la mano y lo llevé al jardín.
"Te ves diferente". Comento Sergio viéndome de pies a cabeza.
"No sabía que vendrías, así que me encontraste en ropa de casa y sin maquillaje", exprese avergonzada.
"Te ves hermosa, tú no necesitas muchas cosas para ser bella".
Nuestras miradas se encontraron dándome la sensación de querer besarlo, pero tenía que controlarme, la idea era no espantarlo.
"Gracias por el cumplido, aunque me siento extraña". Confesé sonriente.
El silencio se instaló entre nosotros, un silencio bastante incómodo a decir verdad. "¿Te gustaría ir a almorzar?", pregunto de repente.
"En teoría seria mi desayuno almuerzo". Conteste espontáneamente.
"Debes desayunar todos los días, eso está mal si no lo haces". Me regaño como si fuera mi papá.
"Lo sé, pero desperte hace como media hora y no he podido ir a desayunar". Respondí sinceramente.
"Ve a cambiarte para ir a comer algo".
Deje a Sergio en el jardín mientras yo fui a cambiar mi ropa de casa por algo más adecuado para salir. Una vez estuve lista baje las escaleras y me despedí de mi mamá. "Voy a salir con Sergio, nos vemos más tarde". Le grité mientras caminaba al jardín.
"Él es muy mayor para tu hija", escuché el comentario de Lissandro y no pude evitar devolverme y decirle sus verdades.
"No tienes nada que opinar sobre mi vida, mejor ocúpate de la tuya". Mi tono de voz era determinado y sin titubeos.
"Lo siento, solo fue un comentario".
"Ahórrate tus estúpidos comentarios que además nadie te pidió". Mire a mi madre quien me veía con desaprobación; sin embargo, la ignore y fui por Sergio para salir de mi casa, esperaba que al volver no estuvieran ahí, no soportaba verlos, ellos solo buscan al mejor pastor y seguramente piensan que tengo dinero.
Gracias autora por actualizar.
Ojala los malos sean destruidos