Milena es una hermosa joven, buena hija, que sueña con un futuro prometedor en Italia. Las cosas no fueron fáciles al inicio pero salió adelante de la mano de un encantador piloto que la supo enamorar. Luego de cinco años de feliz matrimonio y dos hijos, un día ella descubre que su amado esposo le ha sido infiel desde el noviazgo. Luego de los primeros caóticos días, después de enterarse de las infidelidades, ella planea con mucha frialdad la manera de salir fortalecida de su divorcio. Ella le enseñará a Gabriele su esposo, la importancia de la fidelidad en un matrimonio. Le hará pagar el engaño que sufrió y lo hará vivir en la tristeza, el arrepentimiento y la soledad. No le quedarán más ganas a Gabriele de volver a burlarse de una mujer. Cuando quiera volver a recuperar a su esposa, ya ella no estará ahí más para él. Ella ahora le pertenece a otro que sí la hizo única y especial. ¿Podrá Gabriele recuperar su mujer algún día? ¿Fue domado el infiel? ¿Lo amará aún Milena?
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CAPÍTULO DIEZ. MILENA ENAMORADA
Madre, Omairita, durante los siguientes meses Gabriele se dedicó a presentarme toda su familia. Pude comprobar en mi propia piel como en este país, no sé si en los demás, se suele discriminar a las personas por su nacionalidad.
De frente a Gabriele esbozaban una hipócrita sonrisa, pero cuando él no estaba cerca me demostraban su verdadera cara. Aprendí a darme valor y a tener dignidad. Así es porque de mi latinidad centroamericana me siento muy orgullosa. Si ellos se creían importantes, yo lo era mucho más.
La madre de Gabriele no perdía oportunidad de menospreciarme. “Me gustaría que me ayudes en la cocina, pero seguramente no sabes ni freír un huevo“. “Cuidado no hagas eso, se te pueden partir las uñas”. “Pobre mi hijo si se casan, ustedes suelen ser muy flojos para el trabajo, no saben ni limpiar bien una casa. Nosotros sí sabemos lo que es trabajar. ” “No nos da miedo hacer el trabajo que sea, por eso hemos salido adelante”
“A Italia no la supera ningún país, aquí lo tenemos todo”. “Yo nunca iría a Centroamérica ni de visita, la delincuencia que hay allí es de terror”. “Pobre gente la que vive por allá ¿todavía usan taparrabos? “.
Cuando ella decía estas cosas, todos reían a carcajadas para apoyarla. Me abstenía de responder porque no la quería ofender con mis respuestas. Simplemente la ignoraba e iba en busca de Gabriele. Sentía sus murmuraciones a mi espalda pero no me importaba. Para mi eso es ignorancia y falta de cultura. Son solo unas pobres personas que no tienen otra tema más interesante que hablar.
Si delante de Gabriele decían alguna estupidez, él se lo tomaba a juego y respondía graciosamente. Y me pidió que yo hiciera lo mismo. De todas maneras, a solas él le iba a pedir a su madre dejar de hacer ese tipo de comentarios. Cosa que por supuesto ella jamás obedeció.
Gabriele me llevó de la mano y me enseñó su casa y su cuarto. Y como me lo imaginaba, cuando entramos allí cerró la puerta con llave, me lanzó a su cama y me quería devorar a besos.
—No, no, no Gabriele, salgamos de acá por favor. Allá afuera están los tuyos y no quiero que se imaginen cosas. Vamos, vamos, por favor. Me da vergüenza, ven.
El reía y recuerdo que me dijo: “Después que estés conmigo la primera vez, serás tú la que irá detrás de mi suplicando para que te haga el amor todo el tiempo, entonces yo me haré el interesante y te dejaré con las ganas”.
—jajajajajajaja me gustaría ver eso.
—¿Qué quieres ver?
—Ay mal pensado, vamos afuera.
Esa fue, más o menos, mi vida los siguientes meses. La indiferencia y desprecios de su familia. Yo me apegaba cada día más a Gabriele, necesitaba su protección, lo empecé a necesitar imperiosamente?. Él no cesaba en su empeño de acostarse conmigo y a veces casi lo lograba . Vivíamos en una excitación continua. ¡Ahh qué bellos tiempos!
Cada día me era más difícil rechazarlo. Me encantaban sus besos y sus caricias. Su perfume y su olor propio penetraban por mis fosas nasales inundando mis sentidos de éxtasis y de pasión. Tuve que hacer verdaderos esfuerzos para no lanzármele encima y pedirle que me hiciera el amor. Moría por sentir ese placer que tanto exigía mi cuerpo y mis sentidos.
