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Editando Mi Propia Historia.

Editando Mi Propia Historia.

Status: Terminada
Genre:CEO / Completas / Aventura de una noche / Reencuentro / Dejar escapar al amor / Amor-odio
Popularitas:5.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Loloy

Abigaíl, una mujer de treinta años, quien es una escritora de novelas de amor, se encuentra en una encrucijada cuando su historia, la cual la lanzó al estrellato, al sacar su último volumen se queda en blanco. Un repentino bloqueo literario la lleva a buscar a su hombre misterioso e intentar escribir el final de su maravillosa historia.

NovelToon tiene autorización de Loloy para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capítulo 8

**Desayuno corporativo**

El elegante salón del hotel donde se celebraría el desayuno de negocios estaba decorado con un gusto sobrio y moderno. Las mesas ya estaban servidas con frutas frescas, panecillos calientes y café recién hecho. Ejecutivos conversaban en pequeños grupos, algunos con tabletas en mano, otros hojeando documentos.

Abigaíl Ferrer llegó puntual, enfundada en un traje azul marino que resaltaba su silueta con elegancia y discreción. Llevaba el cabello recogido en una coleta baja, y sus inseparables gafas de montura delgada enmarcaban unos ojos que, aunque firmes, no podían disimular del todo su nerviosismo.

Erick Black ya estaba allí. La saludó con un leve movimiento de cabeza y una mirada que duró apenas un segundo más de lo estrictamente profesional. Estaba impecable, como siempre. Su sola presencia ocupaba el espacio con una naturalidad casi intimidante.

—Buenos días, señorita Ferrer —dijo, bajando la voz lo justo para que el saludo fuera exclusivo—. ¿Lista para impresionar?

—Siempre —respondió ella, con una pequeña sonrisa que solo él vio.

Tomaron asiento junto a otros miembros del equipo, y por unos minutos todo transcurrió con normalidad. Conversaciones técnicas, presentaciones, propuestas. Abigaíl se desenvolvía con seguridad, hasta que una voz conocida, tan arrogante como desagradable, la atravesó como un puñal.

—Vaya, vaya… si esto no es una sorpresa.

Abigaíl giró lentamente. Lo reconoció al instante.

**Leonardo Dupont**, su ex prometido. Alto, con ese aire de seguridad que rozaba la prepotencia. Vestía un traje a medida y sostenía una copa de jugo como si fuera champaña.

—No puedo creer que seas tú… Abigaíl Ferrer, trabajando aquí. Y yo que pensaba que te habías retirado del mundo corporativo después de... bueno, lo nuestro.

Sus palabras eran suaves, pero el veneno en ellas era evidente. Sus ojos la recorrían como quien examina una herida mal cerrada, buscando con qué abrirla otra vez.

—Leonardo —respondió ella, con la mandíbula tensa—. Qué coincidencia tan… desafortunada.

—¿Y cómo has estado? —continuó él, fingiendo cortesía—. Aunque a juzgar por el ambiente... supongo que ahora eres la nueva secretaria estrella.

Erick, que conversaba con un socio cercano, captó el tono de inmediato. Se acercó en apenas dos pasos, colocándose ligeramente entre ambos.

—¿Hay algún problema? —preguntó, con una mirada helada dirigida a Leonardo.

—Para nada —dijo este, levantando las manos—. Solo saludaba a una vieja amiga.

Erick sostuvo la mirada.

—Te agradecería que lo hicieras con el respeto que merece una integrante valiosa de nuestro equipo. Aquí nadie tiene derecho a incomodar a nadie.

Leonardo sonrió con frialdad.

—No era mi intención, por supuesto. Nos vemos, Abigaíl.

Y se alejó, no sin antes lanzar una última mirada cargada de resentimiento.

Abigaíl respiró hondo, intentando mantener la compostura. Erick la miró de reojo.

—¿Estás bien?

—Sí… gracias por intervenir.

—Cualquier cosa, solo hazme una señal. No tienes que enfrentar sola a gente como él.

Ella asintió, con los labios apretados y un brillo extraño en los ojos. Tal vez rabia. Tal vez alivio. O tal vez, una mezcla de todo.

Lo que no sabía era que, a partir de ese momento, **Erick Black** ya no solo sospechaba de su pasado… ahora tenía más razones para averiguar quién era realmente **Abigaíl Ferrer**.

---

**Esa noche**

La ciudad se extendía como un mar de luces bajo el cielo oscuro, y el aire fresco de la terraza del hotel ofrecía un respiro después del largo y tenso día. Erick Black se encontraba apoyado contra la baranda, con una copa de whisky en la mano, observando el horizonte en silencio.

Escuchó la puerta corrediza abrirse y supo, sin necesidad de mirar, que era ella.

—¿Puedo quedarme un momento? —preguntó Abigaíl, con voz suave.

—Claro —respondió él, haciéndose a un lado para darle espacio—. Está más tranquilo aquí.

Abigaíl se acercó, abrazándose a sí misma, no por el frío, sino por todo lo que cargaba dentro. Durante unos segundos compartieron el silencio.

—Gracias por lo de esta mañana —dijo finalmente—. Por intervenir con Leonardo.

