Luna después de tener lujos y unos padres amorosos, conoce a Joseph; un hombre carismático y guapo.
fue amor a primera vista, dándole lugar al amor en su corazón.
Joseph tiene un hijo de 3 años, llamado Esteban, el cual llegara a ser la mayor debilidad de Luna y por quien estará dispuesta a dar su vida.
Pero Joseph no es nada de lo que aparenta, y detrás de esa fachada, oculta un lado psicópata, en dónde lo único importante para él, es él mismo.
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Para que respetes lo ajeno
Anastasia: ya tengo un rato esperando!
Luna estaba tan apenada que no sabía dónde meter la cabeza y todo por culpa de Mariano.
Mariano: discúlpanos abuela! Tú sabes, dándole cariño a mi chica.
Luna: Marianooo! ~~ dándole un golpe en el brazo.
Anastasia: umju! Bueno... ¿Nos vamos o que?
Mariano: si!
Ambos subieron al auto y fueron a un restaurante de lujo, que solían frecuentar.
Luna jamás había ido, ya que siempre estaba haciendo una cosa y otra; nunca dejaba tiempo para ella, y hasta ahora lo había notado.
Siempre pensando en aprender, en dar lo mejor, en enorgullecer a los abuelos, en cuidar de su hijo, en el negocio. Muy pocas veces tomaba tiempo para descansar y eso era algo que Anastasia le peleaba constantemente.
Luna: este lugar es hermoso!
Mariano: te gusta? La abuela me dijo que no habías visitado esto aún.
Luna: es muy bello. ¡Gracias amor!
Mariano se volteó a verla, esas palabras habían salido tan naturales de ella y se escucho tan lindo, que lo dejo sin palabras.
Anastasia: ver para creer! Primera vez que este hombre se queda sin palabras.
Luna le dió una pequeña sonrisa y entraron al restaurante, tomando asiento en una de las mejores áreas del lugar.
Estuvieron hablando de tantas cosas, reían y cada cierto tiempo, Mariano le besaba la mano.
Anastasia estaba sorprendida, su nieto había tenido novias, pero nunca se había mostrado tan cariñoso.
Era igual que su padre y abuelo, cuando encontraron a la mujer indicada, solo se permiten esas facetas con ellas.
Con el resto, eran fríos y distantes.
Imagina que esa fue la imagen que le dió a Luna, cuando la conoció.
Mariano desde ese día, no quiso dormir solo, así que si Luna quería o no, el igualmente se le metía a su habitación.
cómo aún faltaban algunos días para que el abuelo y Liam regresarán, decidieron aprovecharlos para ellos dos.
Anastasia estaba contenta, su nieto era diferente y eso era gracias a Luna y al hecho de que sin darse cuenta, se estaba enamorando de ella.
Hoy estaban en un restaurante muy lindo al que Mariano la había llevado, ambos estaban tomados de la mano y parecían dos adolescentes.
Mariano: amor! no sabes lo feliz que soy. jamás me había sentido de esta manera, solo deseo estar contigo a cada momento.
Besando su mano y acariciándola.
Luna: yo también me siento afortunada! Nunca había Sido consentida de esta forma por un hombre. Eres maravilloso Mariano!
Mariano se acercó y le dió un pequeño beso.
Luna: voy al baño amor! Ya vuelvo.
Mientras estaba en el baño, una mesera vino a buscar el pedido y le llamo la atención lo guapo que era ese cliente.
Al ser considerada una de las bellas del local, quiso usar eso a su favor, como hacía siempre.
Mesera: que va a pedir señor?
Con una sonrisa coqueta.
Mariano: un momento, por favor. estoy esperando a mi novia.
Mesera: ah! pensé que un hombre tan guapo estaba solo y que necesitaba compañía.
Mariano iba a contestar, ! Pero Luna llegó.
Luna: no! No lo está! Está conmigo.
La mesera se aclaró la garganta y no dijo nada, aunque Luna no le quitaba la vista de encima.
