Cielo Rojo.

Al día siguiente Eloisa llegó a la mansión en su propio auto, Gonzalo ya no estaba en la mansión, su madre y su hermana estaban bajando las escaleras. Peludo ya estaba en la sala esperando a Eloisa.

Ella lo abrazo y lo acariciaba.

- Buen día señorita Eloisa.

- Buen día señora.

- Ya está el desayuno nos acompañas, decía la madre de Gonzalo

- Claro, vamos rojo debes tener hambre.

- ¿por qué lo llamas rojo?, decía Ximena

- Es que cuando llegó a mi vida, estaba mirando el cielo y este se torno rojo por el atardecer, no quería olvidar el día que rojo llegó a mi vida.

- ¿Pensé que era por el color de tu cabello?, decía la madre de Ximena

- No, cuando perdí a rojo me lo pinte así, trate de adoptar otro perro pero no pude, es que este pequeño tiene algo mágico, decía Eloisa besando a rojo.

- Rojo es un nombre fuerte, deberíamos llamarlo así, decía Ximena.

- si tú hermano te escucha, te va a matar Ximena.

Ximena se carcajeo.

- Tranquila mamá, solo era una broma.

- No debería temerle a su hijo señora, usted es su madre y debe de respetarla.

- Eso mismo pienso yo, decía Ximena.

- El es el hombre de esta casa Eloisa y gracias a el aún podemos tener todos estos lujos.

Ximena se levantó y beso a su madre en la mejilla.

- Ya sé que es tu hijo favorito, pero es un grosero contigo, no merece tu amor.

Se despidió de Eloisa y se marchó a la universidad.

- ¿es su hijo favorito?

- No, solo que Ximena tiene todo más fácil, ella estudia lo que quiera, Gonzalo al ser el mayor tuvo que renunciar a sus sueños, trato de no alterar su vida con mis problemas.

- Es su madre señora, yo daría todo por tener un minuto a mi madre.

- ¿la extrañas mucho?

- Hace poco la perdí, aún la escucho en casa.

- Eso jamás va a dejar de sentirse, yo siento que el duerme a mi lado y a veces en las noches se acuesta a mi lado.

- ¿lo amaba mucho?

- Era un hombre increíble, trabajaba mucho pero cuando tenía tiempo libre nos daba todo, nos preparaba pizza y nos unía a todos.

Cuando Gonzalo tenía 8 años nos llevo a dar un paseo en un yate, fue la semana más linda que tuvimos, los paisajes eran hermosos, le enseñaba a mis hijos a pescar, en la noche mirábamos las estrellas y bailábamos bajo la luna.

- Era un hombre muy romántico.

- Era un hombre con un gran corazón, el siempre se preocupaba por su familia.

Cuando Ximena cumplió 15 años, viajamos a París, cerro el restaurante favorito de mi hija para que ella tuviera una reunion con sus amigas, fue una velada increíble.

Mirar a mis dos hijos bailando con sus amigos, todos disfrutando de la música francesa era mágico.

Mi esposo era el hombre más increíble, dijo triste la madre de Gonzalo limpiando sus lágrimas.

- Mi madre y yo siempre fuimos de bajos recursos, pero ella siempre trabajaba mucho para darme un hogar, ella tal vez no me llevo a París, pero recuerdo que cuando cumplí 15 años, invito a mis amigos a la playa, decoro dentro una pequeña carpa, una hermosa mesa con platos elegantes y todos iban vestidos de blanco, cuando llegue gritaban sorpresa, mi pastel era azul y toda la fiesta tenía un toque vintage, mi mamá era increíble.

Para mi boda había gastado todos sus ahorros para que yo tuviera el mejor jardín para mí fiesta, consiguió trabajar con la pastelera para que fuera como yo lo quería.

- ¿ya te casaste?, te ves muy joven.

- No me case, el me dejó plantada en el altar, quería morirme y no por qué el estúpido me dejara, era por qué mi madre había gastado todo su dinero y se había perdido por culpa de un idiota que no sabía lo que quería.

Pero ella siempre estuvo ahí para mí. Me apoyo y me decía que el dinero no da la felicidad, si no son los momentos más simples que te hacen sonreír.

- Tiene razón, mi esposo y yo pasábamos las noches en el balcón de nuestra habitación mirando la luna y escuchando nuestra música favorita. Cuando nos hicimos novios el me invitó a comer unos perros calientes, que vendían frente a la universidad, el tocó mis labios para decirme que tenía mayonesa, después metió su dedo en su boca, yo me quedé flechada por el, me acompaño a mi casa y cuando iba a entrar me regresé a besarlo.

Cada vez que cumplíamos un mes de novio comíamos perros calientes frente a la universidad.

- Que bonita historia señora corsa.

- tengo miles, Eloisa, ese hombre era muy detallista.

La sirvienta nos interrumpió

- Señora, su hermana y sus amigas acaban de llegar.

- Muchas gracias, pásalas a la sala y sirve café y té.

- Si señora

- Me dio gusto desayunar contigo, pero las visitas me esperan.

- Si señora, yo también tengo trabajo, sonrió Eloisa.

La madre de Gonzalo camino hacia la sala y sus amigas estaban sentadas riendo, mientras su hermana miraba por la ventana.

- ¿quién es esa chica con el cabello rojo?,decía la hermana de la señora Corsa.

- Es Eloisa la niñera de peludo.

- ¿Niñera?, no me digas que mi sobrino la contrato, es un perro.

- Ya conoces a los jóvenes de ahora, ya no quieren tener hijos y ahora tienen perros, decía la señora Corsa

Sus amigas se reían.

- Mi hija es igual, gasta demasiado dinero con su perro, los jóvenes de ahora están locos.

- Muy bien señoras, tenemos trabajo, hay que recaudar dinero para la casa hogar de Finlandia, así que manos a la obra, decía la señora Corsa.

Eloisa jugaba con rojo y corrían por todo el jardín, ella terminó cansada, se acostó en el pasto junto a rojo.

- Sabes rojo, me hubiera encantado conocer a un hombre como el esposo de la señora Corsa, que fuera tan romántico, pero siempre elijo idiotas, que prefieren mirar un partido de fútbol, comer chetos, tomar cerveza con sus amigos y que no saben bailar.

Rojo miraba a Eloisa y ella lo abrazo.

- Tú eres el mejor.