En lo profundo de un bosque antiguo, donde los árboles susurran secretos de siglos pasados, un grupo de leñadores, hombres robustos y curtidos por años de arduo trabajo, se adentra en la espesura en busca de madera. La brisa fresca lleva consigo el aroma a tierra húmeda y resina, mientras las sombras juegan entre los troncos como si el bosque mismo estuviera vivo. Tras una jornada agotadora, los hombres deciden acampar bajo el cielo nocturno que era ocultado por las copas de los árboles.
Sin embargo, esa noche, mientras el fuego crepita y las risas resuenan entre las ramas, una presencia oscura acecha en la penumbra. Lo que sucederá después no solo pondrá a prueba su valentía, sino que cambiará su destino para siempre. El bosque guarda secretos que están a punto de ser revelados, y los hombres pronto descubrirán que algunas leyendas son más reales de lo que jamás imaginaron.
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CAPÍTULO 17
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Lino limpió su cara, tomó su machete y comenzó a abrirse paso entre la oscuridad, debían salir de ese lugar a como diera lugar. Pedro con el aliento entrecortado y el corazón acelerado seguía a Lino, no quería morir en ese bosque, no quería ser presa de esa bestia que se escondía entre los árboles. A pesar del dolor por haber perdido también a Fercho, los dos hombres continuaron su camino a través del laberinto arbóreo que parecía no tener fin.
PEDRO: Lino, siento que no estamos avanzando._(observando que no salían de esa oscuridad)
LINO: Sigamos caminando, Pedro, en algún momento saldremos de aquí._(siendo positivo)
PEDRO: Está bien, sigamos._(ardiendo en fiebre)
Con la esperanza de salir de allí con vida, los leñadores seguían caminando, sin embargo a medida que caminaban, los murmullos crecían a su alrededor, ya no solo se escuchaba aquella voz, ahora también se escuchaban otras voces ininteligibles que llenaban el aire con promesas siniestras haciendo erizar el vello de los hombres.
PEDRO: Nos están siguiendo, Lino. Siento que nos están siguiendo._(sintiendo el miedo en sus huesos)
LINO: Lo sé, eso nos sigue con tranquilidad esperando el momento para atacar. Pero debemos confiar en que saldremos de aquí, Saldremos de aquí Pedro.
Aunque quisieran mantener la calma y ser valientes, el miedo se convirtió en una presencia palpable que los seguía como una sombra inquietante. Las ramas se estremecían con desespero, las hojas secas crujían en el suelo, los animales dejaban salir sus lamentos aún más escalofriantes que antes y los murmullos parecían acercarse más y más a ellos. Llevaban ya varias horas caminando y ya estaban agotados, las piernas no le daban más, tenían sed y hambre pero el lugar seguía atrapado en la penumbra y el frío de la terrible neblina.
LINO: Tenemos que seguir avanzando, no podemos parar._(limpiando el sudor de su cara)
PEDRO: Lo sé, debemos salir de aquí a como dé lugar.
LINO: Se que te debe doler la pierna y las heridas en la espalda Pero debemos continuar. Si nos detenemos, eso puede atraparnos._(dijo viendo al hombre cansado)
PEDRO: Yo te seguiré el paso, no te retrasaré.
A pesar del cansancio, los dos hombres seguían caminando, las horas pasaban y la noche volvió a caer por completo sobre el bosque, Pero ellos aún no encontraban el camino principal, estaban seguros que ese era el camino pero no entendían por qué no llegaban.
LINO: Estoy seguro que este es el camino, por aquí fue por dónde vinimos con fercho._(desesperado)
PEDRO: Lo sé, este es el camino, Pero a la vez no._(viendo que algunas cosas eran igual Pero otras no)
Después de algunos minutos observando a sus alrededores, los leñadores comprendieron que estaban perdidos, todo el día caminaron en círculos en la misma área. Angustiados y temiendo por sus vidas, comprendieron que aquello estaba jugando con ellos como si fueran el gato y el ratón, definitivamente estaban siendo cazados por algo antiguo y maligno que habitaba en la oscuridad de ese bosque.
LINO: Sigamos, no nos podemos dejar vencer por esa maldita cosa.
PEDRO: Está bien… Quiero salir de aquí y llegar con mi familia.
LINO: Pronto estaremos con ellos.
Dejando atrás su cansancio y su sed seguían caminando con la esperanza de llegar pronto a la salida. Sin embargo, con el pasar de las horas, esta salida parecía solo una ilusión que nunca podrían alcanzar, era algo lejano que estaba fuera de sus alcance, aún así seguían, debían seguir caminando para alcanzar esa esperanza. Con cada paso dado, las ramas y las hojas secas bajo sus pies crujían, los animales se movían entre los troncos cubiertos por la neblina, las ramas se movían al ritmo del viento quien traía consigo sus lamentos y agonía, las sombras se alargaban formando extrañas figuras en la luz de las linternas y las risas burlonas resonaban entre los árboles, como si estuvieran disfrutando del miedo y desespero de los dos hombres.
pero uno es mamá luego esposa y cuando tedas tus 5 minutos la leer por eso boy un poco atrasada