Empecé a pensar mucho en él todo el día, pero especialmente en las noches. Me hacia falta, lo extrañaba. Cuando me llamaba era un deleite escuchar su sexy voz. Me llenaba de escalofríos con las cosas que me decía. Ya estaba entregada, ya estaba enamorada hasta la más profunda de mis células.
Y entonces llegó aquel famoso fin de semana. Era viernes al medio día cuando Gabriele me llamó para decirme que unos amigos suyos iban a una casa en la playa. Partiríamos en la noche de ese viernes y regresaríamos el domingo en la tarde.
Me dijo que tu, Omairita, también estabas invitada pues a ti te gustaba uno de los que irían a la playa, y que tú ya habías aceptado. Le dije que tal vez yo no iría pues eran dos noches en esa casa y con toda seguridad, él querría dormir conmigo y yo aún no estaba preparada para dar ese paso (mentira). Me suplicó tanto dulcemente que fuera, que si yo no me quería acostar con él, pues él lo respetaría.
Lo que no le dije fue que es posible que él respetara el acuerdo pero era yo la que podía quebrantarlo. Sabía que si empezaba con sus besos y sus caricias, solos en una habitación, con algo de licor y en la playa yo iba a ceder inevitablemente y eso me aterrorizaba. Aunque ya estaba lista para dar ese paso, algo dentro de mi me detenía y no sabía explicarlo.
Tanto tu Omairita como él se cansaron de rogarme y finalmente se fueron sin mi. Vi el rostro de odio y de disgusto 🤢 de parte de todos sus amigos hacia mi. Vi la desilusión en el rostro de Gabriele, pero me mantuve firme. Para no pensar en esa decisión, me fui donde Manuel y me pasé todo el fin de semana con él.
Cuando regresé a altas horas del domingo, ya tu habías llegado. Te veías feliz y bronceada. Y entonces me empezaste a contar aquello que me enloqueció de celos. "Los amigos de Gabriele llamaron a una bellísima chica de Rumania que estuvo siempre enamorada de él. Le preguntaron si quería ir con ellos a la playa, que iba Gabriele y él estaba solo".
“Ella encantadisima aceptó de inmediato. Era una chica de cabello largo, rubia, con unos ojos verdes preciosos. En cuanto se subió al carro se sentó al lado de Gabriele que iba furioso. Al principio él no le prestó atención pero en cuanto llegaron a la casa ya no volvieron a salir del cuarto hasta el domingo por la mañana. Solo para comer salía ella, comía y luego le llevaba la comida a él".
"Durante el domingo se vieron muy felices y coquetos en la playa. Ella le daba de beber y se le echaba encima abrazándolo y besándolo. Aunque él no se veía muy entusiasmado, no la rechazaba. Luego en el viaje de regreso, se les veía muy risueños y habladores".
Omaira, eso me mató. No sabes cómo enloquecí de celos y de rabia. Quería matarlo, no volver a verlo nunca más. Aquella noche no dormí, me los imaginaba encerrados en aquella habitación haciéndose el amor y eso destrozaba mi hígado. Desgraciado, infeliz, me las vas a pagar, aunque no sé cómo.
Evité sus llamadas y sus mensajes, a toda costa no quería ni oírlo, ni verlo. Donde Manuel no podía ir porque él ya conocía el camino. Pedí permiso en la Tienda Ferretti para ausentarme ocho días y conseguí un vuelo a Calabria, aquí mismo en Italia.
La Calabria es una tierra de aguas turquesa brillantes, montañas verdes interminables y encantadores pueblos medievales.
Uno puede estar en Calabria, en una de las playas más hermosas del mundo y aún así disfrutar de unas vistas espectaculares de las montañas. La Calabria a veces es denominada la "punta de la bota" italiana, porque al tener Italia la forma de una 👢 bota, la Calabria está ubicada en esa punta.
Solo a mi madre le conté de ese viaje relámpago. Reservé una hermosa habitación y me fui. Quería vengarme de Gabriele, hacerlo sufrir, pero a la vez meditar en mis sentimientos, en mi futuro. Hallar un poco de paz y tranquilidad. En una palabra, estar sola. No quería reconocer que estaba muy enamorada, hasta los huesos y que lo que me estaba molestando, claramente eran unos celos terribles.
Y por el próximo capítulo, es un alivio donde el muy mal marido se dará con una piedra en la cabeza cuando por fin se saquen las caretas. Espero solamente que los niños, no salgan tan perjudicados.
ya loo esperoooooo
Y eso de su mamá que le de la oportunidad de arreglar la cosas, cuando el muy poco hombre desde un principio no la respeto , solo fue un juego y se rió en su cara con una de sus amantes? de verdad le va a seguir pidiendo eso?
lo que si debe enfocarse en ver por los niños , darles seguridad y amor que van a necesitar.