Intentos desesperados para recibir amor fue lo que condenó a la joven señorita Vertron y un intento de asesinato fue el motivo de su ruina, de su muerte y del dolor más profundo que pudo recibir; la realidad de que no fue amada por nadie. Pero... ¿La muerte fue el final para la que era Villana para todos?
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¿Qué Hago Aquí?
...PERSPECTIVA DE TERCERA PERSONA...
En un espléndido lugar, afamado por muchos nobles que acudían allí a pasar su tiempo con el propósito de tener citas o reuniones importantes puesto que es un lugar reconocido por su privacidad y elegancia.
Sin embargo, lo que más resaltaba este día era de una joven pareja que se encontraba en una de las reservas especiales del lugar. Una joven de cabellos plateados se encontraba tomando el té nerviosamente, mientras unos ojos azules la miraban curiosos.
—"¡¿Qué hago aquí?!"—
Se cuestionó Anya quien no se había esperado volver a ver a su prometido el día siguiente de su visita al ducado de Vertron. La pequeña mano de la niña alcanza su nuca sin querer, tratando de apaciguar un leve dolor que la aterra.
Este encuentro era demasiado pronto para esperarlo y lo más temeroso era no saber si significaba buenas o malas noticias para su vida.
Miró hacia otro lado para escaparse de esos ojos azules, y se encontró con un par de ojos rosados. —"¿Quién es él?"— Se preguntó Anya al ver que no sólo estaba acompañada de él joven Arian y de Alice, quien al enterarse de la invitación; preguntó emocionada que si ella podría ir con ellos. A Anya no le pareció mal, puesto que además de que le quitaría "molestias" pondría de buen humor a ese joven que parecía que nunca quitaría esa mirada fría.
Anya mira hacia su taza de té al percatarse de que se había quedado mucho tiempo mirando al joven de ojos rosados y cabello negro azabache. A lo que ese joven sonríe mirándola.
—Gracias por haber aceptado la invitación, Señorita Anya y a usted por acompañarla, señorita Alice.—
Habló el joven Arian, agradeciendo. Voltea a ver a su izquierda y dando un leve suspiro dice.
—... Él es...—
—Gael... un placer conocerla señorita Anya.—
Interrumpe el joven de ojos rosados mientras sonríe levemente.
...PERSPECTIVA DE ANYA ...
¿Gael? ¿Quién es este joven y que relación tiene con el joven Arian? Ni siquiera mencionó su apellido o de qué casa es. Y... ¿Porque me invitó el joven Arian?
—(Asiento levemente) Un gusto joven... Gael. —
Dije mientras retenía las miles preguntas que quería hacer.
—¡Este té sabe exquisito! Nunca lo había probado, ahora creo que es uno de mis favoritos. ¿Cuál té es su preferido joven Arian?—
Cuestionó interesada la encantadora Alice al joven Arian. Se notaba a leguas que le gustaba.
—No sabría decirle señorita Alice, aún no he encontrado un té que se adapte a mis gustos, pero seguramente lo haré muy pronto. Y usted señorita Anya ¿Tiene alguno en especial?—
¡Me preguntó a mí! Está loco, cómo se le ocurre meterme a mí en su charla absurda de enamorados.
—Bueno... el té oolo...—
Me detuve. No puedo decir que me gustaba ese porque se asemejaba al color de sus ojos.
—¿El té oolong?— Preguntó al ver que ya no seguía.
—No, ya no me gusta... Tampoco tengo uno en especial por el momento. — Respondí rápidamente.
—Entiendo.—
Dijo Arian mientras me observaba.
—Señorita Anya, ya que usted es mi prometida...—
¿Qué? ¿Qué preguntará, qué dirá? ¿Es sobre el compromiso? ¿De qué manera será que me confesará que se enamoró de mí hermana? O... ¿Dirá que lo rompamos sin mencionar sus sentimientos?
—¿Le gusta los caballos?— Preguntó el joven Arian a lo que el joven de ojos rosados volteó hacia otro lado cubriéndose la boca con su mano intentando mantenerse serio, pero se escuchaba leves risas que seguramente se le escaparon. Mientras yo, casi escupó el té por su ridícula pregunta.
Mnn...no sabía que pensar. ¿Quizás esperé más de un simple niño? Obviamente debí saber desde un principio que este niño necesitaba ayuda para esto.
