Ella es una chica que vive su vida segura de que no nació para amar, mientras que él es un hombre que ya amó una vez pero que no supo hacerlo bien.
Una noche se encuentran en una situación extraña sin saber que el destino ya lo tenía todo planeado.
NovelToon tiene autorización de Roxane Enriquez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Seis
Parece que mi deseo de volverte a encontrar sin que estuvieras dentro de otra mujer se cumplió. - le dijo la pelirroja en relación a su encuentro en el baño de la discoteca "Caldo" perteneciente a los Parisi desde hacía muchos años.
- Y parece que no eres la misma que conocí esa noche, creí que te llamabas Sofía.
Le reclamó Renato nada más que estuvieron solos, dos horas habían pasado en aquella reunión en la que tuvo que obligarse a no pensar en la chica del baño en más de una ocasión o podían pasar dos cosas, una, que el hombre que estaba allí con ellos pensara que no ponía suficiente interés en un trato que le había costado mucho conseguir y la segunda, que se diera cuenta que esa falta de interés era provocada por su hija de dieciocho años, y no sabía cual de las dos podía ser peor.
- Era el nombre de una de mis bisabuelas y como me habría gustado llamarme, pero como al momento de nacer nadie me preguntó, pues me llamaron Danara.- le contestó recostando la espalda en el mueble en el que estaba sentada frente a él.
- Me engañaste a pesar de que me estabas pidiendo que te follara.- volvió a reclamarle.
- Vamos Renato- lo llamó por su nombre como si se conocieran de toda la vida- ¿Puedes decirme como se llamaba la chica que estaba contigo esa noche?- él no contestó y en cambio le mostró una sonrisa de medio lado dándole la razón- ¿Ves?¿Entonces que más da si te dije mi verdadero nombre o no?
- No te equivocas en eso, pero joder¿Te imaginas si lo hubiéramos hecho esa noche como de incómoda habría sido esta reunión?- le preguntó pasando los dedos por su pelo.
- Posiblemente no, esto es trabajo.
- Joder- repitió- ¿Es que tienes una respuesta para todo?
La chica levantó uno de los costados de su boca simulando una sonrisa, cualquiera pensaría que se estaba divirtiendo con el nerviosismo que había provocado en el hombre al darse cuenta de quien era ella.
- Tengo dieciocho años, un coeficiente de inteligencia mayor que muchos en este mundo gracias a mi otra bisabuela que no solamente me heredó su físico, también me dejó su mente privilegiada, como mi padre te explicó cuando entré seré la primera mujer en la historia de los Parisi que se hace cargo de los negocios de la familia y que van mucho más allá de cualquier cosa que puedas imaginar, claro que tendré una respuesta para todo.
Ella continuó mirándolo haciendo que el hombre se sintiera más tenso.
- Todavía quiero lo que te pedí.- le dijo y él abrió los ojos.
- No puedes estar hablando en serio, acabas de decirme que con dieciocho años tienes las agallas de hacerte cargo de un imperio, te vi darle órdenes a un hombre que compite conmigo en tamaño y musculatura y aún así me pides que te someta, no puedo entenderte, de verdad que no puedo.
- En la cama, recuérdalo Renato.- lo señaló con un dedo- En la cama y no hay mucho que entender, es precisamente por lo que acabas de decir que quiero saber lo que se siente, nunca voy a permitir que alguien intente siquiera darme una orden en mi vida y todos los chiquillos que me rodean se mean nada más que les hablo, y tú, no sé si fue porque no me conocías o qué, pero no te importó y ya veo que sigue sin importarte porque ahora que ya sabes quien soy no has cambiado para nada.
- Y mi respuesta sigue siendo la misma, eres una niña.
- No soy una niña. - le contestó con el mismo ímpetu que le habló la primera vez que se vieron- y si quieres te lo demuestro cuando desees.
- Déjalo So... fí... a.- le dijo el nombre que él pensó tenía hasta hace dos horas separando las sílabas como si arrastrara la lengua por su cuerpo- No vas a convencerme y creo que lo mejor es que sigamos con lo del trato, espero que lo de negarme a acostarme contigo no traiga ningún problema.
- Ya te dije que no soy una niña así que no te preocupes, y lo de dejarlo, no creo, yo consigo siempre lo que quiero.
- Y yo no ligo trabajo con placer.- le rebatió.
- ¿Otra regla?- casi se burló- Me gustaría saber cuantas más tienes para ver cuanto vas a demorar en romperlas todas.
- No me provoques Sofía. - seguía diciéndole aquel nombre y ella sentía que su cuerpo ardía cada vez que lo oía mencionarlo.
- Me gusta como se escucha ese nombre en tu boca, si no es una molestia para ti cuando estemos en la cama quiero que me sigas llamando así. - ella maldijo en su mente que estuvieran sentados cada uno en un sillón diferente, si en cambio aquello hubiera sido un sofá ya estaría sobre él- Pero si hay alguien de la familia delante es mejor que me llames Danara, digo, si es que no quieres que sepan que nos conocemos de otro lugar, eres la primera persona aparte de ellos que sabe de mi deseo de llamarme así.
- No te preocupes, ya no voy a llamarte más por otro nombre que no sea el tuyo, y lo de la cama no va a suceder, olvídalo.
- Pues será en un baño, como tu gustes, es que se escuchan muchas cosas con lo de perder la virginidad y bla, bla, bla y pensé que una cama era lo mejor, pero si es en otro lugar me da igual.
Renato abrió los ojos como platos, esta chica estaba loca o su deseo por convencerlo era muy fuerte.
- ¿Eres virgen?- la vio asentir- Menos, ahora sí no voy a tocarte.
- ¿Tienes algún problema con la virginidad? Si lo deseas puedo hacerlo primero con cualquier otro chico que conozca y todo resuelto, después voy contigo y tú haces tu magia para mi.
- Decididamente estás loca, te prohíbo que andes por ahí acostándote con cualquiera.- le dijo ajustando las manos a los brazos del mueble en el que estaba sentado y rápidamente movió la cabeza de un lado a otro como espantando lo que acababa de decir- Te repito, no va a pasar, tú no eres capaz de recibir órdenes y yo no quiero problemas.
- Yo sé que sí pasará, más tarde o más temprano pasará, solamente piénsalo, tendré que esforzarme mucho para soportar lo que ordenes.
El tragó saliva y se removió en su asiento tratando de controlar la erección que estaba formándose dentro de sus pantalones al escucharla decir cuanto iba a costarle obedecer.
- Creo que lo mejor es que terminemos esta reunión. - Renato se puso de pie con su portafolio puesto delante- Avísame cuando vamos a reunirnos otra vez para hablar de trabajo.
Y sin esperar respuesta salió casi a la carrera.
De verdad que está historia estuvo GENIAL!!!!!