_Princesa, llegó la hora de que vuelvas a tu hogar, es allí en dónde me encargaré de mostrarte la verdad.
_Eras tú el que estabas ese día allí. Jamás podría olvidarlo. No olvidaría jamás la voz del sujeto que juró quitarme la vida.
Me llamo Alice o al menos así me conocen los mundanos y mi historia no es cómo la de cualquier otra chica, un misterioso secreto y una terrible promesa me llevarán a desenterrar los secretos escondidos de mi verdadera sangre. Los oscuros deseos, la codicia, la ira y la pasión serán los encargados de llevarme por el camino de mi verdadera identidad.
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Capítulo 8: parte 2
Se detuvo, al fin lo hizo. Es el único pensamiento que llega a mi mente, trato de ponerme de pie lentamente, pero el dolor invade mi cuerpo por completo, ya no lo soporto y empiezo a llorar, las lágrimas brotan sin parar y no me puedo detener, lloro de manera silenciosa para que ella no me escuche. Ya no pienso seguir mostrando debilidad delante ella ni de nadie, ya estoy harta. Esta noche fue la última vez que Iris me puso un dedo encima.
De igual forma no puedo dejar de pensarlo, ella es mi madre, la mujer que me parió, cómo puede ser tan maldita, ni siquiera se detuvo al notar que la sangre corría por mis labios. Cómo una persona que te dio la vida y vio crecer, ¿cómo puede dañarte tanto? ¿Cómo puedes odiar tanto a tu propia hija? ¿que clase de ser sin corazón es capaz de llegar tan lejos?, al punto de casi matarla a golpes. Mientras que un sin fin de pensamientos empiezan a invadir mi cabeza me dirijo lentamente a mi habitación, me sujeto de las paredes pues el mantenerme de pie me es difícil sin algún tipo de ayuda. Al fin llego a mi habitación, el pasillo parecía inmensamente largo, pero todo se debía a mi actual situación. ¿Pero que hora son?, ¿cuánto tiempo estuve tirada en el piso frío?.
¿Ahora que haré?, mirándome al espejo que tengo en mi cuarto, veo mis labios partidos y la sudadera que Simón me regaló está manchada con sangre, mi sangre. Debo buscar la forma de quitarle las manchas a la sudadera, ¿y si intento lavarla con agua y jabón?, tal vez así salga y la marca no se note tanto. Cuándo me dirigía al baño de mi habitación me doy cuenta de lo que estaba haciendo, ni siquiera estaba preocupada en limpiar mi rostro o curar mis heridas o intentar cubrir las marcas que Iris me dejó en los brazos. Mi mente y cuerpo se sumergieron en buscar la solución para quitar simples manchas de una sudadera. ¿Qué me sucede?, mejor tiro está cosa tonta y me voy a duchar. El dolor que siento es demasiado, me agito por sólo caminar.
Las marcas de las uñas de Iris sobre mi piel se pusieron coloradas y empezaban a arder. Lavar mi rostro era difícil, al momento de hacerlo sentía dolor y aún escupía algo de sangre debido a que me había roto los labios cuándo me golpeó, ¿cómo se supone que ocultaré esto?. Empiezo a sentir punzadas sobre mi costilla y el respirar se comienza a volver algo difícil, ya que cada ves que lo hacía dolía, el simple hecho de tocar los lados de mi cuerpo dolían. Termino de ducharme y me doy cuenta de que el tiempo pasó rápido, ya casi se hacían las 03.45 a.m. Me dirijo lentamente a vestirme para tratar de dormir aunque sea un par de horas.
04.00 a.m, estoy sobre mi cama y no puedo evitar pensar en que quisiera que ella sintiera tanto dolor o incluso peor dolor del que yo siento ahora. No puedo dormír, por más que lo intente no puedo hacerlo. Pienso en cuánto me gustaría que ella sintiera tanto dolor como yo lo siento ahora.
Muchas de las veces siento cómo si se sintiera obligada de vivir a mi lado, cómo si algo fuese lo que la retiene. Es una ebria sin futuro que se la pasa encerrada en su cuarto. ¿Por qué me tuvo? ¿Por qué no se deshizo de mí?, así ella evitaba todo esto y yo me evitaba vivir estos malditos 17 años llenos de dolor, rechazo y torturas por parte suya. Antes creía que me había tenido para no perder a mi padre o por que tal vez me amaba, pero a medida que fui creciendo me di cuenta de que Iris había perdido a mi padre muchísimo tiempo antes de que yo naciera y que amor por mi no era del todo lo que sentía, más bien era como si estuviera siendo obligada a tenerme. Mi padre un simple taxista que falleció hace 10 años fue quién se encargó en su momento de mostrarme un amor puro y sincero, él me dio un amor sin igual, siempre lo llevaré en mi alma y a pesar de que su rostro se va borrando poco a poco de mi mente no lo dejaré de querer. Lamentaré siempre que él no esté a mi lado, estoy segura de que si hubiera estado aquí nada de esto pasaría. Iris no podría herirme de la manera en que lo hace, ni física ni emocionalmente.
Con la cabeza llena de pensamientos alborotados, poco a poco comienzo a sentir mis parpados pesados. Mis ojos lentamente comienzan cerrarse, siento que el sueño al fin llega para mí.
_El verte así provocan que mi cuerpo se paralice y mi mente quede en shock, ¿que clase de persona puede herir así a su hija?.
_¿Quién eres? -pregunto mientras la pregunta resuena una y otra vez. Poco a poco veo como una persona se va a alejando de mí y sólo soy capas de verle la espalda por un momento.
_Aún es pronto para que lo sepas querida, llegado el tiempo sabrás quienes somos. Ya te encontraré.
Abro mis ojos, la respiración la tengo algo agitada, sin saber que hora son y lo que había sucedido. ¿qué clase de sueño fue ese? Creo que las pocas horas de sueño sólo sirvieron para desconcertarme aún más. Sueño tonterías por causa del estrés, ya veo que si esto empeora me volveré loca