Maximiliano, un hombre lobo es transportado a otro mundo cuando huía de alguien que lo quería matar, en donde se topa con una humana muy peculiar, quien no solo le atrae, sino que trastoca su mundo y su ser. Juntos descubren que la humana no es de este mundo sino de donde viene Max, un mundo lleno de diferentes razas además de los humanos, y que hay un secreto detrás del encuentro entre los dos, que no solo los pone en peligro, también a sus mundos.
¿Descubrirán cuál es ese secreto? ¿Por qué los pone en peligro ese secreto?
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Capítulo 8
Raven y Maximiliano buscaron en las bibliotecas de la ciudad, algún indicio de los libros de magia. Si Maximiliano había logrado pasar a otro mundo con ayuda de magia, en este mundo, también debería haber algún tipo de medio para regresarlo.
Al principio Raven empezó a mostrarse reacia porque eso significaba que Maximiliano se marcharía, sin embargo, él le juró que jamás la dejaría, que se la llevaría secuestrada a su mundo si eso significaba que no se separarían. Raven en un principio no quería dejar su mundo, donde la libertad, el transporte y el internet estaban presentes, pero imaginando pasar sus días sin ese lobo, había decidido acompañarlo, porque no significaba que no podrían volver. Con eso en mente, decidió ayudarle, tal vez también termine averiguando si realmente era una bruja.
Por otro lado Russel estaba en su casa procesando la información que le había dado ese hombre sobre su procedencia, ya de por sí era impactante el transformarse en una bestia peluda de dos patas, pero saber que no era de ese mundo que conocía desde siempre, lo dejaron aturdido.
Cuando llegó a la casa de Raven, luego de la paliza recibida por ese hombre violento, quería obtener respuestas. Su cambio era drástico, tanto su apariencia como sus sentidos habían cambiado demasiado, dejándolo sorprendido y curioso. No pudo entrar a la casa de Raven, pero al final tuvieron una conversación en el patio de la universidad, donde había un campo de flores y casi nadie iba ahí, porque el lugar se veía un poco lúgubre, cosa que no parecía afectarle a Raven.
En fin, que solo de esa manera el hombre no lo atacó aunque sí le mostró esos caninos de forma amenazante, y escuchaba algunos gruñidos cuando se acercaba demasiado a esa mujer. Al principio no entendía hasta que el mismo Maximiliano confesó que estaba en la fase de cortejo de una compañera de vida, por lo que sería bastante agresivo con otros machos cerca.
Soltó una risotada aun incrédulo de todo lo que pasaba.
-¡Ja! ¿Tú sabías sobre eso?
-También me estoy enterando – Raven miró al hombre con reproche, pero éste solo acarició su mejilla con cariño.
-No he podido decirte porque nos interrumpen a cada momento – Maximiliano lanzó una mirada acusadora hacia Russel.
-Entonces dilo, quiero saber en qué estoy metida ahora.
A pesar del evidente enfado, y el pellizco al brazo duro de Maximiliano, no se mostró nerviosa ni renuente.
Maximiliano sonrió ante las acciones de Raven que solo le hicieron cosquillas, despertando su deseo ante el toque de sus dedos. Pero como aún estaba presente el indeseable, no tuvo más opción que mirar la cara del otro macho para explicarle su procedencia. Ese pelaje, junto con el color de los ojos, se parecían del linaje del Duque de Gram, Dylan Silverwolf, su tío, quien era un hijo del segundo matrimonio de su abuelo con los lobos negros del norte, donde colindaban con el territorio de los daimon. Una raza descendiente de los demonios y vampiros.
Pero no recordaba que su tío tuviera otro hijo además de su primo Sebastián, ni alguna noticia sobre un amorío, en fin, si él viniera con ellos a su mundo, tal vez descarte o compruebe si es o no, otro heredero del ducado de Gram.
-Tienes sangre de mi raza, hombre lobo.
-Bueno, es evidente – contestó Russel con acritud.
Maximiliano solo bufó.
-Pero no se activó hasta que viste mi transformación, no es común, pero hay muchos niños que no logran su transformación a hombres lobos hasta recibir el susto de un alfa. Sus células reaccionan para defenderse ante el rugido de la furia de su alfa y terminan por transformarse.
-¿Acaso parezco un niño?
-Lo más seguro, que al vivir en la paz tu cuerpo no tuvo la necesidad de transformarse, no sentías peligro, y ante la amenaza lograste la metamorfosis de nuestra raza.
