EN OTRA PIEL.

Catalina en el fondo sabía el porqué, pero de igual forma quería saber, más, pues si su padre los había investigado era porque de alguna forma los sentía una amenaza para sus planes.

Así como ella se sintió amenazada cuando vio la forma en la que Manuel miraba a Violeta.

_ Santiago Castañeda, es el dueño de este hospital, su familia es dueña de más de la mitad de los hospitales de este país, lo que hace a Manuel, su único hijo, heredero de todo esto.- dijo el hombre.

_ Sigo sin entender.- volvió a decir.

Fácil catalina, yo como tu padre y director de este hospital, debo vigilar que todo esté bien, ya que no quiero que nada afecte tu futuro como esposa de Manuel.-dijo el hombre acercándose a su hija. Tú te casarás con Manuel, por lo tanto, parte de toda su fortuna será tuya.- confeso el hombre.

Ok, entiendo.- dijo ella. Así que los investigaste, ¿por qué?.

_ Me pereció extraño la preocupación de Santiago hacia esa chica, así que decidí averiguar de quién se trataba, su padre Javier es británico, él se mudó a los estados unidos desde niño con sus padres, justo al lado a la casa de los padres de santiago, así que crecieron juntos, y se hicieron, muy buenos amigos, sus lasos de amistad se hicieron más fuerte con la muerte de Carolina esposa de Santiago, ya que ella murió en el parto de Manuel, por lo que Margaret esposa de Javier que hacía solo dos meses había tenido a su segundo hijo, cuido de Manuel como su hijo.- contó el hombre.

Catalina lo miro con sorpresa, pues la información que su padre tenía, ella no la sabia, Manuel nunca le había contado la causa de la muerte de su madre, y mucho menos de que alguien más había cuidado de él.

_ Bueno, ahora estate tranquila, esa chica es para Manuel como una pequeña hermana.- finalizo el hombre.

Catalina asintió, no muy convencida, ya que, la forma en la que vio que Manuel miraba a Violeta la incomodo.

_ Porque está ella aquí.- pregunto.

_ Al parecer fue intento de suicidio.- dijo el hombre sin mucha importancia.

¿Intento de suicidio?, Catalina se hizo las mismas preguntas que Manuel se había hecho, qué o quién había ocasionado que tan hermosa chica tomara tal decisión.

Catalina no quiso seguir hablando con su padre, pues sabia que a la final terminarían conversando de lo mismo.

_ Bueno padre, yo me marcho, tengo clases en una hora.- dijo la chica.

_ Bien.- le dio él.

Catalina salió de la oficina de su padre, aún preocupada, pues algo le decía que algo más le pasaba Manuel, pues lo que vio en la habitación, no su la preocupación de un hermano hacia una hermano, pues en su mirada vio un profundo cariño

                                                                               …

                                                                          TERESA.

Otra vez estaba sumida en esa oscuridad, era un lugar tranquilo en la nada, pues todo mi alrededor, era una extensa oscuridad.

Solo aquí, en este lugar, me sentía tranquila, los recuerdo de la noche que cambio, la que sería mi vida, y todo el daño que hice, se desvanecían.

_ Que haces de nuevo aquí.- escuche que me dijeron.

Mire a todos lados, pero no vi a nadie.

_ Deja tu pasado atrás, así podrás conseguir la felicidad que siempre has deseado.- continuo aquella voz.

_ Eres Violeta.- pregunté.

La voz no contestó, pero sabía que era ella, pues su voz había quedo grabada en mi mente.

_ Violeta, quiero saber la verdadera razón por que decidiste abandonar este mundo.- le dije.

_ Para qué quieres saber eso.- respondió.

_ Para saber a qué enfrentarme.- le conteste.

El silencio volvió a reinar, pues al parecer no era algo fácil que contar, la verdad no quería forzarla, pero de laguna forma necesitaba entender todo.

Me enamore.- la escuche decir., Pero él solo me utilizo, yo de verdad lo amaba, por eso me entregue a él, le di lo más puro que poseía, él debía cuidarme, él debía protegerme, pero no, yo solo fui una broma para él, un negocio que le daría la mejor ganancia.- su voz era suave, pero era evidente en dolor que la invadía. _ hace solo una semana, él me invito a una cena, en un apartamento que su padre le regalo, no vi nada malo en ir, pues ya llevábamos casi un año de noviazgo, sabía lo que iba a pasar, pues me había preparado para entregarme, toda la noche fue maravillosa, él fue delicado y muy cuidadoso, yo estaba feliz.

Ella hizo una pausa, como si necesitara tomar valor para continuar, quería decirle que se detuviera, pues yo más que nadie sé lo difícil que es contar algo doloroso.

_, Pero al siguiente día, desperté en un infierno, pues el hombre al que hacía solo unas horas me había entregado, había transmitido por videollamada todo lo que habíamos hecho, mi cuerpo desnudo y mi rostro estaba en el teléfono de todos en la preparatoria, todos le habían pagado para verme.

_ Lo siento.- le dije.

_ No te preocupes, ahora estoy bien, estoy tranquila aquí, lastimosamente, no tuve la fuerza para enfrentar mi desastrosa vida, espero y tú si tengas ese valor.- me dijo.

_ Porque no vuelves, todo puede solucionarse.- le dije.

_ Yo no pertenezco a ese lugar, siempre lo sentí, ahora soy feliz, soy libre, así que no me pidas que vuelva a un lugar al que no pertenezco.- me dijo.

No supe que decir ante lo que me acaba de decir, así que no insistí y cambie de tema.

_ Porque me ocultaste esos recuerdo.- le pregunte.

Pude escuchar un suspiro.

No quiero que sufras lo que yo sufrí, sentir las miradas de todos, escuchar todos los malos comentarios, fue una tortura para mí.- me confesó. quiero que lleves una vida sin nada de eso en ella.

_ Violeta, no debes preocuparte por mí, te puedo asegurar que he vivido cosas peores, sabes cuando, solo doce años, mis padres me vendieron a un borracho asqueroso que abuso de mí, ellos querían el dinero para comprar alcohol, ya que eran alcohólicos, esa situación se repitió hasta que cumplí los dieciocho años.- le confesé.

_ Eso es terrible, que paso después de que cumpliste los dieciocho años.- me pregunto.

_ Me enviaron a un club nocturno, en donde me prostituía.- finalice.

_ Lo siento, de verdad no pensé en lo que podrías estar sufrimiento tú y me concentre en mis penas.- se disculpó.

Nada de eso, no tienes que disculparte por nada.- le dije. Violeta, podrías por favor darme todos tus recuerdos.

Cuando ella termine de hablar, los recuerdo de todo lo que había vivido llegaron a mi mente.