Tentación Prohibida

^^^Catherine Howland.^^^

Landon nos trajo a su apartamento luego de pasar por un restaurante italiano, la mejor pasta que he probado en mis 15 años de vida, sin duda alguna.

Sigo muy satisfecha mientras dejo el bolso y la mochila que traigo conmigo en la habitación que mi hermano ha destinado para mí.

El apartamento tiene dos dormitorios pequeños y uno más grande que es la habitación de Landon.

El lugar está destinado para una familia pequeña, es muy cómodo y está ubicado en un edificio que parece bastante seguro. Imagino que el pago del alquiler debe ser alto para un estudiante universitario, pero nuestra familia nunca ha tenido problemas de dinero.

Aunque Landon siempre rechaza el dinero de papá y mamá, así que ni idea de cómo puede pagar todo esto.

—Lo conseguí porque nadie se animaba a tomarlo.

Me doy la vuelta, viendo a mi hermano en el marco de la puerta.

No entiendo si mi corazón se aceleró por el pequeño susto al escucharle detrás de mí, o si es la reacción que siempre tiene cuando estoy frente a Landon.

—¿Estaba hablando en voz alta?.—Hago una mueca, medio avergonzada por si lo estaba haciendo inconscientemente.

—No, pero tenías la pregunta en la cara.

—Oh.—Siento mi rostro aún más caliente ahora, no necesito verme en un espejo para saber que tengo las mejillas sonrojadas.

Le veo sonreír por mi reacción.

—¿Por qué nadie se animaba a tenerlo?.—Pregunto.

—¿Si te lo digo, prometes no asustarte?

—No.—Llevo mis manos a mi pecho, ya asustada por lo que dirá.

—Entonces no te lo digo.

—Eso será peor, imaginaré algo incluso más horrible de lo que podría ser realmente.

En esta ocasión se le escapa una risa, saliendo del marco de la puerta cuando comienza a acercarse, quedando junto frente a mí, siendo tan alto que me veo obligada a inclinar la cabeza hacia arriba para mantener el contacto visual.

Landon tiene los ojos de mamá, pero los suyos son mucho más cálidos y reconfortantes, me recuerda al chocolate caliente que me gusta beber por las mañanas.

—Estaba jugando contigo.—Lleva su mano hacia un mechón rubio que se ha salido de su lugar, llevándolo detrás de mi oreja, sintiendo la calidez de sus dedos rozar mi piel justo antes de alejarse.—El apartamento le pertenece al padre de un amigo, así que me lo dieron a mitad de precio.

—¿No me estás mintiendo?.—Entrecierro los ojos.

Me sonríe, tomando mi mano y sacándome de la habitación para llevarme a la sala de estar.

—Tengo la tarde libre, podrías mostrarme un par de tus películas favoritas. Sé que te encanta repetirlas hasta el cansancio.

No olvido el hecho de que no respondió mi pregunta, pero decido no insistir porque la emoción de tener una tarde viendo películas con Lan es mucho más emocionante.

—Me encantaría ver Orgullo y prejuicio, la podemos encontrar en Netflix.—Muerdo mi labio inferior, luchando con la enorme sonrisa que intenta salir.—Es mi película favorita, o bueno, está en mi top de películas favoritas. Tengo una larga, muy larga lista de películas favoritas que definitivamente tienes que ver.

—Tenemos tiempo para ver tu muy larga lista de películas.—Sonríe mi hermano, enviándome a tomar asiento en el sofá mientras enciende el televisor y entra en Netflix.

Lan toma asiento a un lado de mí, eligiendo la película que acabo de mencionar y viéndola conmigo hasta el final. Una vez que termina la película, escucha todo lo que tengo que decir sobre ella, dándole datos que no se mostraron del libro, porque la película tiene un libro y obviamente también releí varias veces su libro.

Soy una fanática de los libros y las películas de romance, ya sean tristes, conmovedoras, con finales felices o reflexivas, todas me encantan.

—¿Cuál sigue en tu lista?.—Pregunta luego de escuchar toda la reseña que tenía para la película.

—Pretty Woman es perfecta para ver, o mujer bonita, como decidas llamarla. Creo que ya la has visto porque es imposible que no lo hayas hecho.

—Nunca tuve muchas oportunidades para ver películas.—Solo dice eso antes de continuar.—No creo que se encuentre en Netflix.

—Está en Disney.

—Compraré una membresía y podremos verla.

—¿No te molesta pagar por otro servicio?

—Por supuesto que no, lo estaremos utilizando durante una larga temporada mientras estés aquí.

—¿Eso significa que seguirás viendo las películas que yo quiera?

—A menos que quieras hacer otra cosa, seguiremos viendo tu muy larga lista de películas favoritas.

—Me encanta mi muy larga lista de películas favoritas, así que dudo que haya otros planes para nuestro fin de semana juntos.—Le aseguro.

Podríamos utilizar el tiempo para salir y visitar algún que otro lugar, incluso sería increíble visitar la biblioteca, pero una parte egoísta y codiciosa de mí lo quiere conmigo, a solas en su apartamento.

Me gusta tenerle tan cerca que bastaría unos pocos centímetros para tocarle.

Así que no, no pienso aburrirme de las tardes de películas si eso me permite quedarme durante horas junto a mi hermano, ambos sentados en el mismo sofá mientras comentamos sobre las escenas que aparecen en la película y comemos una que otra chuchería.