El Límite Lo Pones Tú

Estamos preparados en la firma del contrato con los japoneses,nos encontramos al ejecutivo comercial en Tokio aquel señor que le dejé caer mi camarón sobre su copa de vino en un restaurant, mi dificultad con los palillos para comer era tremenda, pero el señor Kiyu al recordarlo sonreía con mucha gracia, César logro la firma esperada de sus Socios tecnológicos.

Nos Brindaron bailes típicos de despedida después del Almuerzo, César estaba muy conversador con la gerente, algo muy incómodo para mí así que decidí despedirme de los ejecutivos, caminar desapercibida de César en búsqueda de un taxi.

A dónde va Señorita Regina - me preguntó kojuyi un japonés muy simpático que conocí en una de las conferencias

-Hola ¿cómo estás?, pienso ir al hotel- le respondí mirándolo fijamente

–Te puedo llevar, así me acompañas a recoger un reloj en un centro comercial- dijo kojuyi

–Gracias me parece magnífica idea- le respondí, caminando hacia su automóvil un último Modelo

conversábamos mucho al llegar al centro comercial era en forma de pelota con gran tamaño sentí emoción de conocerlo, nos bajamos, compré algunos detalles sonó mi móvil y era un texto de César

" ¿Dónde te encuentras?"

-Estoy haciendo unas compras, regreso en una hora al hotel- le contesté

" OK"

Este texto me dejó pensativa pero lo olvidé al ver tiendas y comer helado té de rosas una maravilla en un negocio de mil sabores

Regina ¿tienes Novio?- me pregunta kojuyi

-No, estoy soltera kojuyi-

Excelente Regina eres muy hermosa latinoamericana en cualquier momento encontrarás al Amor- dijo kojuyi

- No estoy apurada en encontrar al Amor- le respondí kojuyi sonrió donde extendió sus brazos para abrazarme dejándome sorprendida pero continuamos caminando.

Agotados de un gran paseo de tiendas Kojuyi me dejó en el hotel, intercambiamos números y posible visita a Nueva Jersey,

Subí al ascensor del hotel para llegar a la suite mí sorpresa fue encontrarme con César de traje, extremadamente guapo muy perfumado dispuesto a tomar el ascensor

Señorita Regina buenas noches, regresó más tarde -se despidió sin decirme absolutamente nada más.

Fui a mi habitación con tensión, pensando si saldrá con la gerente o otra mujer, estaba con sentimientos encontrados, tome un baño, me cambié de ropa tome la laptop, sentada en el sofá de la sala, pude enviar correos a mis amistades, todos me saludaban emocionados yo de igual manera hasta que me quedé dormida

...César...

Estaba en camino a una cita con Niyu una vieja amiga,

No puedo dejar de admirar a Regina es hermosa, sus ojos brillan de inocencia pero es hábil e independiente, no se que estoy sintiendo, pero cuando estoy con ella puedo ver el mundo accesible, tengo ganas de hacer más de lo habitual, sonreír algo que falta en mi vida...

Señor hemos llegado- dijo su chófer

-Gracias, por favor espera cerca no quiero tardar-

César ven pasa a mi apartamento- me invitó a pasar Niyu

tenía una cena muy romántica, champán dos copas y una cama llena de rosas.

Niyu cerró la puerta y comenzó a besarme, quitarme la chaqueta lo que me indicó que ella quería llegar primero al acto sexual, la bese cargándola y llevándola a la cama, al verla era Regina besándome, me excité muchísimo, más efusivo me encuentro la tocaba y besaba, quitándole su camisa despacio, después el brassier le pasaba mi mano de la rodillas a los glúteos suavemente, me levanté para quitarme la camisa, ella empezó a besar mi pecho y al volver a verla era Niyu, los sentimientos se encontraron, la decepción y remordimiento se apoderaron de mi mente, quedé helado y preferí retirarme, lo siento Niyu esto no podrá ser- le dije caminando a la salida.

–A dónde vas César, ¿estás allí?, Reacciona César- Dijo Niyu muy indignada

Solo me levanté y sin mediar palabra alguna salí del apartamento, encontré al chófer y camine hasta el automóvil necesitaba ver a Regina, quien diría que podría poner un ¡límite ante la tentación!

señor a dónde lo llevó - dijo el chófer

Vamos de regreso al hotel ya es suficiente por hoy - le Respondí

Al abrir el ascensor me encontré a la hermosa Regina dormida en el sofá no pude resistir de admirarla

Hola César, llegastes me quedé dormida- dijo Regina al sentir a César

!Ey! hola Princesa hermosa, es mejor que te lleve a tu habitación dijo César cargando a Regina

-¡Ay! chico bajarme yo puedo caminar, que vergüenza - dijo Regina

Nada de eso, dije que te llevó, mirá estamos ya en tu habitación princesa ahora a descansar- decía César acostando a Regina y pasándole la manta.

