Un Amor Que Sana

Dimitri

Mucho sucedió antes de que conociera a Alexandra.

Era joven, tenía dinero, estatus y ninguna supervisión, así que hice muchas cosas.

Asistí a numerosas fiestas de sexo y algunas orgías.

Por lo tanto, no puedo decir que soy necesariamente heterosexual, en algunas de esas fiestas, tuve hombres y mujeres en mi cama, fueron pocas veces, y no tuve la oportunidad de explorar eso, ya que conocí a Alexandra poco después.

Pero tener a Malik aquí, sentado tan cerca, tocando mis manos y acercándose tanto a mí, está comenzando a hacerme cuestionar mi propia sexualidad.

Estaba absorto en mí mismo, mirándolo, observando la manera suave en que sostenía mi mano, cómo miraba concentrado, intentando hacer lo mejor con esas heridas insignificantes. Estaba tan inmerso en mi dolor, en mi caparazón de frialdad, que no me permití ver lo gentil, delicado e inocente que podía ser a veces.

Mientras lo miraba como si lo acabara de conocer, él levantó los ojos y miró en mis ojos.

No sé cuánto tiempo pasamos así, solo mirándonos a los ojos; yo intentaba entenderme mientras lo observaba a él.

En algún momento se puso nervioso, parpadeó un par de veces, bajó la vista a mi mano herida, y levantó la mirada de nuevo, pero luego hizo la peor cosa que podría haber hecho.

- Entonces, Dimitri, supe que eras casado, ¿cómo era tu esposa? Apuesto a que era increíble.

Escuchar su voz pronunciar su nombre hizo que todo el encanto se rompiera, me causó un dolor tan grande, como si estuviera traicionándola; parecía tan equivocado que dijera su nombre, me quedé confundido, y cuando me confundo no sé qué hacer, y eso me llena de ira, y cuando estoy enojado, tengo la tendencia de asustar a las personas.

Me levanté rápidamente, dejé caer algunas cosas al suelo, agarré al profesor por el cuello de la camisa, levantándolo hasta que su frente chocó con mi barbilla.

- Parece, profesor, que olvidé enseñarte la lección más importante de todas.

Entrecerré los ojos y hablé con los dientes apretados de tanta rabia.

- Nunca hables de mi esposa, y sobre todo, no toques su nombre, no puedes, no tienes derecho ni a pronunciarlo, ¿me entendiste?

Su mirada era de puro miedo y su cuerpo delgado temblaba; cuando solté su camisa, se desplomó en la cama, y yo simplemente salí golpeando la puerta, pudiendo escuchar su llanto bajo antes de salir por el umbral.

Malik

Dios mío, sentí tanto miedo, pensé que iba a morir, realmente creí que ese ogro iba a matarme.

Todo iba tan bien, jugamos y nos relajamos un poco en la presencia del otro, y luego, cuando nos miramos a los ojos, creí que había encontrado una manera de conectar con él, y eso me dio miedo, miedo de involucrarme de nuevo.

Así que decidí cambiar de tema, y ese fue uno de mis peores errores.

¿Cómo puedo seguir adelante con esta noche? ¿Cómo puedo hacer de marido apasionado, si la simple idea de estar a su lado me aterra y me da escalofríos? Desearía poder quedarme en esta habitación hasta que todo esto pase.

Poco tiempo después de que Dimitri salió, Tiago vino a darme un recado y le pedí que me hiciera compañía. Según Tiago, Dimitri dijo que debía estar listo y que él enviaría a buscarme cuando fuera la hora de aparecer.

Detrás de toda la fachada de malvado bandido, Tiago era simplemente un chico normal, alegre y divertido que aprendí a amar; cuando estábamos juntos, él se sentía a gusto y era él mismo, pero en el instante en que aparecía Ivan, cambiaba, cambiaba con los otros hombres también, pero con Ivan era diferente.

Cuando Ivan salió, no aguanté y pregunté.

- Ti, ¿tienes miedo de Ivan? ¿Él ha hecho algo contigo?

- ¿Qué? No, claro que no, ¿estás loco? ¿De dónde sacaste eso?

- Siempre te pones raro y cambias completamente cuando él aparece.

- ¿Es tan obvio así?

- Te gusta, ¿no es cierto?

- ¿Qué importa eso? ¿Y cómo me trata? Él piensa que todavía soy un niño.

- ¿Hace mucho tiempo que lo amas?

- Desde que tenía 18.

- Tienes 26, entonces es mucho tiempo. ¿Nunca quisiste decírselo?

- No, no soportaría su rechazo.

- Pero puede ser que él no te rechace.

- Eres nuevo por aquí, amigo, así que no lo sabes. Pero todo el mundo aquí sabe que Iván tiene un amante secreto desde hace muchos años. Realmente debe amar a esa persona porque están juntos desde hace tanto tiempo. A veces estoy cerca cuando ese tipo llama, sus ojos brillan y es la única vez que lo veo sonreír. Pero ya he aceptado que nunca me sonreirá de esa manera, ni nunca me mirará así. No tengo ninguna oportunidad, Malik, pero tú, tú y el jefe podrían tenerla.

- Eso nunca, Tiago, te conté lo que hizo, le tengo miedo, demasiado miedo.

- ¿Qué exactamente pasó?

Cuando conté, Tiago puso una cara de quien sabía que iba a salir mal.

- Está explicado, Malik, tocaste el único tema prohibido en esta casa, esa mujer es como una divinidad aquí, es venerada y respetada como si fuera una santa.

- Tiago, ¿conoces la historia? ¿Me cuentas?

Tiago me contó todo sobre la tal de Alexandra, y tenía razón, era increíble, me gustaría haberla conocido. Sentí empatía por Dimitri, no era una persona que quisiera saber que alguien siente pena por él, su orgullo no lo permitiría. A pesar del miedo, logré entender un poco mejor ese rompecabezas rubio y musculoso.

¿Si eso cambiaba algo? Bueno, eso no puedo decirlo aún.

La puerta se abrió de nuevo y Iván dijo que Dimitri me estaba esperando. Tiago se levantó y me extendió la mano sonriendo como siempre.

- Vamos, amigo, ¡vamos a casarte!