LIBERTAD ROBADA Mi Venganza Llegara

...Pasado...

Zazil

Despues de las largas horas de demostrarnos el amor que sentíamos el uno por el otro, caímos rendidos; al despertar y verlo aun dormido junto a mi era el motivo perfecto para que mi día fuera maravilloso y yo me sintiera inmensamente feliz.

Me levante con rapidez, duchandome y cambiandome, al estar en el comedor de inmediato acomode hasta adornar un poco, sé que no sería lo mismo, pero al menos esto era para darle a entender que a su lado soy muy feliz.

Estaba en la cocina terminando de calentar la comida que había preparado el día de ayer, servi los platos y los lleve hasta el comedor donde ya estaba mi marido esperándome con una enorme sonrisa.

— feliz aniversario— le dije y el abrió sus ojos hasta que volvió a sonreír— espero te guste, lo hice con mucho amor.

— gracias mi amor, por cierto en la tarde llegara tu regalo por estos años tan maravillosos a tu lado.

Sonreí como una tonta y solo lo abrace, desayunamos con tranquilidad y como era costumbre lo despedí al pie de su auto, por la tarde como había dicho, llegó un par de cajas pequeñas junto a un enorme ramo de mis flores favoritas.

Al abrir la primera, pude ver un hermoso collar con nuestras iniciales, y al ver el contenido de la segunda, era un folleto turístico de varias ciudades, pero al leer supe que era mi hermoso país.

Grité de emoción, porque quizás tendría la oportunidad de ver a mis hermanos, al llegar la noche, estaba ansiosa de verlo, pero mi larga espera provocó que me quedara dormida.

Al despertar, ya era de día y él ya no estaba en la casa, pero una chica de servicio me dio su mensaje.

Ya que en dos horas nos veríamos en la pista, de inmediato me arreglé y aliste una maleta, el chófer subió mi equipaje y nos fuimos hasta la pista donde al llegar, Claus estaba esperándome.

Al bajar corrí hasta abrazarlo— es el mejor regalo, gracias mi vida.

— no tienes que agradecer amor, yo haría todo por ti, vámonos— asentí, entrelazamos nuestras manos y subimos la escalerilla.

El vuelo fue eterno, estaba ansiosa, nerviosa y demasiado feliz, después de horas de vuelo el jet aterrizó, al bajar unas camionetas nos esperaban, al ir por la carretera me di cuenta de que estábamos en Tulum, la sonrisa que traía desapareció, porque en verdad anhelaba ver de nuevo a Mario y a Marcos.

— ¿qué sucede?, amor, Zazil — suspire y voltee a verlo.

— tenía la esperanza de ver a mis hermanos, pero estamos lejos— él asintió jalándome para abrazarme.

— tranquila, haré lo posible por contactar a tus padres, lo último que supe es que ellos ya no viven ahí— asentí soltando un suspiro— ya verás que daré con ellos.

Volví a asentir sin decir una palabra más, llegamos al hotel hospedándonos en la mejor suite, dejamos nuestras maletas en la sala y nos fuimos a descansar.

Al volver a despertar ya no estaba a mi lado, me levanté y lo vi salir del baño con su traje, me extrañé, él al verme solo me abrazo besando mi cabeza.

— mi amor, tendré que salir por asuntos de la empresa, pero te prometo no tardar— suspiré y solo asentí— no hagas esa carita, solo serán dos horas, en lo que regreso puedes ir a la playa.

— está bien, mi vida— nos dimos un corto beso, volvió a abrazarme y salió de la habitación.

Me quedé casi media hora sentada en la cama, disipe mis pensamientos y me fui a cambiar para ir a la playa.

Al salir del hotel, camine por la arena hasta llegar a un camastro, me recosté mientras veía pasar a niños correr, parejas tomadas de la mano y familias caminando junto a sus hijos.

Las horas avanzaron y entendí que Claus no regresaría, tome mis cosas para volver al hotel, al avanzar unos cuantos pasos lo vi llegar al hotel, pero venía acompañado por una rubia, quizás era una socia.

Camine a su dirección, la rubia se fue y Claus volteo a verme, mostrándome una gran sonrisa, corrí hasta abrazarlo y parte del día la pasamos juntos, disfrutando nuestras vacaciones el primer día.

Ya habían pasado dos días desde que llegamos, pero por desgracia Claus, aún no localizaba a mis hermanos y eso en verdad me ponía melancólica, tanto era mi dolor que ya no volví a salir de la habitación.

Al despertarme en medio de la madrugada, al darme vuelta me di cuenta que él no estaba a mi lado, era extraño, pero era aún más porque sentía un gran impulso y una vocesita que me gritaba que me levantara y saliera de la habitacion.

