Cristina es una joven de 16 años, que se ve obligada a casarse, para cul.inar su profesión, ya que en el orfanato en donde ella vivía eran escasos los recursos para que la sigan apoyando.
Luego de contraer matrimonio, vive un calvario, que luego del divorcio su vida cambia.
¿Desean saber más de Cristina? síganme en mi nueva novela que espero que les guste.
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VIAJA TRANQUILO MI AMOR, UNA PARTE DE TÍ. (1)
NOTA:
A mis queridos lectores, agradezco la oportunidad que me dan, para hacerles llegar mis novelas, que hago con mucho cariño.
Sé que muchos desean, que dé una oportunidad de vida a Darío y no muera y se salve de alguna forma, pero como sabrán en la historia dice que él tiene un mal cardíaco inoperable, que batalla por muchos años.
Él es un Ángel, que llega en la vida de Cristina para cambiarlo para bien, aunque el dolor que siente Cristina por la enfermedad de Darío es grande.
Pido que sigan dando una oportunidad a mi novela, nuevas sorpresas para Cristina, por fin los malos tendrán su merecido.
Sigamos con la novela.
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- ¡Señora Cristina! - Ingresa Fausto a la sala de la casa muy preocupado.
- Señora Cristina, lo estuve marcando a su número de celular, pero nunca usted contestó.
- Perdón Fausto, pero mi batería se descargó, así que lo puse a cargar, pero dime por qué estás tan agitado.
- Señora Cristina, al señor Darío lo llevaron de emergencia a la clínica privada, dicen que se descompensó en su oficina. - Lo que me dice Fausto, me deja estática, sin poder reaccionar, no puedo creer que mi Darío esté en esa situación.
- ¡Cómo! ¡Vamos llévame por favor! - Sin pensarlo dos veces, exijo que me lleven dónde está Darío, sabía que su estado de salud de Darío últimamente estaba mal, pero hoy estaba tranquilo, amaneció tranquilo y feliz incluso dijo que cuando regresará me invitaría a salir a comer fuera, no sé que le pudo haber pasado, para que recaiga de tal forma.
Estoy en el auto junto a Fausto, nos estamos dirigiendo a la clínica, no saben cuántos gritos se ha ganado Fausto, le pido que acelere para llegar pronto a la clínica, tanta es mi preocupación que siento que el auto no avanza.
Hoy es el peor de mis días, ni cuando Martin me boto como basura de su vida, me he sentido tan angustiada y con mucho miedo de perder a mi esposo y al gran amor de mi vida.
- Señora llegamos, por favor tranquilícese, debe de ser fuerte por Darío, ahora él necesita su fortaleza.
- Me dice Fausto, tratando de ser fuerte, pero sus ojos lo delatan, veo el inmenso dolor que él también siente por la salud de su mejor amigo.
Respiro hondo para tranquilizarme, antes de bajar del auto, pero al ponerme de pie fuera del auto, mis piernas me tiemblan, no puedo dar ni un paso e incluso siento mi cuerpo adormecido. - Por favor Fausto me prestas tu brazo, no sé que me pasa me siento débil, debe ser por el miedo que tengo por perder a Darío.
- Claro Cristina, bueno lo digo así, ya que usted me pidió que lo tuteara, así mismo pasa con Darío, cuando estamos solos yo lo llamo por su nombre y sin formalidades, a lo que iba yo a usted la estimo como una hermana menor, tú fuiste esa luz que saco de la oscuridad a Darío, contigo volvió a vivir y sonreír a la vida, tenlo por seguro que este brazo mío, siempre estará disponible para ti hermanita.
- Gracias Fausto, tú también eres como un hermano mayor para mí, desde que te conocí sentí confianza, era como si te conociera de toda una vida y por supuesto te tomo la palabra, necesito de todo tu apoyo para afrontar por lo que se viene.
Tomo del brazo a Fausto y nos dirigimos a emergencias UCI dónde lo tienen a Darío, Fausto me pide que tome asiento, pero yo no lo hago lo único que deseo es que el cardiólogo salga y me diga que Darío está fuera de peligro.
Ya pasó una hora y no tengo noticias del estado de salud de mi esposo, eso me está volviendo loca, cuando veo que por fin hace su presencia el médico tratante de Darío, me acerco muy rápido hacia él.
- Doctor ¿Cómo se encuentra mi esposo? ¿Ya está fuera de peligro?
- Señora no lo voy a mentir, el estado de salud de Darío es grave, solo les queda prepararse para lo peor, si me disculpan tengo que ir a la las enfermeras que suministren su medicación, señora Cristina lo siento sé que recién se habían casado, Darío me lo contó y se sentía feliz por eso, lo siento mucho, créame.
- No lo puedo creer, mis lágrimas caen y mi corazón palpita muy rápido sin control, me agarró con ambas manos la cabeza, en realidad no sé que hacer, tengo un nudo en la garganta, que imposibilita poder gritar del dolor que estoy sintiendo en este momento.
Darío, mi amigo, mi salvador, mi gran amor está muriendo. - Murmuro como si no creyera lo que está pasando y creyendo que esto es una pesadilla, pero al darme cuenta de que no lo es.
- ¡No! ¡No! ¡Darío no! ¡Tú no puedes dejarme! - Grito con mucho dolor, siento que unos fuertes brazos me abrazan por los hombros y al voltear veo que es Fausto.