Russel se sintió estafado, pero no podía negar que no solo se veía sino se sentía mejor; si antes ya se sentía con mucha más energía que los chicos en general, con esta evolución, sentía que podía partir un tronco en dos. Incluso no aguantó la curiosidad, se puso de pie y caminó hacia uno de los árboles frondosos del lugar, se subió a una rama, y tomó otra con sus dos manos para jalar la rama. Fue sencillo, demasiado que el mismo Russel cayó de espalda por jalar con mucha fuerza la rama tan gruesa como un bloque de concreto.
Max y Raven vieron a Russel caer con fuerza y escucharon el tremendo azoton que se dio el muchacho. Y aunque confuso, Russel se paró de inmediato ante la vergüenza que acababa de pasar. Su rostro se sonrojó a la velocidad de la luz cuando escuchó la sonora carcajada de Raven.
Raven no podía parar de reír al ver su rival caer como una muñeca de trapo al suelo, se sostuvo de Max mientras temblaba por la risa. Max solo mostró una mueca mientras no perdía el tiempo de abrazar a su mujer, quien ya se había ruborizado por la falta de aire.
Russel solo se sacudió las hierbas pegadas a su ropa y regresó a su lugar sin decir nada, la mirada amenazante de Maximiliano lo dejaban sofocado de no poder responder a la burla de Raven.
-Bueno, bueno. Ya terminó el chiste – se cruzó de brazos mientras Raven recuperaba el aire y lo miraba con evidente burla.
-Fue un buen interludio – contestó Raven, mientras era abrazada más fuerte por Maximiliano – Max, no aprietes fuerte.
-Lo siento, hermosa.
Le depositó un beso en la mejilla y luego en el cuello, estaba que ardía de nuevo de deseo por su brujita y no podía comérsela como la diosa manda porque estaban perdiendo tiempo con ese mequetrefe. Mientras, Russel no pudo evitar poner una cara de asco ante las atenciones insinuantes de Max con Raven, y la tonta no parecía incomodarla.
-Maldición, ¿Por qué no consiguen una habitación? ¡No coman pan frente a los pobres!
-¿Celoso? – replicó Raven.
-Ni en mis pesadillas y menos contigo – el gruñido de Max le hizo cambiar su opinión – Quiero decir, contigo no porque ya tienes a este hombre loco… por ti. Pero dejando eso de lado, ¿eso va a pasarme cuando yo esté en esa fase con alguna chica? No quiero que me lleven preso por acosador y encimoso.
Raven solo sonrió, pero Max debía explicarle ciertas cosas o podría de verdad cagarla, sobre todo al despertar el lobo que tenía dormido en su interior, al ser ya grande y no haber convivido con el instinto de la bestia, podría descontrolarse y asustar a su pareja o incluso lastimarla.
-Bien, hay algunas cosas que debes saber para evitar el descontrol.
-Soy todo oídos – se sentó más erguido Russel.
Max no entendió el dicho pero se apresuró en advertirle del celo que se cargaban los lobos dos veces al año. Cuando llegan a adolescentes, estos episodios son fuertes y agresivos, y se les encierra en celdas para evitar daños a otras personas. El encierro dura dos días, y solo les pasa a los machos, a las hembras, solo se sienten más sensibles en su cuerpo y también permanecen en su habitación sin visitas, porque son vulnerables, aunque ha habidos algunos casos de agresividad. Claro que solo les pasa las primeras veces que se presenta el dichoso celo, en cuanto maduran a la edad de veinte años, esos episodios son menos agresivos, a menos que se encuentre a la pareja destinada, que es peor que un lobo adolescente.
Y para mala fortuna de Russel, a pesar de pasar los veinte, por no haber despertado su condición de hombre lobo antes, sufrirá esos episodios con más vehemencia.
-Tendrás que ponerte cadenas, las relaciones íntimas serán la peor opción porque puedes herir a tu compañera muy mal.
-Entiendo, y ¿Cuándo sufriré estos episodios?
-Como acabas de despertar, aproximadamente seis meses.
-Uf – se secó el sudor inexistente – Tengo tiempo de sobra para prepararme. Bien – se levantó y se limpió la yerba del trasero – Luego me siguen contando, es hora de visitar a mi madre al hospital, hay muchas cosas que debo preguntar.
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En el capítulo anterior salió una palabra que me olvidé poner su significado y aquí está:
Campiangos: es el hombre leopardo. Si el hombre lobo se le llama licántropo, pues este es el de los hombres leopardo o Yaguatos.
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