Del Odio Al Amor: Eres Mi Obsesión

Dominic se encontraba en su habitación, decidió bañarse para bajar un poco las ganas que tenía de hacer suya a la chica que se encontraba en la sala, media hora después salió de la regadera y se cambió de ropa, se puso un pantalón negro y una camisa casual, peino su cabello en forma desordenada y se puso unos zapatos deportivos, adicional rocío algo de la fragancia más sutil que tenía, salió de la habitación y se dirigió a la puerta, pues ya había llegado el almuerzo.

Por otro lado, cuando Alana lo vio salir de la habitación, vestido de manera tan informal y con su cabello aún húmedo, su corazón empezó a latir con fuerza, estaba hipnotizada al ver lo guapo que era Dominic.

— Gracias, aquí tiene su propina. — el mensajero se fue con una gran sonrisa, pues la propina que le había dado Dominic era bastante sustanciosa.

— Llegó el almuerzo!, ven siéntate a la mesa. — dijo Dominic tratando de no pensar mucho.

— Te ayudo a poner la mesa. — dijo Alana tranquila.

— Si, claro, ayúdame buscando unos platos en la cocina.

Alana fue a la cocina y después de buscar por todos lados consiguió los platos y algunos cubiertos, los llevo al comedor y puso la mesa, parecía toda una profesional haciendo eso.

— Nunca imaginé que las princesas supieran hacer estas cosas.

— Bueno, no soy una princesa de verdad, además mi mamá me enseñó a hacer muchas cosas.

— Ok, bueno yo sirvo el almuerzo, por favor siéntate.

— Gracias.

Dominic sirvió la comida de ambos y los dos se sentaron a comer entre pláticas y risas, al finalizar el almuerzo, Alana se dispuso a recoger la mesa, pero Dominic la detuvo besando sus delicadas manos.

— Deja eso así, más tarde vendrá la señora de la limpieza.

— No me cuesta nada hacer esto.

— Mejor vayamos a hablar.

Dominic guío a Alana a la sala, los dos se sentaron uno al lado del otro.

— Por qué estabas molesta?. — pregunto Dominic.

— Antes de responder me gustaría saber, qué somos nosotros?. — pregunto Alana.

— Pues eres mi novia, acaso no es obvio.

— No, no es obvio, ok, voy a ser muy directa con mis preguntas, espero que no te molestes.

— A mí me gusta la gente que no se anda con rodeos.

— Ok, entonces solo soy tu novia hasta que nos acostamos?.

— Así es, serás mi novia hasta que aceptes acostarte conmigo.

Las palabras de Dominic fueron como un puñal que atravesaron el corazón de Alana, ella se sintió tan decepcionada que en ese preciso momento solo quería salir corriendo.

— Una vez que eso pase, dejaras de ser mi novia, para ser mi mujer y entonces no te dejaré ir nunca más. — continuo diciendo Dominic, dejando a Alana sin palabras.

— Tu mujer!, esas son palabras más fuertes, no lo crees.

— Yo estoy seguro de lo que siento por ti y si tú estás dispuesta a enfrentar todos los problemas que se nos van a venir encima una vez que lo nuestro salga a la luz, entonces valdrá la pena todo.

— Ahora también sé lo que estoy sintiendo por ti, y por eso me voy a enfrentar junto a ti a todo eso que se nos avecina.

— Eso era lo que quería escuchar, y si tienes alguna otra duda, es el momento de hablar.

— En realidad si quiero pedirte algo, me gustaría que te alejaras de ese mundo de delitos.

— Ja, ja, ja suenas igual a Laureano, él siempre me pide lo mismo, pero si eso te hace feliz lo voy a hacer.

— Pensé que tu papá te había introducido en ese mundo.

— No fue así, yo solo me quise meter y es que estaba lleno de odio hacia cierta familia y solo quería acabar con ellos.

— Esa cierta familia es, la mía, verdad?.

— Así es, y solo por ti estoy desistiendo de mis planes.

— Y que fue eso grave que te hicimos?.

— Mejor no hablemos de eso, ahora solo quiero hacer una cosa. — dijo Dominic acercándose a Alana y dándole un tierno beso en los labios.

— Tengo tantas ganas de hacerte mía, pero sé que por ahora no se puede, sé que quieres esperar.

— Gracias por entenderme.

Los dos enamorados pasaron el resto del día hablando de sus vidas y de sus sueños, quién diría que un hombre tan rudo como Dominic, terminaría enamorado y a los pies de una mujer y no de cualquier mujer, él terminó enamorado de la hija de su peor enemigo el hombre que uso y desecho a su madre sin contemplación.

— Según sé tú tienes un hermano, verdad?. — pregunto Alana.

— Así es, Mauricio Lombardi, pero en realidad no somos hermanos, él solo es el hijo adoptivo de mi papá.

— Y por qué el sí figura en la foto familiar y tú no?.

— Mi padre siempre ha sido un mujeriego el siempre engaño a su esposa u de una sé esas relaciones nací yo.

— Lo siento, no debí preguntar eso.

— No te disculpes, no pienso ocultarte nada a ti.

— Qué fue eso tan grave que mi familia le hizo a la tuya?.

Dominic hizo una pausa, bastante larga, él realmente no quería pensar en eso, pues si él recordaba lo que Adrik le había hecho a su madre, entonces se llenaría de odio de nuevo y eso no lo iba a permitir.

— Es por el negocio de mi padre, Fedor tu abuelo se enteró de lo que Laureano hacía, así que lo denunció y bueno ahí nació su rivalidad.

— Ah, ok!, bueno mejor no hablemos de eso.

Alana agarró su teléfono para ver la hora, al encender la pantalla se dio cuenta que su teléfono aún estaba en modo silencioso y que tenía más de veinte mensajes, la mayoría de su mamá y de su papá y otros de Camila, ella procedió a leerlos y en todos sus padres sonaban molestos, y el de Camila se sentía más preocupada que nada.

— "Qué pasó amiga donde estás?, — tus padres están molestos y ya llamaron a los míos.". — decía Camila.

— "Alana debes llamar a tus padres, mira que ya es tarde y no hay señales de ti, acaso ya sabes quién te secuestro".

Este último mensaje que había leído le dio mucha gracia a la muchacha, así que decidió responderle a su amiga.

— "Lo siento Camí, había dejado el teléfono en silencio y por eso no lo escuché, estoy bien y ya voy a llamar a mis padres".

En ese momento Alana llamo a su mamá, el teléfono apenas sonó una sola vez cuando la llamada fue atendida.

— Mira muchachita malcriada, donde demonios te has metido y quien es ese hombre con el que andas saliendo.

— Hola mamá, tranquila yo estoy bien, no me ha pasado nada. — respondió Alana con sarcasmo.

— Deja de hacerte la chistosa y contesta mi pregunta.

— Estoy con mi novia, no es un hombre es una mujer espero que estés feliz de escuchar eso.

Esas palabras dejaron a Dominic de piedra, esta chica realmente era atrevida, mira que decir frente a él, que no tiene novio si no novia, su ceño fruncido se relajo y al final solo sonrio.