—Sí, me gustan. Y... ¿A qué se debe esta invitación joven Arian?—
Pregunté ya inquieta de estar tanto tiempo aquí sin ver ningún progreso para la cancelación del compromiso.
—Bueno, simplemente deseaba conocer más a mi prometida ya que nos casaremos pronto.—
Llevé mis dedos hacia mis labios para que mi boca se mantuviera cerrada por tal impresión que acaba de pasar. Casi se me cae la mandíbula por esas palabras, pero seguramente su propósito es cancelar este compromiso de alguna manera.
—E,estos pasteles están deliciosos, ¿v,verdad hermana Anya?—
Preguntó extrañamente nerviosa Alice. Y no me sorprendía, porque yo estaba de la misma manera...
—Sí, Alice.—
Respondí mirando a la pequeña niña de cabellos rubios que seguramente se había puesto nerviosa al percatarse de que no debía estar aquí puesto que su amado a la que había invitado es a su "prometida", no a ella.
La comida del almuerzo había llegado y aunque en un principio no la esperaba con entusiasmo, sentí que había llegado en el momento justo. No sabía que decir en esta rara situación que se había creado y me imagino que no era la única que se sentía así. Por eso para mí, la comida era la excusa perfecta para quedar en silencio.
.
.
Terminando de comer, nos preparamos para irnos. Estando enfrente de los carruajes que nos llevaría por caminos separados, era momento para despedirnos.
—Gracias por su invitación, joven Arian. Adiós y despidame del joven Gael, por favor. —
Dije mientras Alice se subía al carruaje.
—Gracias a usted por aceptar, señorita Anya. Espero que a la próxima seamos solo nosotros dos... Hasta luego, Señorita—
Ja, ja, no pensé que me quedaría sin palabras para responder a eso, a lo que solo asentí y me subí al carruaje. Quizás no pudo decirlo porque estaba nervioso en la presencia de su amada, por eso desea que la próxima no me acompañe Alice...
...PERSPECTIVA DE TERCERA PERSONA ...
Mientras el carruaje de los Vertron conducía a su destino, el joven Arian fue hacia donde estaba el joven Gael.
Gael se ríe dándo un leve golpe en el hombro a Arian.
—Vaya, no exagerabas diciendo que es hermosa.— Exclamó Gael.
—Pero no era necesario que vinieras hoy, podías verla otro día.— Reprochó Arian mientras se adelantaba un poco.
—Oye...— Llamó la atención de Gael mientras se volteaba y lo miraba.
—Creo que me gusta la Señorita Anya— Confiesa mientras sonríe mirando al frente.
—Jajaja (Se ríe) Ah, si?— Corre hasta alcanzar a Arian y le revuelve el cabello. —Vamos, entra al carruaje; tienes que irte a tu casa, jajaja, niño enamorado.—
Dice mientras lo empuja hacia al carruaje con una expresión seria a pesar del ambiente de risas.
—Oye! Pero...—
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^^^___Mansión Vertron___^^^
Anya entra por las puertas de la casa junto a Alice, quien camina dando pequeños brincos.
—Discúlpame por interrumpir su almuerzo.— Se disculpó Alice mientras se detiene con tristeza.
—No debes disculparte Alice, no era nada importante de todas maneras. Además, no parecía que no podías acompañarnos, él... no mencionó nada de eso.—
Respondió Anya mientras pasaba de largo para dirigirse a su habitación.
—Ya llegaron mis niñas.— Dice la Duquesa mientras camina apresuradamente a recibirlas.
La expresión de Anya no ocultaba para nada su sorpresa y la alegría que sentía por esas cortas palabras. ¿Estaba Feliz? Sí, Anya sonreía con felicidad mientras se quedaba inmóvil esperando a su hermosa mamá.
—Mamá...— Murmuró feliz.
—¡Mamá ya llegamos!—
Exclama Alice mientras corre hasta llegar a donde está Anya y la Duquesa la abraza. Sí, abrazó a la pequeña niña de cabellos rubios mientras la otra niña se quedaba con una expresión aterrorizada y con dolor. La había ignorado tan cruelmente después de haberla ilusionado ¿sin querer? Con esas palabras.
—Sí, ya llegamos Duquesa. Ahora, discúlpeme. Me retiro a mi habitación.—
aburrida
Alguien que me responda porfa