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Inmigrante

Inmigrante

Status: Terminada
Genre:Elección equivocada / Completas
Popularitas:7.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Gladis Sella

una chica cualquiera viaja en busca de sus sueños a otro país encontrando el amor y desamor al mismo tiempo...

NovelToon tiene autorización de Gladis Sella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Un Equipo Consolidado y la Sombra de la Discriminación

Un Equipo Consolidado y la Sombra de la Discriminación

El esfuerzo invertido había dado sus frutos. Finalmente, el personal había sido contratado y "El Rincón del Café" operaba con una estructura sólida. Contábamos ahora con un plantel de seis camareros, distribuidos de manera equitativa para cubrir cada turno, dos cajeras/recepcionistas, y, al frente de la gestión, dos encargadas: Doña Pepa y quien les habla, cada una liderando su respectivo turno.

Con mucho esmero y gracias a la intervención decisiva de Don Pascual, logramos organizar la plantilla de manera que Berta trabajara en el turno de la tarde y noche, compartiendo la supervisión con Doña Pepa. Este turno lo completaban Roberta en la caja y los camareros Juan y Beto. Por otro lado, el turno de la mañana estaba conformado por María, Victoria y Julio como camareros, y Lucas en la caja. Cada miembro del equipo se desempeñaba con dedicación en su puesto, y la nueva dinámica empezaba a estabilizar el servicio y el ambiente.

Sin embargo, el destino quiso que hoy fuera un día especial para mí: mi primer día de universidad. Por ello, había solicitado a Doña Pepa un cambio en mi turno, lo cual me eximió de presentarme a trabajar. En compensación, me comprometí a cubrir un doble turno al día siguiente, una forma de devolver el tiempo de ausencia y mantener mi compromiso con el café.

Lo que no tardó en ocurrir fue que Berta se enteró de este cambio. Con esa habilidad peculiar para detectar y explotar cualquier detalle a su favor, se apresuró a organizar a parte del personal, creando un pequeño grupo en el que, por supuesto, Doña Pepa y yo estábamos excluidas. La intención era clara: sembrar la discordia. Y así, sin preámbulos, comenzó a difundir comentarios malintencionados.

El murmullo de las cafeteras y el tintineo de las tazas en la barra de "El Rincón del Café" solían ser la banda sonora de la mañana. Hoy, sin embargo, se mezclaban con un susurro más oscuro. Berta, con su voz ligeramente más alta de lo habitual para asegurarse de ser escuchada, lanzó la primera flecha, mientras Juan, Beto, y Roberta, sus cómplices involuntarios, escuchaban con una mezcla de curiosidad y complicidad.

Berta (mirando hacia la cocina, aunque sabiendo que Azul no estaba): "¡Vieron a la inmigrante? Ya hoy no vino a trabajar. Seguro que algo se trae. No le gusta mucho el madrugón, parece."

Juan, el camarero más joven y, a veces, un poco ingenuo, frunció el ceño: "¿Quién es la inmigrante, Berta? ¿Te refieres a Azul?"

Berta (con una sonrisa pícara, como si compartiera un secreto): "Sí, ¿quién más va a ser? La que viene de afuera, la que Don Pascual y Doña Pepa tratan con algodones. Ya me dirán qué tiene de especial para que le hagan favores así, ¿no? ¡ ya se ausenta!"

Roberta, la cajera que siempre prefería evitar conflictos, intentó desviar la conversación: "Bueno, Berta, a lo mejor tenía algo importante. Todos podemos tener una emergencia, ¿no?"

Berta (desestimando con un ademán): "¡Emergencia! Sí, claro. Emergencia de no querer trabajar. Ya la conozco. Aquí venimos a sudar la gota gorda mientras otros… otros se toman su tiempo. Es que, claro, una viene de fuera y se cree que aquí todo es Jauja. En mi pueblo, la gente se gana el pan con el sudor de su frente, no con excusas.

Beto, el otro camarero del turno de tarde, se unió a la crítica, aunque con menos vehemencia que Berta: "Es verdad que a veces… parece que las reglas son diferentes para algunos. Nosotros, si pedimos un día, es un papeleo y casi que tenemos que justificarnos con un certificado médico. Y ella, así nomás. A la primera de cambio, ausencia. Y luego vendrá a decirnos cómo hacer nuestro trabajo."

