LA VIUDA. LA VENGANZA LLEVA MI NOMBRE.

Todo el mundo salió corriendo Reginald y Francesco igual, esa no era su guerra, solo estaban pendientes de Fiorella, pero al verla salir acompañada de varios escoltas, enseguida se fueron también.

En el lugar solo quedaban los atacantes y algunos heridos, aunque varios escaparon, entre ellos la pareja de la tal Antonella o por lo menos el hombre que la vincula con la mafia.

La mujer está hasta el cuello con esa organización, así es como ha conseguido ascender, ya que ellos le entregan a personas que ya no necesitan y ella queda como la heroína.

En el lugar estaban los hombres de Fiorella entre ellos Borya quien fue como encapuchado, Dimitri que adoraba a Fiorella, Aarón que apreciaba a Fiorella y estaba obsesionado con la gata y por su puesto su amado Salvatore que no dejaría sola a su mujer jamás, ya para él era molesto verla bailar para esos asquerosos y observar a todos mirándola.

El alemán que estaba encarcelado junto a la gata aprovechó para huir, mientras que la gata se preparaba para darle la muerte más cruel al desgraciado que la atormentaba tanto, aunque decidieron tenerlo encerrado un tiempo como al verdugo que impresionantemente había sobrevivido al arrastre que le dio Salvatore.

La gata tomó un arma y comenzó a pedir información al igual que Fiorella, los demás también se encargaban de otros, había disparos y cuchilladas, el lugar era un baño de sangre.

Tanto la gata como Fiorella mataban a esos degenerados con sus afiladas uñas largas, duras y especialmente cuidadas para matar.

Al finalizar la matanza las jóvenes volvieron a abrazarse todas llenas de sangre, estaban felices de poder estar juntas.

La gata no podía creer que ella haya venido a rescatarla.

—Gracias por venir por mí, hermana. —Hablo la gata.

—Gracias a ti por enseñarme todo lo que sé tú, eres mi familia, mi hermana. — Ellas se abrazaron para luego salir del lugar, no sin antes volverlo cenizas.

Salvatore venía con una bata para su mujer y Aarón se quitó su chaqueta para dársela a su pequeña felina como él le decía para referirse a ella.

—Ten mi flor hasta que mate hasta a los guardaespaldas. —Dijo él y ella le sonrió.

—Tore, te presento a mi hermana, la Gata. —Dijo y la gata extendió su mano hacia Salvatore.

—Mucho gusto soy Salvatore, el prometido de Fiorella. —Ella diodo la mano y dijo.

—Mucho gusto, soy la gata, hermana de la pantera y espero por tu bien que no la dañes, diaria consolar a mi hermana luego de matarte—El estrecho su mano y contestó.

—Ya veo de dónde aprendió esas manías, y tranquila que eso no sucederá. —Dijo y ella sonrió.

—Quiero presentarte a uno amigo, él es Borya mi… —Dijo Fiorella señalándolo y él terminó la frase.

—Su padre… Y no, no me mates ese no, pero soy su papá. —Fiorella sonrío ante eso y la gata y borya se dieron la mano.

—Él es Dimitri, es como un tío. —Dice Fiorella

—Uno sexy, mucho gusto soy Dimitri. —Dijo y la gata también se presentó con él.

Aarón venía hacia ellos y Salvatore al verlo le dijo a la gata.

—Quiero presentarte a un amigo que ayudó mucho a encontrarte, es él se llama Aarón. —Dijo señalando hacia atrás y La gata volteó, fue algo extraño, totalmente loco y fuera de lo que ella creería.

El mundo se detuvo, ella observó a aquel hombre y su cuerpo se estremeció, de repente nada más existía que ese hombre delante de ella.

Era alto un metro, noventa o menos, cabello negro liso, ojos grises, piel bronceada, labios carnosos y un cuerpo bien trabajado que se notaba por encima de su traje, quedó perdida, allí sentía lo que sentía cuando sonaba con ese otro hombre, será que se estaba volviendo loca

Aaron Rizzoli

—Mucho gusto, soy Aarón, amigo de Fiore y Salvatore. —Dijo él sacándola de su limbo.

—Yo… Eh… Soy la Gata, hermana de la pantera, mucho gusto. —El joven sonrío y la sorprendió cuando en vez de tocar su mano se la besó.

—moy koshachiy —Dijo en ruso y ella sonrió. Aarón era como Salvatore madres rusas padres italianos.

—YA tvoy koshachiy?—Preguntó ella y él asintió.

—Hablas ruso también… —La Gata asintió no muy segura.

—Al parecer así es… No lo sé, pero lo entiendo. —Dijo y Fiorella puso su brazo en el hombro

—Tranquila amiga, yo te voy a ayudar a recuperar tus recuerdos, en casa hablamos de todo con calma. —Le dijo y ella asintió.

—Lo sé, pero… A casa, no tengo casa. —Dijo y Fiorella se cruzó de brazos.

—Bromeas, soy la viuda de un mafioso millonario, créeme que lo mío es tuyo, ahora mueve tu sexy trasero a casa. —Dijo Fiore.

—Tu trasero es más sexy eh… —Bromeaban mientras caminaban, abrazadas como si nada y dejaron a todos atrás.

Ambas subieron a un auto y los hombres subieron al frente y así emprendieron camino a la mansión de Salvatore y Fiorella.

—Hey… que fue eso, te vi, que fue eso con Aarón. —Pregunto haciendo sonrojar a la gata.

—No lo sé, a lo mejor es porque está muy bueno y ya. —Dice la gata, pero su amiga insiste

—Gata… reconozco los parásitos cuando los veo y se te están marcando en los ojos. —Ella asintió sonriendo.

—Es una locura, no me puede gustar con una mirada… Debo estar loca —Se queja ella.

—Créeme que en este mundo hay más loco, a veces se enamora de tan solo una foto borrosa. —Dice y la gata se ríe.

—No exageres, ese sí sería un completo loco. —Se ríe la gata.

—En este mundo hay cada psicópata… —Dice mirando a Aarón y se ríe.

El camino se acorta y llegan a la mansión, Fiorella acompaña a su amiga para que se duche y descanse, pero ella no quiere descansar hasta que Fiorella le cuente lo que le comento en el camino sobre su pasado.

Más tarde la gata baja en un vestido color azul y unas sandalias bajita era de la medida y talla que Fiore solo que un poco más alta unos centímetros más.

—Gracias por la ropa hermana, ahora sí, cuéntenme todo. —Dijo mirando a las tres personas en la sala.