Tercera y última entrega de una amor peligroso.
Esta tercera y última historia narra las aventuras de Alison Villegas, la hija de Damián y Valentina, en la universidad y en su camino por encontrar el amor, mientras hace nuevas amistades, y pierde otras.
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Capítulo 7 ¿Es una cita?
Eran mediados de octubre, cuando por fin pudimos dejar la universidad, estaba oscureciendo, se estaba poniendo más frio, todavía tenía que caminar hasta la parada de autobús, así que me despedí de mis otros compañeros y me puse en marcha.
Ya en la parada, estaban un par de chicas, y una mujer mayor, y yo. Logre llegar justo a tiempo, pero me quede de pie, era el único varón ahí, no quería incomodar a nadie, sentándome en la banca, la cual además era de metal, debía estar helada.
Un auto rojo deportivo paso, frente a nosotros, oí a las chicas comentar algo al respecto, yo no preste atención, mientras revisaba mis mensajes, el auto dio reversa y se detuvo frente a nosotros, yo seguí con mi mirada en el celular, debía ser algún tipo pretencioso, que quería impresionar a las chicas.
-¿Jasper? – Dijo la voz de una mujer que yo conocía, levante la vista y vi a Alison, era quien conducía el auto -¿vas a casa? – pregunto
-sí, estoy esperando el autobús –
-sube, yo te llevo –
-no es necesario – respondí apenado, las chicas estaban mirándome, y cuchicheando entre ellas
El autobús se detuvo tras el auto y toco el claxon – súbete ya, estamos estorbando – sin más remedio, fui hacia el auto, abrí la puerta y me subí, ella arranco enseguida – ponte el cinturón – me pidió ella.
-lindo auto – logre decir, después de un momento
-demasiado llamativo para mi gusto, pero no lo elegí yo, fue mi regalo de cumpleaños – respondió ella
-esta de lujo, y me impresiona lo bien que conduces, yo se conducir, pero no se si podría conducir uno de estos–
-si no fuera tan buena conduciendo no me lo habrían regalado, tuve que practicar mucho– respondió ella -¿y bien a donde vamos? –
Le di la dirección y ella la anoto en el GPS, mientras estábamos en un alto, pero a medio camino, pregunto - ¿tienes hambre? No he comido nada desde el almuerzo – dijo ella
-la verdad es que yo tampoco –
-entonces vamos – dijo ella cambiando de dirección, de manera repentina, sin darme tiempo a responder siquiera.
Nos detuvimos en el estacionamiento de una conocida pizzería, el estacionamiento estaba casi vacío -¿estás segura de dejar tu auto en este lugar? – pregunte, cuando ella puso la alarma
-si ¿Por qué no debería? – me pregunto
-está muy solo hoy, ¿y si te roban? –
-¿Quién se atrevería? – pregunto ella divertida
Un hombre vagabundo, que deambulaba por ahí, con un par de perros sobre un carrito de compras, nos escucho – yo se los cuido, solo tráiganme algo de comida cuando salgan, no he comido en todo el día –
-lo ves, este buen hombre ya soluciono el problema – respondió ella, asintió en dirección al vagabundo, y entro en el local, no me quedo más que ir con ella.
Nos trajeron primero la orden de papas que pedimos, antes que el resto de la comida, ambos comíamos, ella parecía distraía en sus pensamientos -¿de verdad confías en ese hombre? Es solo un vagabundo en tu vida lo habías visto – le comente
-¿juzgas a la gente sin conocerla Jasper? No creí que fueras así – metió una papa en la cátsup y después la llevo a su boca
-no, pero me pareció extraño que confiaras tan fácil en el –
-por lo general no confió tan fácilmente en las personas, pero algo me dice que puedo confiar en él –
-bueno si tu lo dices, pero ¿donde dejaste a tus amigas? –
-Luna se fue temprano, por que iba a al dentista, a Lidia y Kat solo las vi en el receso, ya que no estudiamos lo mismo, pero lo mismo podría decirte yo, ¿donde dejaste a tu amigo?-
-no sé donde quedo, estamos en equipos diferentes – respondí, ella solo sonrió
Hablamos de esto y aquello mientras nos comíamos la pizza, su teléfono comenzó a sonar cuando, íbamos a la mitad de la pizza.
-perdón mamá, tenía mucha hambre así que pare a comer en el camino, por eso no llegue a la cena, olvide llamarte – le dijo a la persona con la que hablaba, yo solo podía escuchar su parte de la conversación
-si ma, no te preocupes por mi estoy bien, cuando termine aquí voy a casa – dicho esto colgó –no puedo creer que olvide avisar que no llegaría a la cena –
-bueno, eso le pasa a cualquiera –
- a todo esto, ¿tú no tienes problemas por llegar tarde a tu casa, o si? –
-honestamente, no tengo hora de llegada – admití, mi casa estaba casi siempre vacía
-entonces por qué no vamos a la parte de arriba a pasar un rato mas, mientras se nos baja un poco la comida – sugirió ella, cuando nos trajeron para llevar la comida que nos quedo, más otras cosas que ella agrego, yo asenti en respuesta
-¿Por qué no subes al primero y consigues fichas? Yo en un momento te alcanzo, cuando le entregaron la bolsa, ambos nos pusimos de pie, yo me dirigí a la parte de arriba y ella se salió del local.