Me puse lo primero que vi y baje hasta el lobby del hotel y como si esa misma sensación me guiará, camine hacia una dirección donde estaban pequeñas salitas de descanso.

Y ahí estaba él, sentado junto a la misma rubia que vi hace días, estaban demasiado sonrientes y muy cercanos, mi corazón sintió algo extraño, pero decidí irme, no quería seguir viendo y solo me rehusaba a esa imagen de ellos frente a frente y solo regrese obligándome a dormir.

Al despertarme, tenía un dolor de cabeza horrible y persistía esa sensación en mi corazón, al girarme vi sobre la almohada una hoja doblada, me senté tomándola entre mis manos y lo primero que vi, fue mi nombre escrito en ella.

No perdí más tiempo y la abrí para darme cuenta de que era una carta de su puño y letra de mi hermano Marcos.

...〰️〰️〰️...

...Hola hermanita, no sabes cuanta falta nos has hecho desde que te fuiste, te extrañamos, pero mamá nos dijo que te casaste con un hombre bueno, Mario y yo te deseamos que seas muy feliz, y no te preocupes por nosotros estamos bien...

...〰️〰️〰️...

Suspire por lo que acababa de leer, doble la carta llevándola a mi pecho donde una lágrima se escapó deslizándose por mi mejilla.

A pesar de que no tuve la oportunidad de verlos y abrazarlos, con esa pequeña carta me daba un poco de tranquilidad el saber que estaban bien...

Los días avanzaron para ser semanas y después meses donde cada despertar a su lado lo visualizaba como lo mejor que me había pasado y gracias al destino y a la coincidencia, hoy estaba a su lado siendo su esposa, pero así como él me brindo tres años de un maravilloso matrimonio todo dio un giro de 180°.

Y para ser más específica un día después de nuestro cuarto aniversario de bodas, ese ser romántico, atento y detallista había desaparecido, como si en esa cita romántica el Claus de quien me enamore huyo del lugar esa misma noche...

Al bajar las escaleras para ir a desayunar, al sentarme, me vio con esa mirada fría, frunció su ceño y no duró ni dos minutos en el mismo lugar y solo se levantó para irse sin despedirse de mi.

Sentí un fuerte dolor en mi pecho, sus acciones, su desamor e indiferencia que Claus, me hacia en verdad comenzaban a lastimarme cada vez más.

Respire profundo para retener mis lágrimas, me levante, ya que el apetito se me había quitado, subí a mi habitación, tome mi bolsa y solo salí de casa.

No quería seguir atormentándome y que mi mente siguiera cuestionándose sobre su cambio repentino del hombre amoroso e ideal, al Claus que conocí al principio.

Fui al centro comercial a perder el tiempo, camine por los amplios pasillos viendo solo por las vidrieras de cada establecimiento, dure más de dos horas recorriendo el lugar más de tres veces.

Me senté en una banca por unos minutos y solo decidí salir, camine por la acera hacia una avenida, estaba por pasar la calle cuando una camioneta negra solo accionó su claxon asustándome por completo.

Sabía que era mi culpa por venir distraída, esa misma camioneta pasó frente a mí muy despacio hasta perderse por las calles, cuando los autos disminuyeron, cruce la calle y al llegar al otro lado de un auto color blanco el cual estaba estacionado, bajo Deo, el hermano de Claus, mi esposo.

Se acercó a mí y me abrazo tomándome por sorpresa— hola Zazil, te invito un café, ¿aceptas?.

Al escucharlo invitarme me sorprendió porque en realidad no hemos tenido mucho contacto para los años que llevo con su hermano y recordé la primera vez que Claus me dijo que no me fiara de él.

Así que solo lo veía, sabía que era descortés no contestarle, pero en verdad no sabía que hacer así que cuando insistió tanto que termine aceptando.

Subí a su auto, el camino fue silencioso, tomamos la calle principal del centro de Atenas hasta que llegamos a un pequeño establecimiento de café.

Baje y caminé hacia donde él me esperaba, entramos, sentándonos en la mesa más alejada, al pedir nuestro café con un pequeño pastelillo de postre, Deo espero hasta que la mesera se alejara.

— perdón si esta invitación te incomoda o te es extraña, pero vine desde Rodas con un solo objetivo y este es hablar contigo— me sorprendí por sus palabras.

— hablar, pero, ¿de qué?— lo vi sacar de su saco un sobre color amarillo y solo lo puso sobre la mesa— Deo es mejor que seas directo.

— lo seré Zazil, pero primero hay que disfrutar de lo que ya nos trae la mesera, ¿no crees?— fruncí mi entrecejo mientras negaba y al intentar decirle algo, la chica ya estaba frente a nosotros.