Una Guerrera Muy Caprichosa

Ese terrible día fue el renacimiento de Rayza, desde ese momento la pelirroja dejo de ver al marqués y a su hijo como su familia, para comenzar a verlos como unos extraños, y esa mujer que nunca conoció como el primer enemigo de su vida.

También, a partir de ese día, Rayza comenzó a llamar a Naroa madre, pero solo cuando estaban a solas, ya que la niña era consiente que el marqués se enojaría si la oía decirle madre a su nana.

Otra cosa que paso fue el hecho de que Rayza decidió aceptar la propuesta de Gunter, ella quería superarse y si Gunter podía ayudarla en eso, con gusto aceptaría sus enseñanzas.

La relación de Gunter y Rayza comenzó siendo una relación entre alumna y maestro, sin muchas implicaciones por ninguna de las dos partes, pero rápidamente eso cambio, Gunter se convirtió para Rayza en aquella figura paterna que siempre anhelo, un hombre bueno, amable, dulce y justo, con mano firme en caso de ser necesario, y con tanto amor para dar, que Rayza rápidamente se sintió segura y protegida a su lado. Por su parte, para Gunter Rayza se convirtió en una hija para él, la pequeña sin proponérselo logro que el corazón de Gunter, el cual parecía haber muerto junto con su familia, volviera a latir, sanando las heridas que Gunter llevo por muchos años solos.

No paso mucho para que Rayza lo llamara padre y para que Gunter la llamara hija, y al estrecharse su relación con Rayza, el amor volvió a tocar las puertas del corazón de Gunter, y es que al pasar tanto tiempo juntos, debido a Rayza, Gunter y Naroa se enamoraron, y es que a pesar de conocerse desde hace años, nunca hubieran convivido sino fuera por Rayza, y fue gracias a esta convivencia que descubrieron que eran el uno para el otro.

Gunter encontró en Naroa una nueva compañera, que sin bien nunca remplazaría a Karelly, si le había demostrado que podía llegar a amar nuevamente, y Naroa encontró en Gunter un hombre maravilloso que la veía a ella y no a su capacidad, o incapacidad de tener hijos.

Fue así que una hermosa familia de tres nació y también nació la guerrera más habilidosa de todo Azura, Gunter le enseño a Rayza el estilo que lo convirtió en leyenda, y la joven no solo perfecciono el estilo de su padre, sino que lo mejoro, lo hizo suyo y lo elevo al siguiente nivel, convirtiéndose en una oponente casi imposible de vencer, solo el propio Gunter era capaz de hacerle frente.

Y aunque el principio solo eran tres, cuando Rayza cumplió 10, alguien más se unió a esta familia, una pequeña Léa, quien con tan solo 9 años, tenia que sobrevivir sola en las calles, robando para sobrevivir, Léa era pequeña, ágil y escurridiza, pero a pesar de eso, su suerte se acabo y fue detenida por un mercader al que acababa de robarle, quien no dudo en golpear a la pequeña, Rayza al ver esto, en su corazón nació el deseo de ayudarla y lo hizo, salvándola de aquel hombre y dándole un hogar a la pequeña Léa, quien sin dudarlo le juro lealtad.

Ante esto, Rayza decido entrenar a Léa, para que así la niña le pueda ser útil en el futuro y además pueda defenderse por si misma, así Léa fue la primera de muchos, y es que después de ayudar a Léa el deseo de ayudar en Rayza solo se hacia más fuerte, fue así como la jovencita se gano la lealtad de muchos buenos hombres y mujeres, quienes no dudarían en dar su vida por quien los ayudo, y todos y cada uno de ellos fueron entrenados por Rayza y Gunter.

Con el número de personas creciendo, Rayza comenzó a buscar maneras de hacer dinero, y fue así que comenzó a tener varios negocios propios, negocios en los que Gunter, con una mascara, era quién daba la “cara”, y rápidamente Rayza se hizo de su propia fortuna, una fortuna mucho más grande que la del marqués, pero Rayza consiente de que hasta que no se casara, o que el marques no la expulsara de la familia, este podía quitarle todo lo que había logrado, comenzó a actuar sin filtro alguno, sabiendo que eso le provocaría una muy mala reputación, lo que haría que el marques o la expulsará o la casara con un viejo, del cual podía deshacerse sin levantar sospechas, pasara lo que pasara solo así evitaría que su progenitor le quitara lo que con tanto esfuerzo había logrado, además de que una vez fuera de la familia Deyrnas, Rayza les tenia preparada una sorpresa a su supuesto padre y hermano.

También la reputación que había ganado como una joven mimada y malcriada la había ayudado a pasar desapercibida, y es que nadie sospechaba de lo que Rayza era capaz, algo que le parecía más que estupendo a la joven, Rayza prefería mil veces estar rodeada por pocas personas, pero que la amaran de verdad a estar junto a un sin numero de admiradores que solo deseaban obtener algo de ella, y es que si algo había aprendido en sus primeros años de vida, fue a no mendigar amor, Rayza nunca jamás estaría junto a alguien que no la amara por completo, con sus virtudes y sus defectos, y es que el ser tan buena en tantas cosas había hecho de Rayza una mujer vanidosa y algo ególatra, un conjunto de actitudes que Rayza no estaba dispuesta a cambiar, al fin y el cabo ella tenia muy buenas razones para actuar así, lo que había logrado a tan corta edad no era poca cosa.

Rayza era consiente de que era una joven muy caprichosa, y quien la amara de verdad, amaría también esa parte de ella, y cuando esa persona llegara, ella le entregaría su corazón sin reservas, y pero para que eso pasara aun faltaba tiempo, encontrar el amor no estaba en los planes de Rayza aun.