"No soy un vampiro común cariño, porque yo, escuchalo bien, NO me enamoro"
-Claus Collins.
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Claus Collins es misterioso, calculador, frío, controlador, tremendamente sexy pero sobre todo arrogante y en ninguno de sus planes estaba enamorarse.
Tenía una misión y no era la primera misión que le encomendaban, confiaban en él y podía conseguirlo todo con solo chasquear sus dedos.
¿Podrás entender el porque nunca enamorarse? eso solo lo sabrás si miras un poco dentro de esos ojos color zafiro capaz de embelesar pero también de matar.
Por el contrario Marianna Grey curiosa de aquel chico extraño que decidió hablarle en aquella fiesta, se propone averiguar por qué aquellos ojos color zafiro gritaban peligro.
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Capítulo 8
Suena el despertador y me dirijo directo al baño, me tomo el tiempo necesario para esclarecer mis pensamientos, por fin es viernes y la llegada de la fiesta, salí y me cambie, baje las escaleras y me encontré con un Miguel entretenido comiendo su desayuno como no hubiera un mañana, me intrigó su actitud de comer.
— A donde vas todas las noches Miguel — le pregunte, decidida a sacar respuestas.
— Antonio ya se fue a trabajar por si preguntas — me dice un Miguel concentrado en su desayuno e ignorándome como siempre, suspire rendida, me comprometi a seguirlo uno de estas noches a ver que escondía, pero hoy no puedo, esa dichosa fiesta me tiene con los nervios de punta, iba a salir a una fiesta después de un año, me dedique a coger un pan y junto a Miguel nos encaminamos al instituto, como siempre sin dirigirme la palabra como si yo no existiera.
Al llegar vi a una Sam emocionada y a una Sandra girando los ojos lo supe antes de escucharla.
—Hoy hay fiesta y nos vamos a emborrachar hasta que no haya un mañana — dijo emocionada una Sam, suspire, de verdad a esta mujer le encantaban las fiestas.
— Hola Marianna que tal te encuentras hoy — dije en un tono sarcástico al ver que solo hablaba de la fiesta y ni me había saludado.
—Lo siento mucho Mar es que estoy emocionada por fin una fiesta en donde estemos las tres juntas — dijo Sam, tanto Sandra como yo rodamos los ojos sabíamos que no íbamos a salvarnos de una Sam emocionada por la fiesta y en cómo vestirnos, nos adentramos al salón, justo en la clase de biología sabía que iba a ver a Nolan y me prometí ignorarlo hasta que me diera las respuestas que necesito.
Estaba sentada en la silla justo al lado de la ventana cuando supe que ya había llegado al salón, ese corrientazo en la espina dorsal era provocado por el y no sabía por qué, seguí mirando la ventana ignorando por completo el peso de sus ojos y supe que en toda la clase no dejo de mirarme y con suerte logre ignorarlo con éxito, sonó la campana que daba por finalizada la clase, me levanté y salí disparada hacia la puerta, una Sam y una Sandra caminaban conmigo hasta el gran salón del almuerzo, ansiosa por comer e ignorar a una canturrona Sam al hablar de lo que haríamos en la fiesta, ya me estaba arrepintiendo de ir, pero que podría salir mal?
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Eran las seis de la tarde y tanto como Sam y Sandra estaban en mi casa, arreglandonos para la fiesta.
—Y dónde está tu hermano — me preguntó una Sam curiosa, sabía que le gustaba mi hermano pero siempre desviaba el tema si le preguntaba.
— No lo se, no lo veo desde el instituto — me sincero con ellas, ya arregladas, procedi a echarme un poco de perfume, mire a Sam y realmente su color moreno resaltaba en el hermoso vestido color rojizo con escote de corazón, luego miré a Sandra que lucía un hermoso vestido azul corto resaltando su hermoso cuerpo y sus brillantes ojos mientras que yo con un vestido simple color negro suelto y un poquito larguito, me sentí bonita aunque no muy contenta, salimos y nos montamos en el lindo BMW color rojo de Sandra y arrancó con rumbo a la fiesta.
Ya en ella, el ambiente era la fiesta del siglo, muchas personas en una misma habitación aunque la casa de Jessi si que era grande y de dos pisos, cuando entramos a la casa nos abrumó el olor a alcohol y drogas, rodé los ojos, nos dirigimos a buscar bebidas para entrar en ambiente, Sam me paso un vaso y en él había cerveza, bebí de ella, luego llegó como salido de una revista un chico rubio mirando coquetamente a Sam, ella sin dudarlo se lanzó a él y se perdió entre la multitud sudorosa de cuerpos bailando, Sandra como yo nos encogimos de hombros. Pasamos un rato tomando cerveza y ya sentía los efectos del alcohol hacer efecto, Sandra a mi lado me dijo que iría a tomar aire y asentí, sabía que iba a fumar, resignada me fui escaleras arriba buscando un baño, tante un tanto las habitaciones sin acertar solo encontraba gente besándose desesperadamente, cuando por fin lo encontré me di de lleno con algo duro y frío, mi cuerpo reacciono de una manera tan extraña, se me erizo la piel de una manera aterradora, trague saliva al sentir como un escalofrío aterrador se posaba por toda mi espalda, unas manos grandes y frías me empujaron hacia atrás y unos ojos color zafiro fue lo último que vi antes de perder la conciencia, pude darme cuenta, pude notarlo esos ojos color zafiro eran los mismos que perturban mis sueños noches atrás, estaba segura de haber encontrado al portador de esos ojos que sin duda gritaban "alejate de mi ya mismo".