La conversación continuó por unos minutos, tejiendo una red de resentimiento y prejuicio.

Juan (un poco más firme, sintiéndose incómodo): "Pero Azul siempre ha sido muy profesional. Y se ha esforzado mucho en aprender todo rápido. Además, me dijo que Don Pascual lo había aprobado y que iba a hacer doble turno mañana para compensar."

Berta (casi riéndose con desdén): "¡Ay, Juanito, tan inocente! Lo que te diga la 'jefecita'. A ver si es verdad que compensa. Aquí hay que demostrar con hechos, no con palabras bonitas. Y menos si eres de fuera y vienes con aires de superioridad. ¿Creerá que porque tiene estudios de no sé dónde, ya es más que nosotros que llevamos años aquí?"

Beto (asintiendo): "Eso es lo que digo yo. Si viene a poner orden, que empiece por ponerse el ejemplo. No por pedir favores a la primera de cambio."

En ese momento, Victoria y Julio, los camareros del turno de la mañana, que habían llegado un poco antes para preparar sus estaciones, escuchaban la cola de la conversación. Lucas, el cajero, ya estaba en su puesto, atento a la caja, pero sus oídos captaban cada palabra.

Victoria (con voz tranquila pero firme, dirigiéndose a Berta): "Perdona, Berta, pero no entiendo por qué tanto revuelo. Azul pidió un cambio, se le concedió, y va a compensar. Eso es lo que hacemos cuando necesitamos un favor, ¿no? Nos apoyamos entre compañeros."

Berta (se giró hacia Victoria con una mirada de desafío): "¡Ay, Victoria! Siempre tan defensora de la 'jefa'. Ya te llegará tu turno, ya verás cómo te manejan. Es que esta gente de fuera… vienen con sus mañas. Creen que porque hablan diferente y tienen otros títulos, pueden llegar y mandar. Y aquí la que manda es Doña Pepa, o lo era, hasta que llegó la 'inmigrante' esta a complicarlo todo."

Julio (interviniendo, con un tono más directo): "Berta, creo que te estás excediendo. Azul no ha hecho nada malo. Y su nacionalidad no tiene nada que ver con su trabajo. Es profesional y se esfuerza. Es injusto que la juzgues por eso."

Berta (con una risa forzada): "¡Ah! Siempre el mismo cuento. Pero la realidad es otra. Una ve lo que ve. Y si una viene de otro sitio, pues tendrá que adaptarse y ganarse el respeto, ¿no? No llegar con privilegios. A ver si nos vamos a dejar pisotear por cualquiera que venga con aires de grandeza."

Maria (desde la caja, su voz resonando en el silencio que siguió a la última frase de Berta): "Yo solo sé que desde que Azul está aquí, la organización en mi turno ha mejorado. Y siempre está dispuesta a ayudar si la necesitamos. Las cosas están más claras."

El comentario de Maria interrumpió el flujo de la crítica. Berta lo miró con desaprobación, pero ya no tenía el mismo ímpetu. La semilla de la duda estaba sembrada, pero la defensa de Lucas, Victoria y Julio había introducido una voz de razón. El ambiente, sin embargo, quedó impregnado de la tensión del prejuicio y la sutil batalla por el control que Berta intentaba librar, utilizando la xenofobia como arma. Azul, ausente físicamente, ya se estaba enfrentando a uno de los desafíos más complejos de su nueva vida: la lucha contra la discriminación y la envidia en su propio lugar de trabajo.

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Elena Hernandez
excelente novela 💕 muy bien explicada sobre temas que no se.ven en otras historias FELICIDADES 👏
Cristalbrk: gracias.... la verdad que es la primera vez que escribo una novela
Cristalbrk: gracias.... la verdad que es la primera vez que escribo una novela
total 2 replies
Salomé Páez
Sevilla España
Salomé Páez
Para ella sola está super bien
Yudith Blanco
muy buena me gusto
Cristalbrk: hola... la terminaste de leer... acepto criticas
Cristalbrk: gracias gracias
total 2 replies
Wesal Mohmad
Me gusta como escribes
Cristalbrk: gracias.. es mi primer novela
total 1 replies
Kuri
No puedo esperar para seguir leyendo, necesito saber qué pasa después!🤔
Cristalbrk: gracias espero que te guste...
total 1 replies
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