La Hermana Del Duque Loco

A la mañana siguiente un fuerte jalón del cabello la tiró al piso mientras se encontraba en la cama durmiendo, ese cambio abrupto la despertó de forma brusca y observó a esa mujer de cabello castaño que ahora era la nueva ama de llaves de la mansión mirándola con desprecio parada a un lado de la cama.

_ Duermes mucho zorra. ¡Sujetenla!_ ordenó Delena.

Dos sirvientas se le aproximaron después de que esa mujer diera la orden, cuando las vio acercarse se levantó y le di un golpe en el rostro a la primera que trato de sujetarla, la hizo retroceder y la otra sirvienta se asustó al ver esa reacción agresiva. ¿Creían que se quedaría de brazos cruzados para que la golpearan?. Pero volvió al piso después de sentir una fuerte presión en la espalda que sentía le atravesaba la carne, manchas de sangre se esparcieron por el piso de la habitación mientras un grito se escuchó por los pasillos de la mansión esa mañana.

_ ¡Haaaaa!_

Se regresó mientras trataba de asimilar el dolor punzante que aún la atravesaba y vio el látigo entre las manos de esa mujer.

_Debiste ser como antes y guardar silencio como siempre, tapenle la boca_ le ordenó a los otros sirvientes que la acompañaban.

Está vez pudieron inmovilizarla de los brazos y un sirviente que estaba al lado de esa mujer le coloco una mordaza en la boca, trató de resistirse pero realmente no tenía más fuerza que esas personas, cuando volvió a sentir otro latigazo en la espalda, gritó de nuevo.

_¡Mmmm!_ ni siquiera podía pedir por ayuda.

Cada golpe era infernal y desagradable, la habían puesto de espaldas y los golpes continuaban. Por dentro estaba suplicando que se detuviera o que alguien la ayudara, pero nadie la escucho.

Había terminado en un mundo donde poco valían las personas y todos parecían estar dementes en ese lugar, terminó llorando ante el dolor y esa desesperación por sentirse sola en esa situación fue lo único que la acompañó durante todo ese momento.

Cuando estubo a punto de perder el conocimiento la soltaron y retiraron de la habitación.

Esa mujer salió de la habitación con los sirvientes que la acompañaron y se cruzaron con la sirvienta que siempre la buscaba para la comida, se sorprendió al verla tirada en el piso llena de sangre y se acercó preocupada, claramente la situación la había alterado.

_ Señorita, tiene que levantarse e ir al comedor o la castigarán_

Ya la habían castigado, esa mujer solo quería salvarse de que no la retén por no llevarla con ella, ¿acaso no podía verla?.

Ya ni siquiera podía moverse así que dejó que sus ojos se cerrarán para no tener que seguir escuchando sus tonterías y alejarse del dolor.

Alexander estaba esperando en la mesa por su hermana_ ¿Por qué no viene?_

La sirvienta que la debía escoltar hasta el comedor apareció preocupada, sus manos estaban manchadas de sangre y temblaba de miedo.

_ La señorita... no se encuentra bien_

Después de todo ese grito por la mañana fue de ella, la ama de llaves ya empezó a usar las llaves de la mansión a su antojo.

_ ¿Esta viva?_ preguntó siendo ese su unico interés Alexander.

_Si señor_ respondió la sirvienta más relajada al saber que no la castigarían por no llevar a esa mujer al comedor.

_ Puedes retirarte_

Después de comer decidió ir a ver a su hermana. La había dejado en una de las habitaciones más altas de la mansión, su antigua habitación en esa pocilga, paso toda su infancia en ese lugar.

Abrió la puerta y la vio tendida sobre la cama, su espalda había sido golpeada con un látigo y su ropa se había destrozado en esa zona, su piel se veía lastimada y malherida.

Miro una de las paredes frente a la ventana y pudo ver unas pequeñas marcas debajo de la misma, se acercó y pudo diferenciar dos marcas bastantes alejadas una de la otra, quizás no tuvo tiempo de marcar ese día.

_ ¿Estas contando los días de este infierno? _ pregunto sin necesidad de esperar una respuesta.

Algo en eso llamó su atención, los rayos de sol proyectaban una sombra sobre las marcas horizontales y parecía que la luz del sol había sobrepasado la primera marca.

Estaba marcando los horarios de la comida, al darse cuenta de eso se molestó.

_ Ni siquiera sueñes en escaparte o suicidarte Aria_

"Tack...Tack,Tack..."

Volvía a sentir que su pecho se aceleraba en medio de ese dolor constante que sentía sobre su espalda y recuperaba el conocimiento gradualmente, como si algo la llamara, porque si fuera por ella no quería despertar.

Esta vez el latido en su pecho, el sonido, era más claro, trató de abrir los ojos y vio la imagen borrosa de ese hombre cerca de la pared frente a la ventana, sentía que se acercaba a la cama al sentir esa palpitaciones aumentar, la voz de ese hombre se sentía llena de resentimiento.

_ Esta situación siempre fue al reves en el pasado, la única diferencia es que antes venías a ver si ya había muerto y ahora yo vengo a ver de que no mueras, no sin mi permiso_

Era su culpa de que estuviera en ese estado después de todo y ella nunca le hizo nada, aunque le dijera la verdad él nunca le creería, estaba cegado por el odió y el hecho de que su hermana perdiera la memoria no parecía que hiciera la diferencia para él.

¿Tenía que darle un buen trato para que la dejara en paz?, ¿ser sumisa para que le tuviera compasión?, sentía asco de solo pensar en eso.

_ Eres un ... infeliz_ murmuro Aria.

Alexander la observó desde el otro lado de la cama y sonrió, su hermana estaba entre el límite de la conciencia y sus ojos se veían borrosos, estaba cubierta de un fuerte sudor.

Siempre pensó que su verdadera personalidad era la de una idiota que aceptaba todo lo que fuera para su propia conveniencia, pero ahora que había perdido los recuerdos parecía que estaba luchando para no bajar la cabeza ante nadie y aunque asintiera no era porque estuviera de acuerdo, solo eran palabras vacías para que la dejara de joder ya que no podía defenderse, ¿cuánto tiempo le duraría ese estúpido orgullo? solo le dijo eso y volvió a perder el conocimiento.

Creía que estando tan perdida solo apretaria los dientes y resistiría.

_ Tú eres la única responsable de esto, solo me estás provocando para que te mate, porque sabes que de cualquier forma vas a morir_ dijo Alexander.

Lauren le mencionó que ni siquiera el antídoto era una garantía de que recuperaría todos los recuerdos o que podía no funcionar, por lo menos tenía que intentarlo.