LA PROTAGONISTA DE MI HISTORIA

Antes que nada, primero debo aclararles que no me encuentro en mi casa, estoy según yo, de vacaciones. Es en casa de mi madre y por lo lejos que vive, solo la veo una vez al año. Otra cosa es que tiene un pequeño restaurante y me toca ayudarla. Espero y me entiendan, una vez en casa, escribiré todos los días de ser posible.

"Si eres seguidor de mis novelas, conocerás el pueblito de Quintana Roo. Dónde mis tres amigas lobas, se fueron a vivir."

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estas prendas son geniales, tardaron una semana para confeccionar, pero hicieron justo lo que quería.

Claro, no podía pedir algo como en la época actual porque eso aquí, caería en la indecencia.

Prácticamente, sería mal vista ante la sociedad.

Así que, inspirada en los libros que leí, pedí justo lo que quería. eran trajes de hombres pero con ajustes en el busto y cintura, con un toque femenino de la época.

Amo la ropa de hombre de esta época 😍 y amo más a mi hermano que convenció a la modista. Las chicas, que son muy pocas y que son caballeros, utilizan prácticamente, ropa de hombres. La mía está confeccionada especialmente a mis medidas.

El último traje fue mi favorito, ese último, fue idea de mi hermano. Me dijo que me lo daría, si terminaba mis entrenamientos siendo la mejor. Bueno, no se a que tanto se refieren con ser la mejor, pero sin duda, lo intentaré.

Está hecho de una tela especial y muy resistente. Sería prácticamente mi traje de caballero.

Hoy, como todos los días, me desperté temprano para correr, antes de este día, mi hermano me había regalado un par de pantalones nuevos. Estos eran igual a los otros, pero no me quedaba nada ajustado, también me dio unas camisas y una especie de capa.

Me sentía Batman, pero solo así, me dejaba salir a correr. Ahora tengo mi ropa especial de caballero, está si me queda ajustada, pero, como está confeccionada para pelear y ejercitarme, no creo que nadie diga nada.

Cómo aquí, hace frío, no tengo problemas en usar la chaqueta manga larga, debo admitirlo, está bastante cómoda.

Corro como todos los días, ahora ya no se me dificulta dar la vuelta completa a la propiedad. Bueno, no es toooda la propiedad, ya que esta consta de grandes hectáreas.

Después de correr, hago estiramiento y un poco de cardio.

Más de uno no puede dejar de verme, puesto que los movimientos que hago, en la época de la que soy, son normales, aquí pareciera que trato de seducir a todos.

Por esa razón es que mi hermano corrió el horario de entrenamiento y me especificó estrictamente, en donde puedo hacer mis movimientos raros.

Yo le expliqué para qué servían y que incluso, a sus guerreros, podría enseñarles, esto los ayudará a no lesionarse tan rápido.

Se imaginarán la reacción de Leif.

Bueno, hago un poco de flexiones, estiramientos y un poco de movimientos de boxeo. Los movimientos se me dan naturalmente, pues algo que aprendes, muy difícilmente se te olvide. Lo único malo es la falta de fuerza. Mis nuevos brazos no tienen resistencia. La primera vez que lo intente, no soportaba los brazos y después de un rato de hacer mis ejercicios, estos cayeron hacia abajo y no los pude levantar. Ahora tengo unas pesas, le pedí a mi hermano que me realizará unas con poco peso. También le pedí que me hiciera unas polainas y le dije cómo podía hacerlas.

En un principio no me entendía, era como si estuviera loca de remate, pero, aun así, no me dijo nada y lo hizo.

Del príncipe que les puedo platicar de toda esta semana... (Suspiro) bueno, pues viene a visitarme todos los días. No puedo evitar decir que es todo un amor, es un chico atento y cariñoso, pero un farsante. Ahora entiendo por qué se enamoró mi Lena. Definitivamente, él se encargó de tenerla rendida a sus pies, porque no me explico, como una chica rica, con estatus, aunque eran duques, se podría decir que eran superiores a cualquier rey, puesto que su respaldo era el emperador y el imperio. Se dejará arruinar por un estúpido príncipe de pacotilla.

Pero no puedo negar que se está esforzando y si no fuera porque sé cómo acaba el final de mi historia, ya estaría babeando por él.

Cada día me pregunta si ya lo recordé, que sí que puede hacer para que yo recupere la memoria y sobre todo, si ahora lo pienso rechazar.

uff, que fastidio.