Reviví de entre los muertos, eso suena descabellado pero es prácticamente lo que sucedio.
NovelToon tiene autorización de Mar-4538 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo: 6
MORGAN.
Salgo de mi auto soltando un suspiro de cansancio. Últimamente, mi rutina ha sido la misma: voy al gimnasio y, cuando vuelvo, ya no salgo. Entro por la puerta principal de la casa y, cuando paso por la sala, me detengo abruptamente y me debato entre correr o buscar algún objeto para defenderme.
—Me he tomado la penosa necesidad de venir a averiguar el porqué no has cumplido tu palabra —dice una voz.
—Mierda, Caleb, me diste un gran susto. ¿Qué carajos haces en mi casa? —le digo.
Escucho cómo camina por la habitación y, de pronto, la luz se enciende, dejándome ver su rostro, ese rostro que me ha atormentado tantas noches.
—Quiero saber por qué has estado rondando por mi casa —dice, con voz grave.
—¿Rondando por tu casa? —le pregunto, con el ceño fruncido.
—Vamos, no lo niegues, no sirve de nada. Yo vi el auto en el que llegaste el día del funeral de Connor, y es ese el mismo auto que está dando vueltas constantemente por mi casa.
—No sé por qué está pasando esto, pero yo no tengo nada que ver... Desde ese día yo solamente me limito a salir para ir al gimnasio y vuelvo aquí. No salgo después de eso hasta el día siguiente, solo para volver al gimnasio.
—Aún sigues negándolo, dime qué piensas ganar con eso. No creo que los conflictos que tienes con todos nosotros se resuelvan contigo acechándonos.
—Te puedo asegurar que... —el abrupto sonido del timbre me interrumpe.
—Un momento —le digo a Caleb.
Camino en dirección a la puerta y, al abrirla, no sé si cerrarla de nuevo o simplemente dejar que la persona detrás de ella entre.
—Elijah... ¿Qué haces aquí? Creí haberte dicho que necesitaba tiempo a solas —le pregunto, con un tono de fastidio.
Él, sin preguntar, pasa por mi lado y camina con mirada decidida hasta colocarse frente a Caleb.
—Entonces por esto fue que me pediste un tiempo —dice, con voz dura.
—¿Están separados? —pregunta Caleb.
—No actúes como si no lo supieras ya. ¿Desde cuándo están juntos? —le pregunta Elijah a Caleb.
—Elijah, lo estás malinterpretando. Caleb y yo no estamos juntos. Él solo vino para saber por qué tu aut... —me quedo callada tratando de unir las piezas, y cuando lo logro, me quedo tiesa... es decir, nunca me imaginé a Elijah como alguien inseguro y celoso, pero creo que me equivoqué.
—Tú eres el que ha estado rondando la casa de Caleb, ¿o me equivoco? —le pregunto.
—No me puedes culpar. Justamente después de que le vieras en su casa y supuestamente hablaran, me pediste que nos diéramos un tiempo. Era bastante claro el porqué no querías seguir conmigo, así que tuve que asegurarme de que mis sospechas eran ciertas para así poder dejarte y irme de tu vida para que fueras feliz... Pero ahora que veo la verdad, estoy decepcionado. Creí que lo que él y tu hermana te hicieron no lo podías perdonar.
—¿Él sabe todo eso? —me pregunta Caleb, con la mirada escrutadora.
—Sí, él lo sabe —le respondo.
—¿Por qué le contaste eso a un total desconocido? —me pregunta Caleb.
—¿A un total desconocido, dices?
Se lo conté porque cuando desperté él era el que estaba a mi lado... Cuando recuperé mi voz fue por su ayuda y gracias a él ahora tu padre ya no me mantiene cautiva, ¿y tú simplemente te atreves a decirle desconocido? —le digo, con enojo.
—¿Tu voz qué? —me pregunta, confundido.
—Lo lamento, pero tienen que irse, los dos —les digo, tratando de mantenerme serena para no romper a llorar frente a ellos.
Cuando pienso que no se irán, Elijah es el primero en irse, y eso me relaja un poco. Él me conoce tan bien como para saber cuándo estoy cerca de mi límite.
Caleb camina lentamente a la puerta mientras mantiene su mirada en el piso, y antes de irse, voltea a verme...
—¿Nunca me dirás por qué te fuiste? —me pregunta, con voz triste.
—El tiempo de las explicaciones ya terminó, recuerda. Yo traté de explicarte todo y tú no quisiste escucharme... Ahora que quieres escuchar, no tengo ganas de explicar —le respondo, con frialdad.
Él sale por la puerta con la cabeza agachada, y simplemente suelto el aire que no sabía que estaba reteniendo.
Camino a la habitación y me voy directo a la ducha, tomo un largo baño y después simplemente me dejo caer en la cama y caigo dormida.
CALEB.
Estaciono el auto en la orilla de la acera y me bajo de este, verificando que no hay nadie cerca. Camino lentamente hasta la puerta y me debato entre tocar o abrirla directamente.
Hace unas cuantas horas atrás, entré sin ningún problema, pero cabe aclarar que la casa estaba vacía. Ahora, viendo el auto estacionado justo al frente del mío, no cabe duda de que no está vacía.
Cuando voy a tratar de abrir la puerta, la manija se mueve y yo rápidamente me acomodo en la posición de "indeciso de tocar". Cuando esta se abre, Morgan aparece frente a mis ojos.
—¿Qué haces aquí? —me pregunta, con el ceño fruncido.
En lugar de responderle y delatarme, me pongo a la defensiva.
—Creí haberte escuchado decir que después del gimnasio no salías —le digo.
—Claro, pero eso fue para aclararte que no era yo la que acechaba tu casa —me responde.
—Bueno, y ahora, ¿a dónde vas y vestida así? —le pregunto, con un tono burlón.
—Eso es algo que no voy a responder —me dice, con voz fría.
—¿Por qué? ¿De casualidad ibas de camino a mi casa a acecharme? —le pregunto, con una sonrisa.
—No, claro que no, créeme. Lo último que quiero es estar alrededor de ti —me dice, con enojo.
Pasa por mi lado y me deja plantado en la puerta.
MORGAN.
Cuando estoy a punto de llegar a mi auto, la mano de Caleb se atraviesa en mi camino y me detiene abruptamente.
—¿Estás segura de eso? —me pregunta, con voz suave.
—S... sí —respondo, con nerviosismo.
—¿Por qué estás tan nerviosa, Morgan? —me pregunta, con una sonrisa.
Trago saliva, ya que su cercanía es demasiada.
—Porque cuando te miro, lo único en lo que puedo pensar es en lo mucho que te odio —le digo, con voz firme.
Cuando digo lo último, su cara se entristece, pero rápidamente se recompone.
—¿Se puede saber por qué me odias? —me pregunta.
—No sé, tal vez si le preguntas a las piernas de mi hermana lo sepas —le respondo, con sarcasmo.
Lo empujo ligeramente para poder seguir mi camino, pero su confesión me frena rápidamente.
—Nunca me acosté con ella, solo fue un plan ideado para que me odiaras y te alejaras de mí, porque sabía perfectamente que yo no sería capaz de estar separado de ti —me dice, con la voz entrecortada.
Lo dice tan rápido que apenas puedo digerir las palabras.
Cuando me doy la vuelta, su boca se impacta con la mía.
Tardo un segundo en procesar lo que está pasando y decido alejarlo, pero luego rápidamente mis barreras caen y le respondo con la misma necesidad y pasión que él lo hace. Esperé tanto por esto y ahora todo parece tan irreal, que solo diré una cosa.
Estoy de vuelta en casa.