Sarah es una bailarina de ballet que, por primera vez, logró firmar con una compañía. Durante uno de sus tours, conoce a un hombre que está completamente enamorado de ella. Él amenaza con arruinar su carrera si ella no firma un contrato con él. ¿FIRMÓ ELLA EL CONTRATO? ¿QUE QUIERE EL DE ELLA?
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Capitulo 8
La Intervención de Natalia
Cuando Natalia apareció en el salón, sentí una oleada de alivio y esperanza. Finalmente, alguien había venido a rescatarme de esta terrible situación.
"¡Natalia!" exclamé, con desesperación. "¡Ayúdame, por favor!"
Volkov se volvió hacia mi amiga, con una mirada furiosa.
"¿Quién demonios eres tú?" siseó, interponiéndose entre Natalia y yo.
"Soy la mejor amiga de Sarah y no voy a permitir que le hagas daño", respondió Natalia, con determinación.
Los hombres fornidos que rodeaban a Volkov se movieron, listos para actuar.
"Será mejor que te vayas por donde has venido, si no quieres salir herida", amenazó uno de ellos.
Pero Natalia no retrocedió. En su lugar, sacó un teléfono móvil y comenzó a marcar un número.
"Si no sueltan a Sarah en este mismo instante, llamaré a la policía", dijo, con voz firme.
Volkov pareció dudar por un momento, pero luego esbozó una sonrisa cruel.
"¿Crees que la policía puede detenerme?" se burló. "Tengo influencia suficiente para hacer que desaparezcan los problemas como tú."
Natalia no se dejó intimidar.
"Tal vez, pero también tengo influencia", respondió, con una mirada desafiante. "Y si algo le sucede a Sarah, te aseguro que tu imperio se derrumbará."
Volkov se quedó en silencio, evaluando la situación. Finalmente, hizo un gesto con la mano a sus hombres.
"Suelten a la chica", ordenó, con un tono de disgusto.
Los matones se apartaron, y yo corrí hacia Natalia, abrazándola con fuerza.
"Gracias, Nat", sollocé, sintiendo que el miedo y la tensión abandonaban mi cuerpo.
Natalia me estrechó con cariño, mientras lanzaba una mirada desafiante a Volkov.
"Más te vale mantenerte alejado de Sarah", lo amenazó. "Si vuelves a acercarte a ella, te las verás conmigo."
Volkov nos observó con una expresión de ira y frustración. Luego, sin decir una palabra, se dio la vuelta y salió del salón, seguido por sus hombres.
Tan pronto como desaparecieron, Natalia me abrazó con más fuerza.
"¿Estás bien, Sarah? ¿Te ha hecho algo?" preguntó, con evidente preocupación.
"No, estoy bien", respondí, aún temblando. "Pero ese hombre... ¡Quería secuestrarme!"
Natalia asintió, su rostro sombrío.
"Lo sé, Sarah. Por eso tenía que intervenir", dijo. "Ese maldito Volkov es un monstruo. No puedo creer que haya intentado algo así."
"¿Cómo supiste que estaba aquí?" pregunté, mirándola con gratitud.
"Cuando no regresaste a tu camerino, me preocupé", explicó. "Decidí buscarte y seguí un presentimiento. Menos mal que llegué a tiempo."
Le di un apretón de manos, sintiéndome profundamente agradecida por su valentía y lealtad.
"Gracias, Nat. No sé qué habría hecho sin ti", le dije, con voz temblorosa.
"Para eso estamos las amigas, Sarah", sonrió Natalia, acariciando mi rostro con cariño. "Nunca voy a dejar que nada ni nadie te haga daño."
En ese momento, la puerta del salón se abrió de nuevo, y la directora artística entró, con una expresión de alarma en su rostro.
"¡Sarah! ¿Estás bien?" preguntó, acercándose a nosotras.
"Sí, señora", respondí, sintiendo que el alivio me inundaba. "Gracias a Natalia, he logrado escapar de Volkov."
La directora nos miró con preocupación.
"¿Ese maldito se atrevió a hacerte algo?" preguntó, apretando los puños con furia.
"Intentó secuestrarme, señora", revelé, sintiendo que el miedo volvía a apoderarse de mí. "Pero Natalia llegó a tiempo y lo detuvo."
La directora asintió, su rostro sombrío.
"Maldito Volkov", masculló. "Debí haberme deshecho de él cuando tuve la oportunidad."
Luego, se volvió hacia mí con una expresión más calmada.
"Sarah, no puedo creer que hayas tenido que pasar por esto", dijo, con pesar. "Lamento profundamente que mi advertencia no haya sido suficiente para mantenerte a salvo."
"No es su culpa, señora", la tranquilicé. "Usted hizo todo lo que pudo. Ahora sé que Volkov es un hombre realmente peligroso."
La directora suspiró, pasándose una mano por el cabello.
"Tienes razón, Sarah", admitió. "Pero no voy a permitir que se salga con la suya. Haré todo lo que esté en mi poder para asegurar tu protección y la de esta compañía."
Asentí, sintiendo que el alivio me inundaba. Sabía que podía confiar en la directora para mantener a raya a Volkov.
"Gracias, señora", dije, con sinceridad. "Y gracias también a ti, Nat. No sé qué habría hecho sin tu ayuda."
Natalia me sonrió, apretando mi mano con cariño.
"Siempre estaré aquí para ti, Sarah", respondió. "Eres mi mejor amiga y no voy a dejar que nada ni nadie te haga daño."
En ese momento, sentí que una oleada de gratitud y alivio me invadía. A pesar de las amenazas y los peligros, tenía a personas en las que podía confiar. Y eso me daba la fuerza para enfrentar cualquier desafío que se me presentara.
Decidida a no dejar que Volkov ni nadie más interfiriera con mi sueño, me di la vuelta y salí del salón, lista para enfrentar lo que fuera que me esperara.