Azeeyra

"Detente, esto es entre ella y yo", dijo Zee, deteniendo los pasos de Reynard.

Zee se acercó a Adel y tiró del cabello de la chica. Sintiéndose desafiada, Adel se resistió. Su mano izquierda agarró la mano de Zee que tiraba de su cabello, mientras que su mano derecha estaba a punto de golpearla, pero Zee rápidamente la detuvo y le retorció la mano derecha hacia atrás.

"Suéltame, me duele la mano", gritó Adel en voz alta, tratando de pedir ayuda a sus amigas con la mirada.

Sin embargo, antes de que sus dos secuaces pudieran moverse, Karen y Siska ya las habían bloqueado.

Zee luego susurró al oído de Adel: "Tengo un video tuyo empujándome por las escaleras la otra vez, si ese video llegara a manos de la policía, ¿qué crees que pasaría?". Las frías palabras de Zee hicieron que Adel palideciera. No sabía que sus acciones de ese día habían sido grabadas por las cámaras de seguridad. Adel ciertamente no quería ir a la cárcel, y además de eso, su familia definitivamente se enojaría mucho por sus acciones.

Zee empujó a Adel hacia sus amigas, sin olvidar tomar el cuenco con los restos del bakso de Siska y tirárselo sobre la cabeza. "Esto es por intimidarme todo este tiempo y por llamarme zorra. Para que lo sepas, por lo general, las zorras son las que gritan zorra". Zee se fue, dejando a Adel con sus dos amigas.

Seguido por Reynard y el círculo principal de Dragon, así como Ilham y algunos otros estudiantes que vinieron intencionalmente solo para disfrutar del espectáculo gratuito.

¡Aaaaaargh!

Adel gritó de frustración. "Espera, perra, definitivamente te haré pagar por esto", dijo Adel para sí misma.

Mientras tanto, entre la multitud, había alguien que apretó el puño con decepción, sintiendo que su plan había fallado.

...

"Estoy tan molesta",

Siska resopló, sentándose bruscamente en su asiento.

Zee, al ver eso, frunció el ceño con curiosidad.

"¿Por qué?"

"Debería haberle dado una bofetada a esa tartamuda. ¿Y por qué nos detuviste?", dijo Siska decepcionada.

"Simplemente no quería que ustedes se metieran en problemas por mi culpa", respondió Zee con indiferencia. "Y gracias por ayudarme hoy", agregó Zee. Miró a sus dos amigas.

"Si vuelves a agradecerme, te pellizcaré el riñón", gruñó Karen porque Zee no dejaba de agradecerle por ayudarla a comprar una falda en la cooperativa.

Azeeyra soltó una risita. "Gracias por ser mis amigas", dijo Zee sinceramente, con los ojos llorosos.

¡Zas!

Demasiado molesta, Siska le dio un golpecito en la frente a Zee, haciéndola frotar la zona adolorida.

"A partir de ahora, eres parte de nuestro círculo, sin debates, sin protestas, sin excepciones", exclamó Siska mientras abrazaba a Zee. Karen también se unió al abrazo, rodeando a sus dos amigas.

Zee sonrió dulcemente mientras abrazaba a Karen y Siska. Hasta que un fuerte ruido sorprendió a las tres amigas.

"Hola, hermosas, ¿puedo unirme al abrazo? El abrazo de Saka las mantendrá calientes a las tres", bromeó Saka mientras movía las cejas.

"Hola, Zee, ¿ya sabes el nombre de 'Aa' Denis? El chico más genial de esta escuela. Si necesitas algo, Zee, solo busca a 'Aa' Denis", dijo Denis con una sonrisa traviesa.

"Guau", Saka fingió tener arcadas para burlarse de Denis. "No escuches a Denis, Zee. Mejor llama a tu hermano Saka, tu hermano Saka estará disponible las 24 horas para mi querida Azeeyra". Zee solo sonrió levemente al escuchar las tonterías de Saka y Denis.

Mientras bromeaban alegremente, a veces molestando a Zee y Siska, que se dejaba llevar fácilmente por las emociones, de repente se sorprendieron por el fuerte sonido de una mesa siendo golpeada.

¡Crash!

