Josefina hizo todo lo posible por llevar un matrimonio feliz, pero Franco no ponía nada de su parte, era celoso y posesivo. Todo tenía un principio y un fin, ¿será que podría conservar su matrimonio?
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Buscando a Mireya
En la casa de Franco.
Mamá, hoy vi a Josefina muy cambiada no me habló en todo el día.
La hubieras invitado a comer, te le hubieras acercado tú, mijo.
Mamá, es que no me atreví, se veía como que estaba enojada y no quise arriesgarme a recibir una mala contestación.
Según lo que tú me has contado esa niña es muy buena. No tengas miedo en acercarte a ella.
Mañana si la ves en la escuela, tráetela para conocerla.
Está bien, Franco no estaba seguro de querer invitar a Josefina, pero en el fondo de su alma lo deseaba.
Mientras, Yolanda pensaba en dónde había escuchado ese nombre.
"¡Ah! ¿Josefina? ¿Será la hija de Mireya?", pronto desechó esos pensamientos...
"No puede ser eso", "si así fuera, mi hijo no debe enamorarse de ella"... "¿Pero que estoy pensando?, Franco solo tiene 10 años, es solo un niño".
Yolanda no estaba segura, pero en el fondo creía que era la hija de Xavier.
Después una idea cruzó por su mente.
Franco, ¿te parece bien si invitas a Josefina y a su madre a comer?, le preguntó.
Sí, mamá, mañana le diré.
.
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Al día siguiente Yolanda decidió esperar afuera de la escuela a ver si veía a Josefina y Mireya.
Rato después, Josefina llegó acompañada de una mujer, pero era obvio que no era Mireya.
En su interior, Yolanda dio un suspiro de alivio. "Menos mal que no es la hija de Mireya".
"Un momento ¿y si es la sirvienta, o si es una tía?
Cuando vio a Josefina salir del auto se quedó impactada, el parecido con Xavier era auténtico.
"No puede negar sus raíces", pensó.
Ya no le quedó ninguna duda de que era hija de Xavier y Mireya.
Buen día, señora, se acercó a ella.
Buen día, contestó Marlene.
Disculpe, mi hijo me ha platicado mucho de Josefina, ¿serían tan amables de venir a comer a mi casa?, mi nombre es Yolanda.
Marlene, dijo y le extendió la mano.
Claro que sí me gustaría mucho. Dígame, ¿usted conoce a Josefina?
Es una larga historia. ¿Por qué no vamos a mi casa y platicamos?
Me parece bien, vamos, en lo que están en la escuela nuestros muchachos.
Yolanda le contó toda la historia de Mireya y Josefina.
A su vez Marlene le contó la historia de Isabel, Juan y Josefina.
¿Entonces, Mireya la abandonó en brazos de Isabel?
Le pidió a la señora que la cuidara porque iba a ir al baño, después de un rato se dio cuenta de que la señora se había escapado por la puerta de atrás y ya no supo de ella. Isabel, la mamá adoptiva de Josefina la dejó en la delegación y al no aparecer la madre biológica se la dieron en adopción.
Toda una historia. Y, dígame, ¿dónde está esa señora, Isabel?
No sabemos. Tuvo una discusión con su esposo y abandonó a Josefina dos días sin darle de comer, yo la rescaté de ahí y no he sabido nada de su madre adoptiva.
¿Cómo es posible que dos mujeres hayan abandonado a una niña inocente? Yo creo que debemos decirle la verdad a los niños, no se vayan a enamorar después.
¿Y qué tendría de malo si ellos se llegan a enamorar?, preguntó Marlene, intrigada.
Yolanda titubeó, pero tendría que decir la verdad si no quería tener problemas más tarde.
De última hora decidió mejor dejarlo para después.
Bueno, por lo pronto dejaremos así las cosas, más tarde te podría explicar todo. Perdona si te tuteo.
Está bien, no te preocupes. Y, por favor, dame la dirección de ese refugio.
Hace ya mucho tiempo de eso, no sé si todavía esté.
No te preocupes, nosotras investigaremos de todos modos. Le prometí a Josefina ayudarla a buscar a su madre biológica.
¿De quién fue la idea de buscar a Mireya?
Josefina se dio cuenta de que era adoptiva y decidió ir a buscar a su madre, eso fue a raíz de que sus padres se estaban peleando por su culpa, según sus propias palabras.
Bueno, si en algo puedo serles útil no duden en buscarme.
Marlene la vio unos segundos y luego le contestó: Sí, gracias, tenlo por seguro que te buscaremos.
En cuanto salga Josefina de la escuela la traeré, pero la dejaré sola en lo que yo voy a ese refugio.
Hecho.
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Buenas tardes, señora, ¿le podemos ayudar en algo?
Mire, voy directo al grano. Estoy buscando a una señora que se llama Mireya ella estuvo aquí hace como 10 años.
Sí, sí la recuerdo, ella tuvo una hija, estuvo aquí como dos semanas y después se fue sin decir adiós. Es la primera persona que pregunta por ella en 10 años.
¿Y no sabe a dónde se fue? ¿Si llevaba a su hija en sus brazos o qué hizo con la niña?
Es que nosotros solamente los cuidamos cuando están aquí adentro, pero ya desde la puerta para allá, pues no nos hacemos responsables y la verdad no supe qué pasó después con Mireya y su hija. Lo único que sé es que le puso Josefina, el padre vino a bautizarla aquí mismo.
Ok, muchas gracias.
De nada.
"Bueno, antes no sabíamos nada", pensó Marlene.
"Si tú fueras una mujer que abandona a su hija, ¿a dónde irías?", se preguntó Marlene.
"Trataría de esconderse lo más posible para que nadie la pudiera encontrar", siguió pensando.
"Ja, si alguien me hubiera dicho que sería una detective no me lo hubiera creído".
"Y, ¿qué será del padre de Josefina?, ¿por qué nunca buscó a su esposa o por qué dejó que la abandonara?, ¿o también él estuvo de acuerdo?".
Eran muchas preguntas que se hacía Marlene, desgraciadamente, ninguna era contestada.
Tiempo después pasó a la casa de Yolanda por Josefina.
Gracias por venir a comer, Josefina. Me dio mucho gusto conocerte.
Gracias, señora, Franco me insistió tanto para que viniera.
Eres una linda niña, muy hermosa, por cierto.
Gracias y usted es muy amable.
Espero que no sea la última vez que vengan a comer aquí, esta es tu casa.