Hicieron el pedido y Mariano noto la incomodidad aún en ella.
Mariano: amor! Yo la iba a poner en su lugar, jamás iba a responder a su coqueteó. Quiero que sepas que prometí respetarte y eso haré.
Además, nunca fui un hombre de dar sonrisas a todas esas mujeres que se me acercaban.
Luna respirando profundamente, tomo su mano.
Luna: está bien! Dejemos eso así.
La mesera trajo el pedido y le entrego primero a Luna; como se había acomodado el escote de la blusa, dejo ver a sus amigas.
Sin reparo ninguno, paso su mano suavemente sobre la de Mariano, cosa que lo molesto.
Mariano: que te ...
No pudo seguir hablando, porque Luna golpeó la mesa, llamando la atención de ambos.
Ella había notado las insinuaciones de la mujer, así que decidió ponerla en su lugar. Por nada había Sido entrenada por la misma Anastasia.
Saco un arma que siempre llevaba en la pierna, cada vez que salía a algún sitio. Al estar involucrados con la mafia, ya se había acostumbrado a estar preparada.
Había golpeado la mesa con la ella, luego procedió a limpiarla. Hablo sin levantar la vista, ya que la tenía puesta en su bella arma.
Luna: entonces! no puedo salir a comer con mi novio, porque cualquier zorra que le parezca bien, se le lanza encima?
Mesera: señorita yo me...
Luna: Tú qué? Lo viste guapo, lo viste rico y dijiste "este es" la mujer que valga mier**, es eso?
Mariano quedó tan sorprendido que saco su teléfono y comenzó a grabar.
Luna alzó una ceja al verlo y siguió con la chica.
Luna: entonces? cómo me siento, como yo quedé, no importa? aquí lo importante es sentirte la fresita, la mamona, la más bella, es eso?
Mesera: permítame hablar!
Luna: ese derecho lo perdiste desde que te metiste con mi marido! Imagino que pensaste que yo era una muñeca más, y que nada iba a pasar si te volvías loca.
Luna se puso de pie y la chica ya estaba temblando, más al escuchar como Luna le quitó el seguro a su arma. No podía ni moverse, el sudor corría por su cuerpo.
Luna se la paso por su cuello y sin que la mesera lo esperara, la jaló de los cabellos y se la coloco en la cabeza.
Luna: a cuantas familias no habrás destruido? A cuántas mujeres no habrás incómodo así como lo hiciste conmigo? Creo que es hora de darte una lección.
La chica dejo salir sus lágrimas, Pero no se atrevía a hablar.
Los demás trabajadores estaban alrededor viendo todo, Pero sin hacer nada. Uno salió corriendo a llamar al gerente y este vino inmediatamente.
Gerente: señorita! Suelte a la chica por favor.
Luna: que la suelte? Aaah! Ya! Ahora entiendo porque la zorra esta, hacia lo que le daba la gana!
Gerente: como?
Luna: imagino que te daba tus mamadas de vez en cuando y con eso te tenía comiendo de la palma de su mano.
Gerente: respecte por favor!
Luna: cállate! Si no quieres ser tu el que reciba el castigo por ella.
Gerente: voy a tener que llamar a la policía.
Mariano se colocó de pies y comenzó a acomodar su traje, dejando al gerente más frío, al ver al hombre que andaba con esa mujer.
Mariano: amor!
Luna: dime amor!
Mariano: ya no tengo ganas de comer aquí! Vamos a otro lugar?
Acercándose a su oído.
Mariano: sin mencionar que estoy tan prendido que lo más seguro es que no camines mañana.
Luna soltó una pequeña sonrisa y soltó a la chica, Pero antes que se fuera o por lo menos reaccionara, le dió una fuerte cachetada que la mando al suelo.
Luna: eso es para que aprendas a respetar lo ajeno!
vámonos amor! Este lugar huele a zorra barata.