Simple Tentación

—No lo haré... ¿Qué pasaría si yo te mato a ti? —los hombres de Black intentan intervenir, pero Marcos les dice que no moviendo su cabeza. Black solo se acerca, quedando el arma a la altura de su pecho, mientras ninguno de los dos cedía.

Hasta que Black saca su celular del pantalón y, en cuestión de segundos, lo pone para que ella observe la imagen de su padre dormido en el hospital, y uno de los hombres de Black le apunta en la cabeza.

Black: Decide, ¿a cuál? —mirándola aún con el arma en su pecho; él no tiene pizca de miedo.

Karol: No espero menos de ti, quieres que aprenda que me tienes en tus manos. Ella sonríe, deja de apuntarlo y, en cuestión de segundos, le dispara al hombre en la silla limpiamente en la cabeza. Luego baja el arma para mirar a Black fríamente, y su cara no tenía ninguna expresión.

—¿Crees que me has enseñado una lección? Pues te equivocas. Si yo lo hubiese hecho, lo haría mucho mejor. Pero sabes algo, Sr. Black —se acerca más a él, quedando tan cerca, a escasos centímetros; aunque se ve la diferencia de altura, no es impedimento para retarlo.

—Es cierto, maté a tus hombres, pero hay una diferencia muy grande entre tú y yo: yo lo hice para salvar mi vida y tú ahora me acabas de coaccionar a matar a ese hombre, bajo intimidación. Pero si algo he aprendido es que: "No hay nada más despreciable que un hombre que usa el respeto basado en miedo". Creo, mi querido Sr. Black, que es lo que usted hace. El respeto se gana y con él la lealtad, y el miedo es una emoción que yo no conozco. Pero para los que la sienten, solo provoca falsa lealtad; en cualquier momento, lleva a la traición. Así que no juegues conmigo, porque lo único que te mantiene a mi lado es mi padre; sin él, no tienes nada con qué retenerme. Y si quieres dominarme —se acerca a su oído.

—Creo que te quedarás soñando—, dijo, empujándolo y poniendo el arma caliente en su pecho, mientras ella camina. Aunque su pie estaba lastimado, de la rabia no siente dolor alguno. Lo que ella más odia es sentirse obligada a hacer algo que no quiere. Mientras Marcos la sigue, todos los hombres de Black quedan sorprendidos; hasta la respetan, porque nadie se atrevería a hablar así a su jefe. Black mira al hombre muerto. Él, que le había robado y había violado a una de sus empleadas, era el del vídeo que él había visto. Él solo la mira irse furiosa, con el arma en su pecho, pero camina con el arma en la mano para alcanzarla, sin saber que todo empeoraría... Igualmente, él camina por el pasillo, mientras ella toma el ascensor con Marcos. Al salir al área de juego, es alcanzada por Black, que la toma por la fuerza del brazo para atraerla hacia él, quedando tan cerca, pero ella trata de liberarse. Justo en ese momento, quedan tan cerca que el corazón de Black está acelerado. Pero en ese instante, entra un grupo de hombres disparando hacia ellos; todo se vuelve un caos. Uno de los hombres apunta a Black, pero en cuestión de segundos, Karol lo empuja, recibiendo el impacto en su brazo por él.

Black toma su arma y empieza a disparar como loco para cubrir a Karol, que quedó en medio de la balacera, acabando con varios a la vez. Marcos, al igual que sus hombres, solo disparan, hasta que todos caen; algunos de los hombres de Black resultan heridos. Black mira a Karol, que tiene el brazo bañado en sangre, pero la bala no entró, solo rozó su brazo, aunque la herida es bastante profunda. Él está preocupado por Karol, pero ella aún no se da cuenta de que está herida; solo mira a Black y a los hombres muertos a su alrededor. Todo pasó tan rápido, hasta que Black trata de ayudarla, pero ella no quiere. Entonces, empieza a sentirse un calor, como si algo la hubiese quemado, y luego un fuerte ardor, pero en ese instante es cargada por Black.

—Déjame yo puedo sola. No te necesitó—con dolor, pero ante todo el orgullo.

Black:¡ Cállate!.- Mientras la carga hacia el auto, Preocupado.

Karol: Manda a callar... — A los perros de tu casa si los tienes. Idiota. Con gesto de dolor

—Déjame, yo puedo sola. No te necesito —dijo con dolor, pero ante todo con orgullo.

Black: ¡Cállate! —mientras la cargaba hacia el auto, preocupado.

Karol: Manda a callar... a los perros de tu casa, si los tienes. Idiota —con gesto de dolor.

Black: Cuida esa boca... Pero solo podía ver su herida, que manchaba su ropa.

—Marcos, hazte cargo de todo. Y llama a un médico que se encuentre ahí, apenas lleguemos a mi departamento —dijo, mientras la metía en el auto.

Marcos: Todo estará listo cuando lleguen—

Black: Córtale la cabeza a esos hombres y mándaselo a Marx, tuvo que ser ese bastardo. Ya debe saber lo de mi boda y eso lo pone en desventaja —con rabia, mientras su ropa estaba manchada de la sangre de Karol. Él todavía no entendía por qué ella lo salvó. Entró al auto, tomó un pañuelo y se lo puso a la herida de Karol para parar la sangre, al instante que él ordenó que fueran rápido a su chófer, para llegar con el médico, porque sentía una gran preocupación solo con verla herida; era algo que no podía soportar. Mientras ella solo lo miraba en silencio.