Louis Warren é um solteiro convicto, não está em seus planos casar e muito menos ter filhos, com o que ele vê diariamente em sua profissão de delegado de polícia, ele acredita que o mundo está muito perigoso para criar crianças
Mas a sua vó não pensa assim, tudo o que ela quer é que o neto lhe dê bisnetos e que ele assuma o comando da empresa da família.
Diana Taylor é uma jovem doce e carismática, mora com o pai e o irmão, ela é faxineira em uma escola de crianças ricas, no mesmo dia em que é demitida conhece o delegado, que é obrigado pela sobrinha a lhe oferecer uma carona, mas os dois acabam indo parar no hospital por conta de um acidente da avó de Warren.
A senhora muito esperta se encanta com a doce Diana e decide bolar um plano para realizar o seu desejo em ter bisnetos, o problema é que o seu plano é um segredo, e eles só vão descobrir quando uma gravidez inesperada surgir.
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Capítulo 09
Warren
Lo último que quería ver temprano por la mañana era a la mujer que pasó la noche de manera furtiva rodeando mis pensamientos. Aunque a veces tratara de huir, su mirada siempre venía a mi mente. Nunca fui un chico que creyera en esas cosas del amor a primera vista y todas esas cosas cliché de las que mis amigos hablan hoy en día.
Pero me siento intrigado por la fuerza con la que su imagen aparece en mis pensamientos. Hoy será un día muy ocupado, pero aún así no puedo dejar de pasar a ver cómo está mi abuela.
- Todo bien querida, solo no olvides la discreción - oigo la voz de mi abuela al teléfono en cuanto abro la puerta, recuerdo lo que Diana dijo, me parece extraño porque la dulce Abby no es así - Warren
- ¿Discreción? - pregunto acercándome a ella para abrazarla, a mi abuela le gustan los abrazos, especialmente los míos, le doy un beso en la frente y luego me alejo y me acomodo en el sofá - ¿Desde cuándo usamos esa palabra en esta casa?
- Ah, si tuviera mi bastón aquí - dice mirando a su alrededor, no sé por qué lo usa, ya que no lo necesita, se acerca a mí y se sienta a mi lado.
- Abuela - refuerzo la pregunta cuando noto que está tratando de evadir el tema - doña Abby Galanis.
- No te atrevas - dice haciendo una mueca, mi abuela tiene ascendencia griega, pero no hablamos mucho de eso, el abuelo de ella echó a mi bisabuela por haber quedado embarazada joven de un americano, y así fue como ella terminó en Nueva York, el apellido Galanis es algo que, aunque a ella no le guste, mantenemos porque su madre dijo que nunca lo quitáramos porque era una parte de quiénes somos - una mujer puede tener sus secretos, chico.
- ¿Y cómo está el brazo? - pregunto cambiando de tema, porque sé que aunque insista, ella no dirá nada más - ¿La noche fue difícil?
- Horrible, mi nieto - dice haciendo un puchero y ya sé que viene el drama- ya no aguanto más estar sola en esta casa, especialmente en esta situación - mi abuela dice y ella tomó clases de teatro, así que nunca sé si está llorando de verdad, pero enseguida sus ojos se ponen rojos - estoy pensando en invitar a Diana a dormir conmigo unos días.
- No, abuela - digo rápidamente, no sé por qué la idea me parece absurda.
- ¿Por qué no? - pregunta desconfiada y sonríe - ella es hermosa, ¿no? - comienza y revuelvo los ojos - ¿Sabías que ella quiere tener muchos hijos?
- Porque es tonta - digo y mi abuela me mira indignada - abuela, sabes lo que hago, ¿sabías que hace poco tiempo salvamos a unos niños de ser vendidos por su padre?
- Dios mío - dice sorprendida y se levanta - sal de mi vista, Warren - dice y revuelvo los ojos - estas cosas pasan todo el tiempo, hijo, desafortunadamente el mundo ya no es lo mismo, pero si educamos a nuestros niños y los mantenemos seguros, vivirán felices.
- Abuela - empiezo, pero somos interrumpidos por un golpe en la puerta y noto que estaba abierta, lo que me da otra visión de Diana, usa unos jeans diferentes a los anteriores, pero aún así no tan nuevos, una blusa de punto que parecen ser su tipo de ropa preferida.
- Disculpen la molestia - dice avergonzada, sus ojos nunca encuentran los míos - pero es hora de su vitamina, doña Abby.
- Oh, claro querida - dice mi abuela con una sonrisa enorme en su rostro, desde lejos se puede notar cuánto le ha caído bien la chica. Claro que solo está aquí después de que investigué su vida a fondo - Warren, ¿sabías que a Diana le encantan tanto los libros como a mí?
- Tú no amas los libros, abuela, amas las promiscuidades que hay en ellos - digo y la chica abre los ojos tanto como puede, su rostro se pone demasiado rojo, tengo la certeza de que ella es como mi abuela.
Imaginar lo que la dulce Diana puede hacer mientras lee las partes eróticas del libro hace que mi cuerpo se caliente, mi miembro palpita deseando atención, pero respiro hondo y cambio mi línea de pensamiento.
- Los libros vienen para enseñarnos, querida - dice mi abuela, dándose cuenta de que su protegida está sin palabras - a través de ellos aprendemos que un sinvergüenza, un hombre que no piensa en tener hijos, puede cambiar de opinión así - dice, chasqueando los dedos con una sonrisa más grande de lo que nunca había visto.
- En realidad, creo que a veces no ven otra opción - dice Diana encogiéndose de hombros.
- ¿Cómo así, querida? - pregunta mi abuela, curiosa.
- Mira, la mayoría se sorprende, hoy en día los libros más leídos son aquellos sobre CEO, embarazos inesperados, hijos desconocidos, la protagonista llega a la vida del hombre con un niño alegando que es suyo, y ¿qué hace el CEO? Ellos aceptan - dice encogiéndose de hombros - a veces por no querer ser expuestos, ser vistos como el tipo que abandonó al hijo, entonces no hay otra alternativa. Ellos no quieren hijos, eso está claro, y cambian de opinión cuando no ven otra salida. Pero si nos detenemos a pensar, solo aceptaron la paternidad porque se les impuso, porque sabemos que si dependiera de ellos mismos, no habría hijos.
- Pero no fueron obligados a aceptar, y siempre vemos a lo largo de la historia su transformación, vemos cómo pasan de ser unos sinvergüenzas a ser unos padres maravillosos, y vemos el momento en el que realmente desean esto, hijos, matrimonio - dice mi abuela y la niña asiente, pero parece estar reflexionando.
- Pero yo no lo aceptaría, no creería en un cambio tan rápido, creo que dejé de creer en esos romances cursis y no me había dado cuenta - dice mirando el suelo, pareciendo perdida en sus propios pensamientos.
Y ahora yo estoy perdido en los míos, ¿y si esto me pasara a mí algún día? ¿Aceptaría fácilmente y cambiaría, o me mantendría en mi absoluta voluntad? Claro que no dejaría a nadie desamparado, pero ¿realmente entraría en la vida del niño? Al pensar en esto, miro a la niña perdida en sus pensamientos y luego a su vientre, joder, solo de pensarlo ya estoy jodido.