- Cristina, debes ser fuerte él no te puede ver así. - Me dice Fausto, tratando de ser fuerte, pero veo que también está sufriendo por Darío, quién no, si él es amigo y hermano de la infancia.
Pero mi dolor es tanto que no puedo soportar más. - Fausto mi Darío se me va, ahora que hago, sin él mi vida no tiene rumbo, él era mi guía, mi eje, ya no sé que haré sin él.
- Ya no puedo más por el dolor, siento que mi cuerpo me abandona, empiezo a ver negro de ahí no recuerdo más.
FAUSTO CABRERA LIÑÁN
Hola soy Fausto y tengo 27 años, soy amigo de la infancia de Darío es más, yo lo quiero como si fuera mi propio hermano, en realidad yo lo debo la vida ¿Por qué? Ahora resumo mi historia.
Cuando Darío y yo éramos unos niños, ambos compartíamos una pasión por el fútbol, así que ambos decidimos ingresar al mismo equipo, futbol, todo iba bien, pero al pasar los meses, yo me empezó a sentir mal, ya no deseaba jugar, me sentía muy cansado. Mis padres pensaban que yo era un flojo.
Mis padres también son empresarios, pero viajaban mucho sin importar como me sentía yo, un día me enteré de que Darío había sufrido un accidente jugando el futbol, me contaron que debido a un fuerte impacto que recibió con el balón de fútbol y cayó inconsciente, eso me preocupo mucho.
Esos días de internamiento, iba junto a Carlos a visitarlo a la clínica, un día su mamá de Darío se me acerca muy preocupada y me pregunta si soy maltratado por mis padres, por supuesto que contesto que no, luego me pregunta si me estoy sintiendo mal, contesto que desde hace unos meses me estoy sintiendo do cansado sin ganas de hacer nada.
Ese día la madre de Darío, me lleva a distintas áreas para hacerme diversos chequeos porque según ella me veía muy ojeroso y pálido, ella repetía en cada momento, como un niño de once años pueda Ester candado, cuando todo niño a esa edad está lleno de energía y vitalidad.
Una semana habían pasado, siempre Carlos y yo estábamos al lado de Darío, es una suerte tener una clínica como propiedad, su mamá de Darío es dueña de la clínica en dónde estamos, ella es neurocirujana de profesión y es dueña de dieciocho clínicas en el mundo, gracias a ella no estoy solo, mis padres viajan mucho y me dejan al cuidado de los sirvientes y como sabrán es como estar solo en esta vida.
Hoy me entregan mis resultados y como siempre estoy acompañado de la señora Ángela madre de Darío, ingresamos al consultorio dónde nos espera el médico tratante.
- Señora Ángela muy buenas tardes, deseo consultarle algo antes de darle los resultados de las pruebas hechas al niño, ¿por qué el niño no viene con sus padres?
- Doctor sus padres están de viaje y yo estoy a su cuidado y por favor ya Dada la explicación dame de una buena vez que tiene el niño.
- Señora iré al grano, el estado de salud del niño es muy delicada, el niño tiene una insuficiencia renal crónica, necesita con urgencia un trasplante de riñón.
- La señora Ángela me abraza con mucho amor y me llena de besos y me dice que todo estará bien y no me preocupe, en ese momento yo no entendía nada de la gravedad de mi salud, así que solo sonreí y agradecí a la señora Ángela por ser muy buena conmigo.
Luego de ese día la señora Ángela ubico a mis padres y los amenazó, ellos llegaron al día siguiente, luego que ella los explicará sobre mi estado de salud, ellos hicieron un drama, lloraron mucho y todo el asunto, pero solo duró un mes, luego firmaron un poder a la señora Ángela para que me cuidara y todo referente a mí, ellos estaban muy ocupados por el trabajo.
Ya había pasado un año, Darío estaba mejor y mi salud declinó, el médico dijo a la señora Ángela que mi situación es grave y necesitan con urgencia el riñón o moriría, ella buscó por todos lados y no encontró, así que mi buen amigo Darío se ofreció hacerse la prueba para saber si era compatible conmigo, para suerte mía y mala suerte de él, éramos compatibles, Darío sin pensarlo dos veces dono su riñón y me salvó la vida.
Pasan los días mi salud va mejorando, pero veo a mi amigo Darío mal, pero él para no preocuparme sonríe, sus padres también lo hacen, mi amigo Carlos de igual forma y me dice que le da gusto verme mejor.
Un día solo veo a Carlos ingresar a mi habitación con rostro de preocupación, le digo que sucede y me contesta que Darío se encuentra grave y está hospitalizado. Se dice que es porque no debió donar el riñón porque agravaría su estado de salud, pero el apresar de todo lo hizo por amor a tu amistad.
Desde ese día, al enterarme tan buen amigo tengo, jure lealtad a él, si él se libraba de esta, nunca me separaría de él, hasta el día de mi muerte o la de él. Mis padres al verme bien me llevaron a casa todos felices, pero les mencioné de mi juramento se negaron,. Pero al cumplir mi mayoría de edad abandoné la casa y me fui a la de Darío, desde ese momento jamás me he separado de él, pese a su mal humor y todo, pero estoy ahí con él.