-Buenas noches César-

Me quedé muy sorprendida de la manera que César me trató al llegar, ese cariño al darme un besito en la mejilla y salir de mi habitación, no puedo evitar sentir Cariño por el.

Apareció la luz del sol ante mis ojos, me estiré miré el reloj ya era momento de levantarme, darme una ducha, hoy me pondré muy guapa para regresar a Nueva Jersey, ya habían pasado quince días en Tokio era momento de despertar de este sueño.

Mientras me colocaba unas sandalias escuché una mujer alterada, así que decidí asomarme ver lo que estaba pasando y estaba Niyu hablándole con voz fuerte a César

–¿Porque? ¡me dejastes así anoche!- preguntaba Niyu

–Disculpa Niyu pero no puedo tener nada contigo, mi corazón tiene dueña, lo mejor es que te olvides de mi, esto no podrá continuar - le respondía César

–Sabes que siempre me has gustado, ya hemos tenido nuestros encuentros sexuales, por extraña reacción ahora te niegas, no te comprendo, si sabemos que no te gusta tu novia ella te hizo mucho daño- dijo Niyu

Te lo expliqué Niyu, ya es suficiente, no te rebajes más por favor; es mejor no insistir, mis razones ya las dije lo mejor es no mencionar a Marlen - dijo César

Esta bien César regresa a tu país pero se que tarde o temprano regresarás buscándome, ¡Adiós! -se despidió Niyu saliendo molesta de la suite.

Decidí cerrar la puerta lentamente y en medio de mis pensamientos me ahogó la tristeza corriendo lágrimas de mi rostro, César está enamorado de Marlen, nunca debí abrir mi corazón a esta posibilidad, ahora como disimular que no me gusta, si mi corazón me demuestra que estoy ¡Completamente y perdidamente Enamorada de César!

sonó la puerta y me sequé las lágrimas lo más rápido posible, levantandome del suelo donde me había caído en medio de mis pensamientos;

Regina Buenos días ¿Estás bien? escuché cerrar la puerta, ven a desayunar- dijo César

Voy en un minuto - le respondí

Una vez que estuve perfecta sin rastros de llanto o tristeza, caminé al comedor con media sonrisa, me senté y serví café bien caliente

-Hola César buen día, ya tengo todo empacado ¿después del desayuno nos vamos? o prefieres esperar -

–Si Regina, ya regresamos; quiero conversar contigo- dijo César

–¿Dime qué quieres decirme?-

Quiero que sepas que anoche no pude tener nada con Niyu y eso es porque mi corazón solo está pensando en una mujer, siento que ella sin querer me puso límites hasta en mis deseos- dijo César

te agradezco tu confianza César pero la verdad es tu vida personal yo no puedo intervenir en ella, mejor terminemos de desayunar- le respondí de manera cortante.

Regina quiero que pronto está suite este con Niños corriendo- dijo César al salir para el aeropuerto

Ah que bueno y cuántos niños quieres tener César le pregunté por seguir su conversación

Quiero Diez Niños Regina y tú ¿cuántos niños te gustaría?-pregunto César

-No lo sé, los que Dios me quiera dar-

Me gusta tu fé, eso te llena de un gran corazón - dijo César al entrar al automóvil

En el Avión estaba con la laptop sacando cálculos, adelantando trabajo, no quería pensar, quería ocupar mis pensamientos;

Señorita Regina le gustaría beber algo - pregunta Mía la azafata

-Mía tráeme un whiskey a las rocas doble lo necesito - le respondí

¡WOW! quieres beber Regina, entonces yo quiero otro igual Mía - intervinó César

Seguro ya se los traigo - Dijo mía

César y yo nos bebíamos los tragos sin freno alguno, colocamos música y en medio de tragos bailamos, reíamos de los pasos me senté apague la laptop y comencé a cantar entonces César buscó un micrófono en el estudio se levantó y terminamos cantando karaoke éramos felices sin ser juzgados por nadie, las horas de vuelo pasaban de maravilla, pero los tragos se nos subieron ya no coordinamos, me tropecé con el comedor, caminé como pude a la habitación, César me seguía, se quitó la camisa me dijo para ver una película en su habitación, no me negué, así que terminamos los dos dormidos, abrazados con un estado de ebriedad que no nos permitió llegar más lejos, la puerta había quedado abierta, Mía se encargó de apagar la TV , las luces y nos dejó alli juntos con la puerta cerrada.