"Ruidosos", espetó Reynard, que ya estaba sentado junto a Zee.

Los demás solo se tocaron el pecho conmocionados por la acción de Reynard. Mientras tanto, Saka y Denis palidecieron porque Reynard los estaba mirando fijamente. Rey se sintió molesto al escucharlos coquetear con Zee.

"Siéntense", ordenó Abi brevemente. También se sentía harto de sus dos amigos, completamente desatentos. "¿Es que esos dos idiotas no veían el destello de celos en los ojos de Rey?".

......................

Azeeyra ya había llegado a casa cuando el chófer la recogió de la escuela. Zee, que no quería encontrarse con su padre ni con su hermano, corrió escaleras arriba, deseando acostarse en su suave cama, pero apenas había dado un paso cuando una voz grave la detuvo.

"Azeeyra, ven aquí un momento. Papá quiere hablar contigo", llamó el padre de Daren, que estaba en la sala de estar con su hermano Daniel.

"Hmm", solo un murmullo sin intención de responder a la llamada de su padre. Zee caminó hacia la sala de estar y se sentó en el sofá individual, mientras que Daniel se sentaba junto a su padre, Daren.

"¿Qué pasa? Tengo muchas tareas que hacer", dijo Zee. Por supuesto, eso era solo una excusa. Tenía mucha pereza de pasar mucho tiempo en la misma habitación con las dos personas frente a ella.

El padre de Daren miró a Daniel y Zee por turnos, luego tosió, "Papá conoció a una mujer y hemos estado saliendo durante los últimos dos meses. Es una mujer amable y gentil...". La frase del padre de Daren se cortó cuando Zee se levantó de su asiento.

"No tengo tiempo para escuchar tu historia romántica, señor. Si no hay nada importante, prefiero ir a mi habitación", dijo Zee molesta. Se sintió divertida al escuchar la confesión de su padre. ¿Qué estaba haciendo este hombre? ¿Por qué le estaba contando esto a ella?

"Papá, ¿de qué quieres hablar realmente?", Daniel también se sintió incómodo al escuchar la historia de su padre.

"Papá se va a casar", dijo el padre de Daniel en voz alta, mirando a sus dos hijos por turnos.

Daniel y Zee fruncieron el ceño confundidos. ¿Habían oído mal? Zee, sin darse cuenta, volvió a sentarse por la sorpresa.

Silencio.

Zee miró a Daniel y vio que el hombre cerraba los ojos. Tal vez Daniel estaba en shock al escuchar que su padre se iba a casar. Zee tampoco podía creerlo. ¿No amaba mucho a su esposa?

"¿Por qué, papá? ¿Después de tanto tiempo? ¿Y quién es esa mujer?", preguntó Daniel después de inhalar profundamente varias veces.

Zee y Daniel miraron al padre de Daren, esperando una respuesta del hombre.

"Ustedes dos ya son adultos. Papá se siente solo. De todos modos, ustedes dos se casarán eventualmente. ¿Quién cuidará de papá cuando sea viejo?", explicó el padre de Daren. "En cuanto a por qué ahora, es porque papá finalmente puede abrir su corazón a otra mujer ahora", continuó el padre de Daren con rostro melancólico. Qué solo debía estar ese hombre. Durante 18 años desde la muerte de su esposa, se había dedicado al trabajo todos los días para olvidar su dolor.

Sin darse cuenta, Zee derramó lágrimas. Sentía lástima por su padre, pero al mismo tiempo, la chica también se sentía triste. Había sido odiada durante 18 años por ser considerada la asesina de la esposa que tanto amaba, ¡pero ahora este hombre se iba a casar! ¿Había desaparecido el amor por su esposa?

Zee se levantó de su asiento, se puso de pie y miró al padre de Daren con expresión seria.

"No me importa con quién quieras casarte, y en cuanto a ser una buena madre, ¿cómo puedes esperar que alguien más ame a tu hija cuando tú mismo has fallado en ser un padre?". El padre de Daren se sintió dolido al escuchar las palabras de Zee. Reconoció sus errores pasados. Realmente había fallado.

