Elena nunca había imaginado que su vida cambiaría de manera tan drástica al cumplir diecisiete años. Criada en una tranquila ciudad costera, sus días transcurrían entre las aulas del instituto y las tardes en la biblioteca local, donde su amor por la historia y el arte florecía. Sin embargo, todo dio un giro inesperado cuando su padre, un renombrado historiador, recibió una oferta de trabajo que no podía rechazar.La oferta provenía de Adrian, el misterioso dueño de una galería de arte en la lejana ciudad de Ravenwood.
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Capítulo 8 : Historias de Medianoche
El sol comenzaba a ocultarse detrás de las colinas de Ravenwood, proyectando largas sombras sobre la ciudad. El aire se enfriaba y una ligera bruma se levantaba del suelo, dándole un toque misterioso al paisaje. Elena, Sarah, Tom y Emily decidieron reunirse en la casa de Sarah para una noche de historias y misterios. Se acomodaron en la acogedora sala de estar de Sarah, con mantas y almohadas esparcidas por todas partes.
"Esta es la noche perfecta para contar historias de miedo," dijo Tom, mientras encendía una vela en el centro de la mesa.
Sarah asintió con entusiasmo. "Definitivamente. Tengo algunas historias increíbles sobre Ravenwood que quiero compartir con ustedes."
"Yo también," añadió Emily. "Este lugar está lleno de leyendas y sucesos paranormales."
Elena se acomodó en su manta, sintiendo una mezcla de emoción y curiosidad. "No puedo esperar para escucharlas. Siempre me han fascinado las historias de lo desconocido."
Sarah sonrió y se inclinó hacia adelante. "Bueno, ¿por dónde empezamos? ¿Qué tal si hablamos del vampiro solitario?"
Elena frunció el ceño. "Sí, mencionaste algo sobre eso en nuestra excursión al bosque. ¿Cuál es la historia completa?"
Tom tomó la palabra. "Se dice que hace siglos, un vampiro llamado Adrian llegó a Ravenwood. Nadie sabe de dónde vino exactamente, pero lo que sí se sabe es que es un vampiro antiguo y poderoso. Se estableció en una mansión en las afueras de la ciudad y rara vez se le ve, lo que le ha valido el apodo de 'el vampiro solitario'."
"Algunas personas creen que guarda un gran secreto o un tesoro en su mansión," continuó Sarah. "Y otros piensan que está protegiendo algo mucho más oscuro."
"¿Y qué hay de las otras cosas paranormales en Ravenwood?" preguntó Elena, intrigada. "¿Creen en brujas, hombres lobo y cosas así?"
Emily sonrió. "Ravenwood está llena de historias sobre brujas. Hace mucho tiempo, se dice que había un aquelarre de brujas que vivía en el bosque. Practicaban magia antigua y poderosa, y la gente del pueblo las temía y respetaba a partes iguales."
"Hay una historia particularmente interesante sobre una bruja llamada Morgana," agregó Sarah. "Ella era conocida por su gran belleza y su habilidad para manipular la naturaleza. Se dice que tenía el poder de controlar el clima y que podía hablar con los animales. Pero un día, desapareció sin dejar rastro."
"Algunas personas creen que todavía está en el bosque," dijo Tom en un susurro dramático. "Y que puedes escuchar su voz en el viento si prestas atención."
Elena se estremeció ligeramente. "Eso es espeluznante. ¿Y los hombres lobo? ¿Hay alguna historia sobre ellos?"
"Por supuesto," respondió Emily. "Se dice que durante las noches de luna llena, se pueden ver sombras de grandes criaturas recorriendo el bosque. Hay una leyenda sobre un hombre llamado William que fue mordido por un lobo extraño mientras cazaba. Poco después, comenzó a experimentar cambios extraños y eventualmente se transformó en un hombre lobo."
"Desde entonces, los habitantes de Ravenwood han sido cautelosos durante las noches de luna llena," dijo Sarah. "Nadie quiere encontrarse con un hombre lobo."
Elena se quedó pensativa por un momento. "¿Ustedes creen en estas historias? ¿En vampiros, brujas y hombres lobo?"
Tom fue el primero en responder. "Yo creo que siempre hay algo de verdad en las leyendas. Quizás no sean exactamente como las cuentan, pero algo debió haber ocurrido para que estas historias existan."
"Estoy de acuerdo," dijo Emily. "Hay demasiadas cosas inexplicables en el mundo como para descartarlas completamente."
Sarah asintió. "Yo también creo en ellas. Ravenwood es un lugar muy antiguo y lleno de historia. Es fácil imaginar que cosas sobrenaturales podrían haber sucedido aquí."
Elena se acomodó en su manta, reflexionando sobre lo que había escuchado. "Supongo que tiene sentido. Hay muchas cosas en el mundo que no podemos explicar."
"Exactamente," dijo Tom. "Es parte de lo que hace a Ravenwood tan fascinante y, a la vez, un poco aterrador."
Pasaron el resto de la noche compartiendo más historias y leyendas de Ravenwood. Sarah les contó sobre un antiguo cementerio en las afueras de la ciudad que supuestamente estaba embrujado por los espíritus de soldados caídos. Emily habló de una mansión abandonada que se decía estaba habitada por los fantasmas de una familia que desapareció misteriosamente.
A medida que avanzaba la noche, las historias se volvieron más intensas y las risas se mezclaron con escalofríos ocasionales. Elena se sintió más conectada con sus amigos y con la ciudad que ahora llamaba hogar.
Finalmente, la conversación comenzó a calmarse y una sensación de camaradería llenó la habitación. Elena miró a sus amigos y sintió una oleada de gratitud. Había encontrado un lugar al que pertenecía y personas con las que podía compartir sus intereses y curiosidades.
"Gracias por esta noche," dijo Elena, rompiendo el silencio. "Realmente disfruté escuchar todas sus historias."
"De nada," respondió Sarah, sonriendo. "Nosotros también lo disfrutamos. Estoy segura de que tendremos muchas más noches como esta."
"Sí," añadió Tom. "Ravenwood está llena de misterios. Apenas hemos empezado a descubrirlos."
Emily asintió. "Y siempre es más divertido hacerlo con amigos."
Elena se recostó, mirando el fuego que parpadeaba suavemente en la chimenea. Sabía que había mucho más por descubrir en Ravenwood, y estaba emocionada por las aventuras que les esperaban.
Después de un rato, comenzaron a recoger y prepararse para la noche. Sarah les ofreció quedarse a dormir, y todos estuvieron de acuerdo. Se acomodaron en sacos de dormir y colchones improvisados, todavía hablando en voz baja sobre las historias que habían compartido.
Mientras Elena se preparaba para dormir, no pudo evitar pensar en el vampiro solitario, las brujas y los hombres lobo. Había algo en esas historias que resonaba con ella, algo que la hacía sentir que había mucho más en el mundo de lo que se podía ver a simple vista.
Con esos pensamientos, Elena finalmente cerró los ojos, dejándose llevar por el sueño mientras las llamas de la chimenea proyectaban sombras danzantes en las paredes. Ravenwood estaba llena de secretos y ella estaba decidida a descubrirlos, uno por uno, junto a sus nuevos amigos.
Y así, en la quietud de la noche, Elena se adentró en un mundo de sueños donde vampiros, brujas y hombres lobo cobraban vida, sabiendo que las verdaderas aventuras estaban apenas comenzando.