—No fue nada —replicó él sin mirarla—. No me gusta ver a alguien siendo tratado así, y menos en mi equipo.

Ella asintió, sin moverse.

—Hay algo que quiero aclararle, señor Black. No quiero que piense que soy una persona problemática o con dramas personales que puedan afectar el trabajo.

Él giró un poco, mirándola por fin.

—No lo pienso, pero si quieres hablar, te escucho.

Abigaíl tragó saliva. No solía abrirse con facilidad, pero esta vez necesitaba hacerlo.

—Leonardo Dupont fue mi prometido. Estuvimos juntos algunos años, hasta que descubrí cosas que no pude perdonar. Me engañó, me manipuló… y cuando decidí dejarlo, intentó dañar mi reputación profesional. Tuve que desaparecer, dejar todo atrás.

Erick frunció ligeramente el ceño.

—¿Eso fue lo que te alejó del mundo empresarial? Es lo que escuché por ahí.

—En parte. También necesitaba reencontrarme conmigo misma. Escribí, viajé, viví en otros lugares… Pero ahora estoy aquí, y quiero hacer bien las cosas. No estoy huyendo, pero tampoco quiero que él tenga poder sobre mi vida otra vez.

Erick la observó en silencio por unos segundos. Luego dejó su copa en la baranda y se cruzó de brazos.

—No tienes que explicarme nada, señorita Ferrer. Pero agradezco que lo hayas hecho. Entiendo muchas cosas ahora.

Ella suspiró, aliviada. Y por primera vez desde que lo había reencontrado, se permitió mirarlo con franqueza.

—No esperaba encontrarme con él, pero supongo que es inevitable si regreso al mismo entorno.

—La vida es rara a veces —dijo Erick con una leve sonrisa—. Pero si te sirve de algo, conmigo estás a salvo. Y créeme… no voy a permitir que alguien como Dupont vuelva a ponerte en esa posición.

Los ojos de Abigaíl se suavizaron. Sintió un nudo en la garganta, pero lo controló. Asintió lentamente y bajó la mirada.

—Gracias, señor Black.

—Cuando quieras hablar, aquí estaré —añadió él, con una voz más cálida que profesional.

El silencio volvió a caer entre ambos, pero esta vez no pesaba. Era un silencio cómodo, como si por fin algo se hubiera alineado entre ellos.

Y bajo ese cielo nocturno, con el murmullo de la ciudad de fondo, Abigaíl se sintió un poco menos sola. Esa noche, tan parecida a la que había plasmado en sus novelas, fue su único escape de una realidad dolorosa.

Tras romper con Leonardo, su madre prácticamente la había echado de casa. Para ella, Abigaíl solo era una decepción. Días después del encuentro con Erick, sus padres, enterados por Leonardo, la confrontaron. Su padre, avergonzado por las "actividades" de su hija, la envió al extranjero para proteger su reputación familiar.

Diana, su mejor amiga, fue quien la rescató de esa tormenta, trayéndola de regreso y ayudándola a empezar de nuevo. Desde entonces, Abigaíl cortó todo lazo con su familia… y hasta esa mañana, no había vuelto a saber de ninguno de los fantasmas de su pasado.

---

**Más tarde esa noche…**

Erick no podía dormir. Las palabras de Abigaíl resonaban en su mente.

Sentado frente a su laptop, buscó su nombre completo: *Abigaíl Ferrer*. Había pocos resultados. Algunas entrevistas antiguas, un par de menciones en medios especializados, y una editorial de hace cinco años anunciando una prometedora carrera… que luego desapareció por completo.

No era suficiente.

Empezó a buscar en otros sitios. Universidades, premios literarios, publicaciones digitales. Hasta que dio con un blog anónimo que contenía fragmentos de una novela romántica. El estilo era sofisticado. Íntimo. Honesto.

Empezó a leer.

Y entonces, algo lo golpeó en el pecho: una escena descrita con tanto detalle, con palabras que él mismo había dicho… que no podía ser coincidencia.

Cerró los ojos, y la imagen de aquella noche —de hace cinco años— regresó como una ola.

—¿Fuiste tú? —susurró—. ¿Eras tú, Abigaíl?

Se apoyó contra el respaldo de la silla, aún sin poder creerlo del todo. Pero una certeza comenzó a formarse en su interior.

Ya no solo quería saber quién era en realidad.

Ahora necesitaba descubrir por qué lo había ocultado.

1
ocalani
simplemente fantástica y que decir de la narrativa super felicidades.
ocalani
espero no terminen cuando ella le diga que es escritora y precisamente ha escrito sobre el y si relación.
ocalani
sublime no hay más ni mejor palabra para describirlo
Analy Cazar
excelente nocela
PJLF10012003
Excelente historia, muy bien redactada y con muchos párrafos llenos de alegría /Ok//Heart//Rose/
PJLF10012003
Una de las mejores historias que he leído en la app, tienes mi voto de confianza para las demás que vengan 🤗💋
Isley García
Muy linda tu historia.!!
Ximena Gonzalez
Hermosa tu historia Amiga me encantó
ocalani
super emocionante te felicito escritora
ocalani
super me encanta la narrativa
ocalani
esta interesante esperemos a ver que pasa 😉
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