"Una cosa más, no me obligues a llamarla madre. Y te advierto seriamente que no dejes que tu esposa interfiera en mis asuntos. Encuentra tu propia felicidad, no te preocupes por mí". Después de desahogar su corazón, Zee abandonó la sala de estar, corrió a su habitación y cerró la puerta con llave.

Sollozos, sollozos, sollozos

Se escucharon los sollozos de Zee. Lloró mientras se acurrucaba en el frío suelo de su habitación, abrazando sus piernas y escondiendo la cabeza entre las rodillas dobladas.

"Realmente nunca obtendré su amor", dijo Zee en voz baja. Aunque su boca decía que odiaba, en el fondo de su corazón todavía había una esperanza donde Zee deseaba ser amada por su padre y su hermano.

Zee se golpeó el pecho que se sentía constreñido. Sus lágrimas siguieron fluyendo y sus pensamientos se arremolinaban.

"Mamá... Sollozos, sollozos, Zee no se equivoca, mamá", balbuceó Zee con sollozos cada vez más fuertes.

Sin que Zee lo supiera, fuera de su habitación, su hermano Daniel también derramó lágrimas al escuchar el doloroso llanto de su hermana pequeña. Deseaba poder abrir la puerta y abrazar el frágil cuerpo de Zee, pero Daniel estaba demasiado asustado por el rechazo de la chica. Sabía que ni siquiera una disculpa curaría el dolor que había causado.

Sintiéndose agotada después de llorar, Zee se subió a la cama, respiró hondo y decidió dormir para aliviar el dolor de cabeza provocado por el llanto prolongado.

...

A las 4:00 p. m., Zee se despertó. Después de asearse, Zee se puso un atuendo completamente negro y le pidió al señor Asep que la llevara al cementerio público.

Después de 30 minutos, Zee llegó y ahora eran las 4:30 p. m. Aunque estaba tranquilo, Zee no tenía miedo de estar en ese lugar.

Zee acarició suavemente la lápida con el nombre RIANA ALETA XAVIER.

"Mamá, Zee ha venido a visitarte. ¿Cómo estás, mamá? Lo siento, Zee llegó tarde. No estás enojada, ¿verdad, mamá?".

"Mamá, Zee te extraña. Zee realmente quiere sentir tu abrazo. Debe de ser cálido, ¿verdad, mamá?".

"Perdóname, mamá. Por mi culpa, mamá tuvo que separarse de papá y del hermano Daniel. Debería haberme ido yo, no tú, mamá". El llanto de Zee estalló. Abrazó la lápida como si abrazara a su madre.

El crepúsculo llegó y pronto oscurecería, pero Zee todavía se mostraba reacia a irse. Siguió hablando como si su madre estuviera escuchando el parloteo de la chica.

Después de casi una hora hablando con su madre, Zee decidió volver a casa.

A las 7:00 p. m., Zee ya estaba en su habitación después de pedirle a una de las criadas que le llevara la cena. Zee estaba de pie en el balcón de su habitación. La brisa nocturna soplaba aire frío que le helaba los huesos. Zee se frotó las palmas y luego sopló sobre ellas para liberar calor.

Ring, ring, ring

El sonido del teléfono en la mesita de noche llamó la atención de Zee. Cerró la puerta del balcón y caminó hacia la cama, agarrando el teléfono móvil. Sin embargo, la llamada se cortó. Cuando estaba a punto de dejarlo, el delgado objeto volvió a vibrar. Vio un número desconocido en la pantalla de su teléfono. Dudó antes de deslizar el botón verde.

"Hola...".

"¡Buenas noches, nena!". Zee se sorprendió al escuchar la voz grave al otro lado de la línea. Reconocía muy bien al dueño de esa voz.

"Oye, no soy una nena. ¿De dónde sacaste mi número?", preguntó Zee con el corazón acelerado. ¿Por qué este hombre seguía molestándola?

"Es solo un número de teléfono, puedo conseguir cualquier cosa, incluyéndote a ti, nena". Zee se estremeció al escuchar las palabras de Reynard. Sabía muy bien, y era de conocimiento público, que este hombre obtendría lo que quisiera de cualquier manera.

Zee colgó inmediatamente y tiró el teléfono sobre la cama. No quería involucrarse más con Reynard. Quién sabía lo que pasaría mañana en la escuela. ¿Debería simplemente faltar?