Diana es una mujer de personalidad tranquila y muy trabajadora, pero es alguien solitaria, tiene muchas deficiencias. Hasta que tuvo un accidente.
Su esposo es el protagonista principal de su libro favorito, y ella ¡Es la villana que muere sola al final! Pero, espera ¡Este marido es tan lindo que quiere quedárselo!
¡Qué se pierda la protagonista principal, este esposo solo puede pertenecerle a ella!
No importa si todos la odian, el protagonista masculino nunca lo hará. Pero entre cambios tan inmensos ¿Qué tan fácil es saber sí su amor por él es sincero?
¡Es tan complicado!
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Ataque de depresión.
En todo el camino de regreso a casa, Diana no dijo nada en absoluto, solo miró hacia la ventana, sin indicio de vida en sus ojos.
Viendo aquello, Luna y Ross se preocuparon, y sin pensarlo dos veces, Luna condujo hacia el hospital más cercano. Todo fue que sacaran a Diana del coche para que esta se derrumbara por completo.
Solo Dios sabía lo difícil que había sido para Diana decir aquellas palabras, ahora por alguna razón, se sentía condenada.
En lugar de llevarse bien con la protagonista femenina, mando todo a la mierda y dijo que la veía como competencia ¿Y porqué? Todo porque temía que la alejara de Diego mucho antes de lo esperado.
Por primera vez en sus dos vidas, la seguridad de Diana flaqueo. No era como cuando trabajaba en una compañía, siempre segura, seria y dominante, no tenía absolutamente nada que perder.
No conocía la calidez de una familia, la dulzura de un postre en su paladar y la sensación de ser cuidada, eran cosas que nunca había experimentado, por lo tanto, temia perderlas, ahora, sin embargo, sentía que todo aquello que solo había sentido por un par de días se perdería.
Fue hasta entonces que Diana se dio cuenta de algo, su corazón es débil... ella es débil.
Acostada en la cama del hospital, Diana solo miró el techo con ojos vacíos, sus ojos no parecían tener vida y su aura irradiaba soledad. Este era uno de los ataques de depresión que sufría en su vida pasada, parece que no pudo deshacerse de ellos luego de viajar al libro.
Para Luna y Ross, era como si Diana hubiese sido abandonada por todos, como si no tuviese a nadie en quien confiar.
-¿Doctor?- Llamo Ross con preocupación, viendo a este alejarse de la cama de Diana.
El doctor se volvió hacia ellas, mirandolas con calma -No es nada grave, la paciente solo sufrió de un pequeño ataque de depresión, con algo de descanso y compañia ella estará bien. Al parecer, la paciente tiene fatiga mental, seria bueno que se quedase en el hospital esta noche.- Dijo el doctor antes de mirar a Diana una vez más.
-La soledad y el abandono no es bueno para la salud, aunque sea el primer ataque, podría haber más en el futuro, deberían acompañarla más.- Les recomendó el doctor con algo de pesar, regresando su mirada a las chicas.
-Bien ¿Alguna de ustedes es su familiar? Necesito que hagan los procedimientos para que la paciente pueda quedarse, hay que observar un poco más.- Dijo el doctor con un tono más serio en su voz.
No pudo evitar sentir algo de pena por la paciente, se veía tan carente de vida que era insoportable de ver ¿Qué tan sola podría sentirse?
-Nosotras... no somos parientes, solo estamos asociados por el trabajo.- Informó Luna con una expresión seria.
Era su primer día cuidando a esta mujer y ya se había metido en problemas, y lo peor de todo era que ni siquiera sabía que era de su Presidente ¿Qué pasa si es su hermana adoptiva o su prima o algún familiar importante?
De repente, un sudor frío corrió por su frente, demasiado nerviosa, corrió fuera de la sala para llamar al asistente personal de su jefe, rogando a los cielos que no fuese una persona muy importante en el corazón de su Presidente.
En ese momento, en la Finca Ye.
Diego miró por séptima vez en el día el video que le envió 'su esposa' esta mañana, simplemente no pudo evitarlo.
Ver los ojos tan brillantes de Diana al cantar con tanta pasión hizo que un pequeño cosquilleo pasara por su corazón, como si suaves plumas lo tocaran suavemente.
Aunque su esposa nunca miró hacia la cámara y estaba concentrada en seguir la letra de la canción, por alguna razón, sintió como sí aquella música le perteneciera únicamente a él.
Aquella voz contenía un encanto único que lo hacía perderse en aquel melodioso sonido, simplemente sintió que podía volverse el fan número uno de su esposa.
Lucas Tong, quién había traído algunos documentos a su jefe, no pudo evitar suspirar con tristeza al ver que él ni siquiera se molestó en revisar lo que trajo y continuó viendo el video que ya había reproducido como seis o siete veces ¿Cuando iba a aburrirse?
Estaba a punto de hablarle para instarlo a revisar los documentos cuando su móvil vibró, estaba por colgar cuando vio de quien se trataba.
Por alguna razón, tuvo un ligero mal presentimiento. Sin pensarlo dos veces, contestó la llamada y se alejó de su Jefe.
"¡Asistente Tong, dime... dime que la mujer que me asignaste es amiga del Presidente Shang!" Un grito de angustia por parte de Luna lo perturbó, haciendo que alejara el móvil de su oído, preocupado de que este reventara su tímpano.
Confundido, Lucas frunció el ceño y respondió -No es su amiga...- Sus ojos se entrecerraron cuando escuchó un gran suspiro de alivio al otro lado de la línea, por lo que continuó -...Es su esposa.
"¡¿QUÉ DEMONIOS?!" Al otro lado se escuchó un poderoso grito que casi lo deja sordo, seguido por un golpe extraño como si alguien se hubiese caído.
"¡Estoy despedida!" El llanto de la mujer le fue seguido, confundiendo cada vez más a Lucas.
-Espera, Luna, no te entiendo, ahora dime ¿Algo le ha sucedido a la Señora Shang?- Preguntó preocupado en voz baja, sin saber que el hombre en silla de ruedas ya había parado la oreja ante la mención de su esposa.
"¡Lucas, la Señora Shang se desmayó y ahora estamos en el hospital! El doctor quiere que alguien de su familia venga para los honorarios médicos, dijo que era mejor para ella quedarse esta noche." Explico Luna con voz quebrada y temblorosa.
-¿En qué hospital esta?- Pregunto de inmediato Lucas, sintiendo ya sus manos sudar.
"Estamos en el hospital XM Country, en el segundo piso, tercera sala VIP ¡Dime Lucas ¿Como podría yo saber que la Señora Shang sufre de ataques de depresión?¡ ¡Es ridículo! ¿Quién sufre de eso?" Aprovecho para quejarse Luna, sin embargo, Lucas colgó la llamada.
El joven se encontró de frente con los ojos fríos de su Maestro, esta vez, luciendo más sombrío que de costumbre.
-¿Donde está?- Pregunto Diego con una voz carente de emociones.
Lucas trago gordo...