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Alison
Encontré al hombre de antes aun sentado afuera, y le entregue la pizza, más otras cosas que había pedido para él.
-está haciendo frio, porque no se retira ya, aun vamos a tardar más tiempo –
-no te preocupes por mi muchacha, yo estoy bien, deberías preocuparte por ti mejor –
-¿por mi? – pregunte con incredulidad
-¿ese muchacho sabe que se dedica tu familia? –
-¿usted si lo sabe, o me equivoco? Sé que reconoció la placa, por eso confié en usted para que me lo cuidara –
-lo sé, en seguida que vi el auto supe quien eras, nosotros también sabemos cosas – me respondió con una sonrisa, viendo lo que había en la bolsa
-¿trabaja para mi tío? – pregunte, ya que sabía que el tío Dominic tenía ojos en todas partes, y aun que siempre estaba con la tía Estela, el sabia todo
-eso no puedo decírtelo, ahora creo que es mejor que vuelvas, tu cita te debe estar esperando –
-no es una cita, el solo es un amigo – respondí
-¿estás segura de que él piensa lo mismo? – me pregunto
No quise responderle, y volví a entrar al local, después de darle también algo de efectivo. Jasper me estaba esperando, parado junto a la ventana.
-¿todo bien? – me pregunto
-todo perfecto, dime ¿qué quieres jugar? –
-¿Qué tal ahí, en donde están las canastas de básquet? –
-huy me parece perfecto, mi tía era basquetbolista profesional, se retiro hace poco, ella me enseño a encestar –
-¿en serio? Entonces esto no sería justo – me respondió
-¿también eres torpe en esto? Puedo enseñarte si quieres –
-eso me gustaría – me respondió el
Más tarde…
Estaba de pie, tras Jasper, el solo me llevaba un par de centímetros, y con la plataforma de mi tenis, éramos casi de la misma altura. Tenía mis brazos rodeándolo, y mis manos sobre las suyas, para mostrarle cómo hacerlo, estábamos tan cerca el uno del otro que podía oler el detergente de su ropa.
-¿lo has entendido? –pregunte
El volteo su cabeza, y su cara quedo a centímetros de la mía – creo que si – me respondió, la cercanía y el estrecho contacto con el de repente me puso nerviosa, y me separe de el
-inténtalo – le pedí, tomando mi lugar en donde estaba la otra canasta, para encestar yo
El me miraba a mi cuando lanzo el balón, obvio fallo, pero casi lo logra – la canasta este frente a ti – lo reñí y él se dio la vuelta sonrojado
Aun con todo lo que le mostré, yo gane – me siento en una gran desventaja contigo, en todo lo que tiene que ver con actividad física – me comento cuando bajábamos
Salimos del local cerca de la diez, pues este estaba a punto de cerrar, el hombre de antes seguía ahí, solo asintió con la cabeza, cuando cruzamos miradas, cuando me di la vuelta de nuevo, el ya no estaba, así como había aparecido, se esfumo.
Cuando me subí al auto, Jasper peleaba con el cinturón de seguridad – deja que yo lo haga, vas a romperlo – él se sobresalto al escucharme, y miro hacia abajo avergonzado
-es un auto demasiado caro, cualquier cosa que toque mal, siento que puedo romperla–
-tampoco exageres – me puse el cinturón de seguridad yo, y salimos del estacionamiento, rumbo a su casa, la calle estaba un poco mas vacía, eso era bueno, pues no debía frenar constantemente por el trafico, pero a la vez era malo, pues llegaría más pronto a la casa de Jasper.
-puedes detenerte aquí – me señalo él, y así lo hice –gracias por traerme – me dijo, mientras peleaba con el cinturón de seguridad de nuevo
-solo oprime aquí – le oprimí donde le había señalado, y el cinturón se desabrocho
-de nuevo gracias por todo me la pase muy bien contigo, ve con cuidado –
-¿puedes dejar de agradecerme? Es incomodo, se supone que somos amigos, los amigos hacen esas cosas, ¿no es así? –
-¡oh! Cierto somos amigos – me respondió, pero parecía un poco decepcionado, cuando abrió la puerta y se bajo – nos vemos Alison – me dijo antes de irse.
Todo el camino a casa, solo pude pensar en una cosa, ¿Qué fue lo hice o dije, para hacerlo sentir mal?